Un incremento de enfermedades respiratorias agudas en Cuba podría estar relacionado con miles de casos no reportados del virus del PCCh, de acuerdo con cifras oficiales y un informe reciente de El Nuevo Herald.
Los datos que muestran el incremento de estas enfermedades se encuentran en los boletines epidemiológicos semanales publicados por el Instituto de Medicina Tropical “Pedro Kourí” (IPK), una entidad científica cubana, cuyos datos provienen de un sistema desarrollado por el Ministerio de Salud del régimen cubano.
En los datos consultados del boletín No.11 (pdf) bajo el título de Enfermedades de Declaración Obligatoria (EDO) Seleccionadas, hasta el 14 de marzo el número total de enfermedades respiratorias agudas era de 98,041–una cifra muy similar a la de la misma fecha del año pasado, la cual fue de 98,447.
Sin embargo, para el boletín No. 12 (pdf) que contabiliza los casos hasta el 21 de marzo, la cifra asciende a los 144,095, lo cual significa un incremento de 46,054 casos en una semana. Asimismo, la cifra es 50 por ciento más alta de casos registrados en la misma semana de marzo de 2019.
A pesar que el IPK no publicó un boletín No. 13, el Nuevo Herald señaló que hubo otros 188, 816 casos de acuerdo a las cifras del “total acumulado” reportadas para 2020 en los boletines No. 12 y No. 14.
Para varios expertos, este sorprendente aumento de casos de enfermedades respiratorias podría incluir a casos no reportados de COVID-19. Al mismo tiempo, mostraría una gran diferencia de las cifras oficiales reportadas por el régimen cubano, el cual había confirmado 25 casos de COVID-19 hasta el 21 de marzo.
“Es muy probable que muchas personas en Cuba tuvieran el virus en marzo y se contaran simplemente como [casos de] enfermedad respiratoria aguda”, dijo la directora del Programa de Medicina del Viajero de la Universidad Internacional de la Florida (FIU), Aileen Marty, al Nuevo Herald.
La especialista confirmó que este aumento no solo podría explicarse por el brote del virus del PCCh, sino que “lo más probable es que refleje el brote de COVID-19 en función de cuándo comenzó”.
Por otro lado, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) señaló en su reporte de Influenza de la semana epidemiológica No. 11 con fecha hasta el 20 de marzo, descartó que la influenza haya sido la razón del aumento de casos de enfermedades respiratorias.
El Nuevo Herald también reportó que a partir de ese informe, el régimen de Cuba dejó de aportar información a los reportes semanales de la OPS.
La portavoz de la OPS, Ashley Baldwin, señaló que el incremento de enfermedades respiratorias a partir de marzo se debía a “la investigación activa de personas con síntomas respiratorios, que es realizada por los servicios de atención primaria de salud en busca de casos de COVID -19″.
“Sin embargo, la COVID-19 se ha descartado en la mayoría de estos casos”, agregó.
El Herald argumentó que en ese momento el régimen cubano no tenía la capacidad para realizar las pruebas para identificar infecciones y que Baldwin no aclaró si la OPS realizó una verificación independiente.
“Toda la evidencia disponible”, dijo Marty, “refleja un gran brote de COVID-19 en Cuba que se hizo evidente en la semana que terminó el 21 de marzo”.
Hasta este martes, Cuba tiene registrados 1668 casos confirmados del virus del PCCh y 69 muertes por el virus, según el mapa Johns Hopkins.
Sin embargo, Antonio G. Rodiles, físico y matemático cubano, señaló que las bajas cifras de contagios por la COVID-19 ofrecidas por el régimen de la isla eran cuestionables debido a las condiciones de vida, la imposibilidad de llevar a cabo el aislamiento social y la decisión tardía de tomar medidas.
Asimismo señala que la población cubana tiene una predisposición a la COVID-19 “debido a su composición demográfica y padecimientos como diabetes, hipertensión, mal nutrición, entre otros”.
De acuerdo con una gráfica elaborada por Rodiles, un estimado de los contagios totales hasta el 26 de abril sobrepasarían los 9600.
«Cuestionar la información ofrecida por el sistema es un ejercicio básico. Sobre todo con las ambigüedades que han mostrado las cifras oficiales. No hacerlo muestra la pesada mano del régimen y la presión que ejerce sobre los que deberían hacer de la crítica una práctica diaria», señala el opositor cubano.
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