Siempre tenga en cuenta la edad de desarrollo de su hijo cuando decida cuánto tiempo de pantalla es apropiado. A edades tempranas, adhiérase a las pautas pediátricas más conservadoras que exigen límites muy estrictos. Eso no es más que unos pocos minutos al día de exposición. Este período de desarrollo más implica un crecimiento neurológico más rápido. Durante este período, aprender y experimentar el mundo no debería ser digital o virtual. Debe ser verdaderamente social e involucrar juegos de la vida real con objetos reales que uno pueda ver, tocar, manipular, mover y combinar de formas novedosas. Lo que ven y hacen estos niños más pequeños tendrá un impacto directo en el crecimiento de su cerebro y trazará el desarrollo en los años venideros.
De los tres a los seis años, un poco de tiempo frente a la pantalla cada día está bien. Trate de ceñirse a la programación televisiva educativa de aproximadamente una hora al día o menos, y trate de encontrar programas que tengan personas reales, historias reales y que no sean hiperestimulantes o demasiado animados. Comience con programas como Mr. Rogers Neighborhood como excelente modelo. Dichos programas pueden parecer un poco anticuados, pero eso es lo que necesitan las mentes jóvenes. Diálogo tranquilo, rutina, repetición, rostros familiares y personas que interactúan de manera social positiva. Las aplicaciones educativas en tabletas y otras pantallas son ocasionalmente divertidas, pero no se deje seducir por falsas promesas de que harán que su hijo pequeño sea más inteligente y aprenda más rápido. Los estudios muestran que, si bien algunos niños parecen estar aprendiendo rápidamente con estas plataformas electrónicas, la mayoría termina académicamente en el mismo lugar, ya sea que se usen pantallas o no. Algunos investigadores han descubierto que, de hecho, pueden causar daño. El aprendizaje se ve comprometido cuando se realiza en pantallas para ciertas tareas, como leer libros electrónicos en lugar de leer palabras en papel real. La exposición intensa a la pantalla también conlleva el riesgo de TDAH, miopía, problemas de aprendizaje, problemas para dormir, y mala salud física por ser sedentario. Demasiado tiempo frente a la pantalla, incluso si se cree que es educativo, puede condicionar las mentes jóvenes para anhelar una estimulación cada vez más rápida. Pueden volverse intolerantes en la vida real cuando los resultados no aparecen mágicamente con un clic o un toque. Puede sentar las bases para algo muy preocupante: una necesidad adictiva de pantallas que está comenzando a aparecer en algunos niños en los años de la escuela primaria.
Una vez que los niños llegan a la escuela primaria, siete u ocho años, las cosas se complican mucho para los padres que intentan manejar la exposición a la pantalla. Las escuelas están introduciendo más pantallas en el aula. Más maestros están alentando Internet y el uso del teclado como parte de la tarea. Más productos de juegos y programación de medios se comercializan agresivamente para este grupo de edad. Esta es la era en la que les digo a los padres que comiencen a controlar cuándo (no solo cuánto) tiempo de pantalla se usa. Si es para entretenimiento, las pantallas solo deben estar disponibles una vez que se hayan completado la tarea y cualquier otra responsabilidad. Si es posible, fije una hora más tarde en el día para las pantallas para que los niños no piensen que las pantallas están siempre disponibles y la actividad principal cuando están aburridos o solos. No hay pantallas si es posible dentro de una hora antes de acostarse.
A partir de la escuela intermedia, tenga cuidado con el aislamiento social, el desinterés en las actividades, la irritabilidad crónica y los problemas para dormir. Estos pueden ser signos de que su preadolescente o adolescente está tomando una sobredosis de tiempo frente a la pantalla. Los niños tienden a involucrarse mucho en los juegos, mientras que las niñas pasan más tiempo en las redes sociales. Esté atento a los adolescentes que caen en la trampa de verse a sí mismos, y definir su autoestima, a través de puntajes en videojuegos o redes sociales. Si a su hijo adolescente le va bien en la escuela secundaria, se mantiene al día con la tarea, participa en deportes y/o actividades positivas, y prefiere reunirse con amigos en lugar de quedarse solo en el interior frente a una pantalla, les digo a los padres que pueden flexibilizar las reglas sobre tiempo de pantalla. El objetivo es que los adolescentes aprendan a controlar y administrar su tiempo frente a la pantalla antes de salir de la escuela secundaria.
Esta historia fue publicada originalmente en el blog del Dr. Anthony Rao .
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