Frente a la severa crisis que azota Venezuela, los residentes han tenido que recurrir a un método poco común para poder adquirir combustible en el país.
El periodista venezolano Héctor Escandell contó su experiencia mientras iba manejando de Maracay rumbo a Caracas, en donde tuvo que hacer una parada en una gasolinera para llenar el tanque pero no contaba con dinero, por lo que se le ocurrió proponer un interesante trueque al trabajador, reportó el medio argentino Infobae.
“Pagué la gasolina con un jabón. Así de simple. Imagínese usted la escena de llegar a una estación de servicio y no tener un centavo para llenar el tanque de su carro”, relató Escandell en su crónica.
El “bombero”, como se le conocen a los que trabajan en las gasolineras en Venezuela, accedió rápidamente al trueque sin titubear: “Cualquier cosa que me den es buena”, dijo el hombre.
“Mientras el surtidor marcaba la cantidad y los litros, sacamos un jabón marca Palmolive y se lo entregamos. No pueden imaginar su cara al ver que ese producto -tan costoso y escaso- era suyo”, escribió Escandell en el artículo, enfatizando que el precio del jabón equivale al salario que gana el hombre en un mes trabajando allí.
Actualmente, la situación de crisis económica y humanitaria que vive Venezuela se ha vuelto tan caótica que al día de hoy un huevo cuesta lo mismo que 93,3 millones de litros de gasolina.
Un huevo cuesta cerca de 933 bolívares en un supermercado y un litro de gasolina cuesta 0,00001 bolívares en una estación de servicio. Un tanque de 50 litros en un auto se llena con 0,0005 bolívares, monto imposible de pagar en billetes. El billete de menor denominación es de 2 bolívares tras una reconversión monetaria lanzada por Nicolás Maduro en agosto pasado que quitó cinco ceros al bolívar.
Sin embargo, a pesar de que la gasolina prácticamente se “regala” en Venezuela, muchas regiones de Venezuela sufren por la escasez de gasolina, lo cual ha hecho que los ciudadanos pasen más de un día entero en colas esperando para llenar de combustible sus carros.
En 2018, el dictador Nicolás Maduro, anunció que aumentaría el precio de la gasolina al precio internacional pero solo para las personas que no contaran con el denominado “carnet de la patria”, un mecanismo para controlar a la población venezolana.
La subida nunca se concretó en el país pese a que cuenta con las mayores reservas petroleras de la región, cuya producción ha caído a sus peores niveles en tres décadas.
Maduro argumentó que el problema era la “guerra económica” de la oposición y Estados Unidos, pero según la Asamblea Nacional, la verdadera razón son los años de políticas erradas del chavismo mientras intentaba tener control en la población.
En los últimos meses, la escasez de gasolina se ha extendido paulatinamente en las ciudades del interior del país, en especial en estados fronterizos, lo que ha llevado en algunas regiones a la imposición de racionamientos programados para la venta de combustible.
“Existe ahorita en este momento una discriminación, ¿cuál es la discriminación? Que para Caracas sí hay (gasolina), pero en el interior del país, en dieciséis estados, sí hay esa debacle”, indicó Luis Hernández, director del Frente de Trabajadores Petroleros de Monagas.
Expertos han advertido que la escasez de combustibles se agravará paulatinamente, pues Pdvsa tiene dificultades para recuperar la extracción de hidrocarburos y, además, sus refinerías están trabajando muy por debajo de su capacidad instalada.
Así mismo, el periodista venezolano advierte que esta escasez está siendo aprovechada por las mafias que trafican combustible hacia la frontera con Colombia y Brasil, para venderlas a mayor precio.
“La gasolina se convirtió en un gran negocio del que pocos quieren perder su pedazo de torta”, sentenció.
La periodista de La Gran Época, Anastasia Gubin, contribuyó con este informe.
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