Cuatro alcaldes de México, de los estados de Guerrero y Guanajuato, solicitaron protección a las autoridades federales tras la muerte de un edil, quien fue decapitado apenas unos días después de asumir el cargo, informó el martes un funcionario local.
El alcalde Alejandro Arcos, de Chilpancingo, capital del estado de Guerrero, fue asesinado menos de una semana después de jurar su cargo el 30 de septiembre. Su asesinato desató temores después de que circularan por las redes sociales fotos de su cabeza cortada encima de una camioneta.
El ministro de Seguridad mexicano, Omar García Harfuch, declaró a la prensa el 8 de octubre que cuatro alcaldes de los estados de Guerrero y Guanajuato solicitaron protección, pero no explicó por qué.
El Sr. García Harfuch dijo que la investigación sobre el asesinato del alcalde determinó que Arcos había acudido a una reunión privada sin escolta de seguridad antes de su muerte.
«Sabemos que iba a una reunión concreta, que no iba acompañado de nadie. Se perdió la comunicación en una comunidad y (…) horas más tarde se encontró el cadáver del alcalde», indicó el ministro.
Sigue sin estar claro quién fue el responsable del asesinato del alcalde.
El ministro García Harfuch declaró que Arcos no solicitó formalmente protección adicional, a pesar de los informes que afirman que el alcalde había dicho a los medios locales que quería seguridad.
Alejandro Moreno, líder del Partido Revolucionario Institucional, afirmó el 7 de octubre que el secretario del gobierno municipal, Francisco Tapia, también fue asesinado tres días antes de que ultimaran a Arcos.
«Llevaban menos de una semana en el cargo. Eran funcionarios jóvenes y honestos que buscaban el progreso de su comunidad», afirmó Moreno en X. «Nuestras condolencias y solidaridad a sus familias».
También dijo que pedirá a la fiscalía general que dirija la investigación de ambos asesinatos, citando «la situación de ingobernabilidad» en Guerrero.
La gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado Pined, declaró el 7 de octubre que había instruido a las autoridades de seguridad a incrementar la vigilancia y los operativos en diversas zonas de Chilpancingo.
«Condeno enérgicamente el asesinato del alcalde de Chilpancingo, Alejandro Arcos Catalán, hecho que ha confirmado la Fiscalía General del Estado, iniciando las investigaciones pertinentes para esclarecerlo y llevar a los responsables ante la justicia, sin dar paso a la impunidad», señaló la gobernadora en X.
El asesinato del alcalde Arcos ocurrió apenas una semana después de que la recién electa Claudia Sheinbaum tomara posesión como la primera mujer presidenta de México, el 1 de octubre.
Chilpancingo se ha visto asolada por la violencia criminal y las bandas de narcotraficantes. La ciudad está dominada por dos bandas de narcotraficantes enfrentadas, los Ardillos y los Tlacos. El año pasado, los Ardillos organizaron abiertamente una manifestación, se apoderaron de un vehículo blindado de la policía y secuestraron a agentes de policía y funcionarios estatales para conseguir la liberación de sus líderes detenidos.
Con información de The Associated Press
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