Un descubrimiento innovador vincula las hormonas del estrés con un aumento cuatro veces mayor en la propagación del cáncer, explicando por qué los pacientes bajo estrés severo a menudo tienen tasas de supervivencia más bajas.
«Probablemente hay muy pocas situaciones que sean tan estresantes como recibir un diagnóstico de cáncer y someterse a un tratamiento oncológico», dijo a The Epoch Times Mikala Egeblad, investigadora del cáncer y autor principal del estudio.
Comprender el vínculo entre el estrés y el cáncer puede abrir nuevas formas de proteger a los pacientes de los efectos adversos del estrés como parte de la atención del cáncer.
Un descubrimiento accidental impulsa más investigaciones
El equipo de científicos del Laboratorio Cold Spring Harbor (CSHL) descubrió que los glucocorticoides, un tipo de hormona del estrés, desempeñan un papel en la creación de un entorno propicio para la metástasis.
El laboratorio Egeblad, que se trasladó a la Universidad Johns Hopkins, estudia cómo la comunicación entre los tumores y el sistema inmunológico afecta el crecimiento tumoral y la metástasis en ratones. Los investigadores descubrieron la conexión accidentalmente, notando un crecimiento tumoral más rápido en ratones que habían estresado involuntariamente por un cambio de alojamiento.
El fenómeno impulsó más investigaciones sobre la exposición al estrés crónico y cómo puede fomentar la propagación del cáncer, según el primer autor Xue-Yan He, becario postdoctoral en CSHL y ahora profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington.
La Sra. He investigó esta conexión con un estudio con ratones que imitaba el estrés crónico, lo que dio lugar a observaciones sorprendentes: un aumento en las lesiones tumorales y un aumento de hasta cuatro veces en la propagación del cáncer.
Las estructuras de «telaraña» estimulan las células cancerosas
Según el estudio publicado en Cancer Cell, el tamaño de los tumores mamarios aproximadamente se duplicó y la tasa de metástasis a los pulmones aumentó entre dos y cuatro veces en comparación con los ratones de control no expuestos al estrés.
Los investigadores descubrieron que el estrés crónico afecta a los neutrófilos, un tipo de glóbulo blanco, provocando un aumento en la activación de los neutrófilos en los tejidos donde van las células cancerosas.
Al observar el tejido pulmonar, los investigadores encontraron que el estrés crónico había alterado el ambiente interno del cuerpo de una manera que podría promover el crecimiento del cáncer al aumentar los neutrófilos y luego reducir las células T, células inmunes que matan las células cancerosas.
«También encontramos más matriz extracelular; esta es una (red) de proteínas que puede apoyar el crecimiento de células cancerosas», dijo la Sra. He a The Epoch Times. La matriz extracelular ayuda a las células a unirse a las células cercanas y desempeña un papel vital en el crecimiento y movimiento celular.
La Sra. Egeblad explicó que los neutrófilos en los tejidos forman estructuras similares a telarañas llamadas trampas extracelulares de neutrófilos (NET). Básicamente, estas trampas son redes pegajosas de ADN destinadas a atrapar patógenos. Sin embargo, en el caso del cáncer, los NET no cumplen su función protectora habitual.
En cambio, según Egeblad y He, parece que los NET, inducidos por el estrés, estimulan el crecimiento de células de cáncer de mama que llegan a los pulmones. «Nuestro trabajo muestra cómo el estrés crónico activa los neutrófilos, ayudando a que las células cancerosas crezcan», añadió la Sra. He.
Para confirmar que los glucocorticoides impulsan la formación de NET, lo que lleva a un aumento de la metástasis, los investigadores realizaron tres pruebas, cada una de las cuales interfiere con esta vía. Primero, eliminaron los neutrófilos de los ratones utilizando anticuerpos. Luego, inyectaron una enzima que disuelve NET. Por último, utilizaron ratones cuyos neutrófilos no podían responder a los glucocorticoides.
Según la Sra. He, cada prueba logró resultados similares: el agotamiento de los neutrófilos detuvo la metástasis inducida por el estrés.
El estrés crónico prepara al cuerpo para desarrollar cáncer
«En conjunto, nuestros datos muestran que los glucocorticoides liberados durante el estrés crónico provocan la formación de NET y establecen un microambiente que promueve la metástasis», escribieron los autores del estudio.
Inesperadamente, el estudio también demostró que el estrés crónico puede hacer que se formen NET y cambien los tejidos pulmonares en ratones sin cáncer, esencialmente preparando el cuerpo para el cáncer.
Si bien este estudio destaca por qué controlar el estrés severo es fundamental para el tratamiento del cáncer, también señala posibles terapias que podrían apuntar a la formación de NET o bloquear los receptores de glucocorticoides.
«La siguiente dirección importante que veo es comprender en qué medida esto se aplica a los humanos y qué podemos hacer para inhibir el estrés, primero en nuestros modelos animales y, finalmente, en los pacientes», dijo la Sra. Egeblad.
También espera que comprender la respuesta al estrés de los pacientes allane el camino para un mejor tratamiento y mayores tasas de supervivencia.
Desentrañando la mortal alianza estrés-cáncer
El estrés es inevitable para alguien que se enfrenta a un diagnóstico de cáncer. Muchos pacientes citan las decisiones de tratamiento (y la incertidumbre, la ansiedad e incluso el arrepentimiento que las rodean) como una fuente de angustia, según un estudio de 2023 publicado en Scientific Reports.
En un artículo de revisión de 2023 publicado en Annual Review of Psychology, los investigadores compartieron décadas de datos que muestran cómo las técnicas de reducción del estrés mejoran los resultados de los pacientes con cáncer. Las técnicas para el manejo del estrés incluyen:
• Respiración: consiste en respirar lenta y profundamente mientras se concentra en llenar los pulmones y relajar los músculos.
• Relajación muscular progresiva: esta técnica consiste en tensar y luego relajar los músculos. La mayoría de las personas comienzan en los dedos de los pies o en la cabeza y relajan progresivamente todos los músculos del cuerpo.
• Meditación: con esta técnica, puede aprender a relajar la mente y concentrarse en una sensación de calma interna.
• Yoga: el yoga centra la mente en la respiración y la postura para promover la relajación y reducir la fatiga.
Muchos de los hallazgos del artículo de revisión involucraron terapia cognitivo-conductual (TCC) con un especialista, que se enfoca en cambiar activamente los pensamientos y el comportamiento. También se enseñó a los pacientes a distinguir entre los factores estresantes que están bajo su control y los que no.
Para los factores estresantes que uno siente que están fuera del control de alguien, como las incertidumbres que surgen al enfrentar un plan de atención del cáncer, las técnicas de relajación con apoyo social parecen ayudar a los pacientes a controlar la ansiedad.
Involucrarse con grupos de apoyo y conectarse con pares que enfrentan luchas similares proporciona una red de apoyo. Compartir experiencias crea un sentido de pertenencia, lo que disminuye el aislamiento que puede acompañar al cáncer.
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