El viernes, al final de una sesión maratónica, el Senado aprobó por escaso margen una resolución presupuestaria destinada a presionar la aprobación del proyecto de ley de ayuda por el COVID-19 del presidente Joe Biden.
La votación de 51-50 solo fue posible porque la vicepresidenta Kamala Harris utilizó su capacidad de desempate como presidenta del Senado.
Todos los senadores demócratas votaron a favor de la resolución y todos los republicanos votaron en contra.
«Estoy muy agradecido de que nuestro caucus haya permanecido unido. No teníamos otra opción dados los problemas a los que se enfrenta Estados Unidos y el deseo de avanzar», dijo el líder de la mayoría del Senado, Chuck Schumer (D-N.Y.), en el pleno del Senado en Washington tras la votación.
Schumer trató de presentar el trabajo como bipartidista a pesar de la falta de apoyo de los republicanos, señalando que algunas de la avalancha de enmiendas propuestas durante la noche fueron adoptadas con el respaldo del Partido Republicano.
«Este ha sido un primer paso gigantesco, un paso hacia el acuerdo, y estamos muy agradecidos de que el presidente Biden haya elaborado un plan con aportaciones de tantos de nosotros, de ambos lados del pasillo, para que Estados Unidos vuelva a superar esta horrible crisis», añadió.
Con escasas posibilidades de convencer a 10 senadores republicanos para que respalden el paquete de 1.9 billones de dólares, los demócratas se frustraron rápidamente con los intentos de los republicanos de llegar a un acuerdo con un proyecto de ley pequeño y han recurrido a un proceso de reconciliación presupuestaria para sacar adelante el paquete sin el apoyo de los republicanos.
Schumer y la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, presentaron el lunes la resolución presupuestaria conjunta. La Cámara de Representantes la aprobó por 218-212. Ningún republicano votó a favor.
Debido a que el Senado modificó la resolución, la Cámara de Representantes la retomará en una nueva votación.
Si se aprueba de nuevo, el Congreso se encargará de elaborar un proyecto de ley de ayuda. Solo necesitarán una mayoría simple para aprobarlo, lo que requeriría reunir a los 50 demócratas de nuevo en el Senado. Se espera que el proyecto de ley se ajuste al paquete que Biden presentó el mes pasado antes de jurar su cargo. Ese paquete incluye una nueva ronda de cheques de estímulo, un aumento del salario mínimo federal y 130,000 millones de dólares para que las escuelas puedan reabrir de forma segura.
Algunas de las enmiendas no vinculantes abordaban cuestiones clave de la propuesta, como una que expresaba la oposición al aumento del salario mínimo. Esa enmienda, de la senadora Joni Ernst (R-Iowa), tuvo éxito en una votación oral.
Otra enmienda pedía cheques más específicos que los autorizados en el anterior paquete de ayuda del año pasado. Solo el senador Rand Paul (R-Ky.) votó en contra de la enmienda.
El senador Joe Manchin (D-W.Va.), moderado, propuso la enmienda y ha dicho que quiere cheques más específicos, al igual que varios legisladores del GOP.
La Casa Blanca dijo el jueves que Biden mantendría la cuantía de los pagos de 1400 —originalmente prometió pagos de 2000 dólares—, pero que es flexible en cuanto a quién puede recibir los cheques.
Un grupo de 10 republicanos que han estado tratando de negociar con Biden publicó una carta el jueves por la noche en la que cuestionan que se llegue a un acuerdo entre su plan y su propuesta competidora de aproximadamente 600,000 millones de dólares.
«Hemos recibido alguna información y datos de su oficina sobre su solicitud de 1.9 billones de dólares para su Plan de Rescate Estadounidense, y esperamos recibir información adicional sobre sus propuestas para las pequeñas empresas e impuestos», escribió para Biden el grupo, que incluye a los senadores Susan Collins (R-Maine) y Mitt Romney (R-Utah)
«Con el ánimo de seguir manteniendo un diálogo abierto y productivo, queremos dar nuestra opinión sobre los documentos que hemos recibido hasta la fecha. Seguimos comprometidos a trabajar de forma bipartidista y esperamos que tenga en cuenta nuestras opiniones a medida que avance el proceso legislativo».
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