Un alto funcionario de la Cruz Roja dice que la agencia ha registrado más de 200 incidentes de violencia contra sus trabajadores e instalaciones de salud relacionados con COVID-19.
Peter Maurer, presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), dijo que la agencia registró 208 ataques contra trabajadores e instalaciones de atención de la salud en 13 países desde marzo y que los incidentes estaban relacionados con la pandemia.
«La crisis de COVID-19 está amenazando rápidamente con convertirse en una crisis de protección», dijo al Consejo de Seguridad de la ONU a través de una videoconferencia, señalando que el 23 por ciento de los incidentes implicaron agresiones físicas.
Maurer dijo que, en general, los incidentes fueron desde amenazas verbales contra los trabajadores hasta incendios de instalaciones que supuestamente albergaban a pacientes de COVID-19. Añadió que es poco probable que los datos sean exhaustivos, señalando que las cifras reales probablemente «son mucho más altas de lo que calculamos».
Las observaciones fueron hechas en el contexto de un informe al Consejo de Seguridad sobre la protección de los civiles en los conflictos armados.
«Las comunidades atrapadas en el fuego cruzado de los conflictos armados sufren conmoción tras conmoción, violación tras violación, hasta que su capacidad de recuperación se ve desbordada», dijo.
Las observaciones de Maurer se producen después de que el CICR y una docena de otras organizaciones mundiales emitieran el miércoles una declaración en la que llamaban la atención sobre los actos de agresión dirigidos contra los trabajadores de la salud en medio de la pandemia.
«Lamentablemente, la triste realidad es que los trabajadores de la salud han estado sujetos durante mucho tiempo a muchas formas espantosas de violencia», dijeron las agencias en el comunicado conjunto.
«Las recientes muestras de apoyo público a los servicios [de emergencia] de COVID-19 son conmovedoras, pero muchos de ellos están experimentando, no obstante, acoso, estigmatización y violencia física», escribieron, y añadieron que «Algunos profesionales de la salud y las personas a las que cuidaban han sido incluso asesinados».
El CICR emitió una declaración en Twitter, en la que se enumeran las ocupaciones e instalaciones que, por definición, están protegidas por las normas de la guerra, pero que han sido objeto de ataques desde que comenzó el brote.
– Doctors.
– Nurses.
– Paramedics
– Hospitals.
– Ambulances
– Clinics.All are protected under the rules of war.
Yet since the COVID-19 pandemic began, there have been over 200 attacks on health care in just 13 countries.
— ICRC (@ICRC) May 27, 2020
«El personal y las instalaciones de atención de salud y los vehículos médicos nunca deberían ser blanco de la violencia, e instamos a los gobiernos, las comunidades y los portadores de armas a que respeten y protejan la atención de salud en todo momento, y a que contribuyan a crear un entorno de protección en el que se pueda proveer atención médica en condiciones seguras», escribieron los organismos en la declaración.
Los grupos, entre los que figuran el Consejo Internacional de Enfermeras, la Federación Internacional de Hospitales y Médicos en pro de los Derechos Humanos, instaron a que el apoyo a la salud mental se extenda no solo a las víctimas de la violencia, sino también al personal médico de primera línea que responde al brote.
El virus del Partido Comunista Chino (PCCh), el nuevo coronavirus que causa el COVID-19 y que surgió en Wuhan el año pasado para convertirse en una pandemia mundial de rápida propagación, ha infectado hasta ahora a más de 5.7 millones de personas en todo el mundo y ha matado a más de 356,000.
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