Opinión
Los principales medios de comunicación continúan cubriendo al hombre importante. El hombre importante es, por supuesto, Joe Biden. Y el escándalo de Hunter Biden siempre ha sido sobre Joe Biden. ¿Por qué? Porque es un entramado familiar. Así como la familia Corleone operaba como una unidad, con Don Corleone a cargo de la operación corrupta, la familia Biden opera como una unidad, con Joe Biden como su presidente y máxima autoridad.
Por supuesto, la familia Biden sabe que el nombre de Joe no puede ser utilizado abiertamente. Es por eso que Hunter Biden y sus asociados son enfáticos en sus correos electrónicos y otras comunicaciones para dejar el nombre de Joe fuera de sus transacciones. El asociado de Hunter, James Gilliar, en un momento le envió un mensaje de texto a Tony Bobulinski, entonces socio comercial de la familia Biden, «No menciones que Joe está involucrado». Parece que los correos electrónicos suelen referirse a Joe Biden con nombres en clave como «Celtic» o el «Hombre importante».
Sin embargo, parece que el hombre importante siempre estaba en los tratos. Uno de los correos electrónicos de Hunter hace referencia específicamente a un reducción del 10 por ciento para Joe Biden. Además, Bobulinski dijo que se reunió personalmente con Joe Biden para discutir los negocios de Hunter. Esto es importante porque Joe Biden ha negado constantemente que supiera algo sobre las actividades comerciales de su hijo.
Se trata del mismo Joe Biden que llevó a su hijo a bordo del Air Force Two a China, donde Hunter Biden llegó a un acuerdo con entidades comerciales relacionadas con el Partido Comunista Chino. Estos arreglos le dieron una participación en empresas conjuntas con los chinos por valor de decenas de millones de dólares. Ningún otro alto funcionario estadounidense había vendido supuestamente acceso en el mercado internacional desde la Fundación Clinton—y es muy probable que el entramado de la familia Biden se basara en la Fundación Clinton.
Aparentemente, Joe Biden incluso compartió oficinas con Hunter Biden. En 2017, Hunter envió un correo electrónico al director de su oficina para «tener las llaves disponibles para los nuevos compañeros de oficina», y uno de ellos era Joe Biden. Sin embargo, cuando la secretaria de prensa Jen Psaki fue consultada sobre esto recientemente, puso su habitual semblante inexpresivo y se limitó a decir que Joe Biden «no era compañero de oficina» con Hunter Biden. Nada más. Fin de la historia.
El periodista de investigación Peter Schweizer ha documentado los tratos de la familia Biden con entidades extranjeras en Ucrania, China, Costa Rica y otros lugares. Es una operación mundial, y todos los rastros conducen a un solo hombre, Joe Biden. Sin su nombre y al menos algún nivel de participación activa, no habría maquinación que llevar a cabo.
A pesar de las pruebas que vinculan estrechamente a los Biden en estos negocios, los medios de comunicación, por razones ideológicas, han protegido mucho a su hombre en la Casa Blanca. Al principio, los medios de comunicación trataron a la computadora portátil de Hunter Biden y su contenido incriminatorio como desinformación rusa. Para ello, la prensa contó con la ayuda de 50 exfuncionarios de inteligencia que al parecer estaban dispuestos a mentirle al pueblo estadounidense para proteger a Joe Biden de su propia corrupción.
Ahora, tanto el New York Times como el Washington Post han confirmado que la computadora portátil es legítima. De manera reveladora, ninguno de los 50 funcionarios de inteligencia se ha retractado o expresado algún arrepentimiento por ser parte de un plan de engaño público. Los medios de comunicación tampoco lo han hecho. En cambio, la nueva narrativa es: Es cierto, Hunter Biden vendió el acceso a nombre de su familia, pero Joe Biden no tuvo nada que ver con eso.
Esto tiene toda la fuerza persuasiva de decir que Don Corleone no sabía nada de las actividades de su familia y no participó en ellas en absoluto. No tiene sentido. Y la participación directa de Joe Biden en las actividades de su hijo se ha confirmado ahora con un nuevo correo electrónico que ha salido a la luz. El correo electrónico incluye una recomendación universitaria que Joe Biden escribió para un empresario chino que era socio de Hunter Biden.
Jonathan Li es el CEO de una empresa BHR que se asoció con la empresa de Hunter Biden, Rosemont Seneca. Hunter también tenía una participación del 10 por ciento en BHR. En 2017, Li envió un correo electrónico a Hunter Biden y a sus socios comerciales Devon Archer y Jim Bulger. “Caballeros”, escribió, “vean el currículum adjunto de mi hijo, Chris Li. Él está aplicando [a] las siguientes universidades para este año”.
Li enumeró la Universidad de Brown, la Universidad de Cornell y la Universidad de Nueva York. También adjuntó una «versión actualizada» del currículum de su hijo. ¿Qué pasó entonces? Sigamos el rastro del correo electrónico. “Veamos cómo podemos ayudar a Chris aquí”, respondió Bulger a Hunter y a la pandilla.
Unas semanas después, el 18 de febrero de 2017, Eric Schwerin, presidente de Rosemont Seneca, respondió a Li. «Jonathan», escribió, «Hunter me pidió que te enviara una copia de la carta de recomendación que le pidió a su padre que escribiera en nombre de Christopher para la Universidad de Brown». En otras palabras, Joe Biden escribió la carta.
¿Es razonable, en este punto, seguir diciendo que Joe Biden dijo la verdad cuando afirmó que no tenía nada que ver con los negocios de su hijo? ¿Es creíble que nunca estuvo involucrado en los negocios o que se benefició de ellos? No, no lo es. Al contrario, parece que Hunter Biden era el testaferro de Joe Biden. Este es un escándalo de Joe Biden, no de Hunter Biden. Si el entramado familiar puede compararse con las espirales de una serpiente, Joe Biden es la cabeza de la serpiente.
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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
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