Comentario
La Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI, en inglés) de China tiene riesgos ocultos. Es una trampa de deuda. Por no hablar de una trampa de datos.
Los peligros de la BRI han sido bien documentados por muchos autores, yo incluido. Sin embargo, 142 países de todo el mundo se han adherido a esta peligrosa iniciativa.
En diciembre de 2021, Cuba se convirtió en el último país en firmar. ¿Llegará la nación latinoamericana a arrepentirse de esta decisión?
El 26 de diciembre, Global Times, un portavoz del Partido Comunista Chino (PCCh), publicó un artículo en el que se discutían las formas en que China y Cuba trabajarán juntas en proyectos como infraestructura, tecnología, cultura, educación, turismo, energía, comunicaciones y biotecnología», que, se nos asegura, «están en línea con los planes de desarrollo de Cuba a corto y largo plazo».
El PCCh no solo está planeando remodelar el paisaje infraestructural de Cuba, sino que está planeando remodelar las mentes de las masas. ¿Qué tienen que ver la cultura, la educación y las comunicaciones con la BRI, una iniciativa aparentemente diseñada para promover la construcción de puentes, edificios y carreteras?
Cuando un país firma un acuerdo con China, le da al PCCh carta blanca para remodelar ese país a su propia imagen. Esto incluye la construcción de edificios, pero también la construcción de ideologías.
El control del pueblo cubano
El 11 de julio del año pasado, se produjeron protestas antigubernamentales en pueblos y ciudades de toda Cuba. Las protestas, alimentadas por la falta de acceso a los suministros básicos (incluidos los alimentos y la atención sanitaria), se volvieron violentas y dejaron varios heridos. Al menos 140 cubanos fueron detenidos o desaparecieron.
Los manifestantes utilizaron las redes sociales para poner de manifiesto la brutalidad del régimen cubano y el modo en que la gente era golpeada y acosada. Algunos manifestantes pidieron al gobierno de Estados Unidos que interviniera.
El senador estadounidense Marco Rubio acudió a Twitter para expresar su preocupación. Escribió: «Esperen que el régimen de #Cuba bloquee pronto el servicio de Internet y de telefonía celular para evitar que los videos sobre lo que está sucediendo lleguen al mundo». Luego agregó: «Por cierto, utilizan un sistema hecho, vendido e instalado por #China para controlar y bloquear el acceso a internet en #Cuba».
El último punto de Rubio —que se refiere a la capacidad de China para manipular el Internet en Cuba— es particularmente interesante, por no mencionar que es particularmente preocupante.
Poco después de que Rubio posteara sus comentarios en Twitter, se produjeron cortes de Internet en toda Cuba, impidiendo que personas inocentes compartieran más pruebas de la violencia respaldada por el gobierno.
Como han señalado los autores de The Diplomat, «las empresas chinas han desempeñado un papel clave en la construcción de la infraestructura de telecomunicaciones de Cuba, un sistema que el régimen utiliza para controlar a su pueblo, al igual que el Partido Comunista Chino (PCCh) hace dentro de sus propias fronteras».
En diciembre de 2020, Institute for War & Peace Reporting publicó un informe bastante revelador. Según los autores, en Cuba, «solo una empresa, la estatal Etecsa, proporciona acceso a Internet. Según su propia revista corporativa, los principales proveedores de tecnología de Etecsa son tres empresas chinas: Huawei, TP-Link y ZTE».
Tres años antes de este informe en concreto, el Observatorio Abierto de Interferencias en la Red (OONI), una comunidad global dedicada a combatir la censura en Internet, «encontró rastros de códigos chinos tanto en la superficie como en las interfaces utilizadas para los portales de acceso a las conexiones wifi».
«El portal de acceso de Ete[c]sa», nos dicen, «parece haber sido escrito por desarrolladores chinos, ya que su código fuente contiene comentarios escritos en chino. Esto indica que Etecsa probablemente contrató a desarrolladores chinos para implementar el portal».
Qurium, una organización no gubernamental sueca dedicada a la libertad de expresión y la seguridad en Internet, publicó un informe en el que se documentan las formas en que Huawei, el gigante chino de las telecomunicaciones, desempeñó un papel importante en el bloqueo de contenidos muy específicos en Cuba. Los autores detectaron las «huellas dactilares de eSight de Huawei, un software de gestión de redes para routers, switches y firewalls».
Es importante destacar que Qurium es un experto en forense digital, lo que significa que su análisis —y sus advertencias— son precisos.
Está muy claro que la participación de China en Cuba va mucho más allá de la construcción de varios edificios y carreteras. Las empresas respaldadas por el PCCh desempeñan un papel integral en la limitación de lo que el pueblo cubano ve y cuándo lo ve. Durante años, Beijing desempeñó un papel importante en silenciar las voces en toda la inestable nación. Ahora, el último acuerdo de la BRI podría ser el último clavo en el ataúd de Cuba.
¿Se arrepentirá la nación latinoamericana de haber firmado un acuerdo con el diablo? Depende de a quién se le pregunte. Los tiranos en el poder dirán que no; los ciudadanos comunes, sin embargo, dirán que sí.
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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
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