Es probable que el Departamento de Justicia (DOJ) encierre en una prisión federal a una anciana superviviente de un campo de concentración comunista por sentarse en una silla de ruedas en el pasillo de una clínica de abortos y cantar himnos de su iglesia.
El juicio la semana pasada en la Corte Federal Fred Thompson de Nashville duró solo un día.
Al final del mismo, el 2 de abril, cuatro cristianos fueron condenados por un delito menor de violación de la ley FACE. La Ley de Libertad de Acceso a las Entradas a Clínicas (FACE) prohíbe a cualquier persona obstruir, intimidar o interferir con una mujer que desee abortar.
Habían sido acusados después de cantar himnos, rezar y persuadir a las mujeres para que no abortaran a sus bebés el 5 de marzo de 2021 en el ahora desaparecido Centro de Salud Carafem en Mount Juliet, Tennessee. El Departamento de Justicia calificó la acción de «bloqueo» ilegal.
El negocio abortista cerró tras un cambio en la legislación de Tennessee, que prohíbe el aborto en la mayoría de los casos. Esto significa que los acusados son culpables de intentar impedir lo que ahora está efectivamente prohibido en ese estado.
Los cuatro declarados culpables son Eva Zastrow, de 25 años, de Michigan; James Zastrow, de 27 años, de Missouri; Paul Place, de 26 años, de Tennessee, y Eva Edl, de 89 años, de Carolina del Sur, que estaba en silla de ruedas el día del incidente.
Cada uno se enfrenta a una pena de hasta un año de prisión. Siguen en libertad hasta que se dicte sentencia en julio. Pero la Sra. Zastrow y la Sra. Edl tienen múltiples cargos FACE. Acudirán ante la corte de Michigan en agosto, donde cada uno podría ser condenado a hasta 11 años adicionales de prisión por un cargo FACE más agresivo.
En enero, otros seis acusados fueron declarados culpables de cargos FACE y delito de conspiración (por publicaciones en redes sociales en las que mostraban lo que estaban haciendo) por el mismo incidente de Tennessee. Cada uno de los seis podría ser condenado a hasta 11 años de prisión cuando se dicte sentencia en julio. Más personas se dirigen a juicio por la misma acción.
Después de que la Corte Suprema anulara el caso Roe contra Wade, el presidente Joe Biden creó el Grupo de Trabajo sobre Derechos Reproductivos, un grupo dirigido por el Departamento de Justicia que ha incrementado la aplicación de la Ley FACE.
Víctima del comunismo
La Sra. Edl ha sido durante mucho tiempo una activista pacífica en las clínicas abortistas, motivada por su traumática infancia en la Yugoslavia comunista. Fue expulsada de su casa con su familia. Solo se les permitió conservar un plato y la ropa que llevaban.
Recuerda que la metieron en un vagón de ganado y la enviaron a un campo donde estuvo a punto de morir de hambre mientras veía morir a la gente a su alrededor. De niña, vio cómo metían a los muertos en vagones y luego los enterraban en fosas comunes.
«Nos consideraban no humanos, y el gobierno solo daba permiso para torturarnos y matarnos», dijo la Sra. Edl a un reportero de la televisión WJBF en 2018.
Que nuestro gobierno legalice el aborto no lo convierte en algo correcto o bueno, declaró Edl a The Epoch Times en una entrevista de 2023.
«Si está bien que el gobierno estadounidense legalice la matanza de seres humanos inocentes dentro del útero, bebés antes de nacer, entonces ¿por qué condenamos a los nazis, que también legalizaron el exterminio de personas nacidas —judíos, gitanos y otros— como individuos no deseados?
«Si está bien matar a seres humanos mientras el gobierno lo diga, entonces no tenemos derecho a condenar a nadie más. Pero todos sabemos en el fondo que estas cosas son malas».
«En última instancia, la vida de nadie está a salvo en una nación gobernada por alguien que no respeta toda vida humana, desde la concepción hasta la muerte natural. Solo dependerá de quién esté en el poder y de su capricho dictar a quién se le permite vivir y a quién se va a exterminar».
Dijo que las empresas abortistas son «los campos de exterminio de Estados Unidos».
«Cuando estaba en el vagón de ganado con toda mi gente, y nos enviaron al campo de exterminio para ser exterminados, la gente que nos rodeaba no estaba de acuerdo con lo que hacía el gobierno. Pero estaban intimidados», dijo Edl.
«Tenemos que superar ese miedo y hacer lo correcto como sea… Ojalá en aquellos días alguien se hubiera preocupado lo suficiente como para plantarse en las vías del tren y decir: ‘No pueden llevarse a estos bebés y niños a menos que pasen por encima de nuestros cadáveres'».
«Si cada vez más personas dieran su vida y estuvieran dispuestas al menos a ir a la cárcel para proteger a estos bebés, tendríamos más éxito. Pero entonces, quién sabe lo que hará el Señor. Quizá honre incluso el sacrificio de unos pocos. Siempre tengo esperanzas».
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