El Departamento de Asuntos de los Veteranos de EE. UU. le negó a un veterano del ejército estadounidense un trasplante de pulmón que podría salvarle la vida porque no está vacunado contra el COVID-19.
Las solicitudes de James Jooyandeh, tanto para ser remitido al trasplante como para obtener una exención religiosa de la vacuna, fueron denegadas recientemente por el hospital de Asuntos de Veteranos (VA) de Wisconsin, donde Jooyandeh ha sido tratado durante los últimos años.
Jooyandeh, excomandante de tanques del ejército estadounidense, padece una fibrosis pulmonar en estado avanzado.
«Lamentablemente, no podemos ofrecerle un trasplante de pulmón como opción de tratamiento debido a su negativa para recibir el mantenimiento rutinario de salud recomendado, incluidas sus vacunas, lo que constituye una contraindicación absoluta para el trasplante de pulmón en nuestro centro», escribieron el médico de cabecera de Jooyandeh, el doctor Samir Sultan, neumólogo especialista en trasplantes del hospital de veteranos de Wisconsin, y el doctor James Maloney, jefe de los servicios quirúrgicos del hospital de veteranos.
En una entrevista exclusiva con The EpochTimes, Jooyandeh y su esposa Deborah dijeron a The Epoch Times que ambos están en contra de la vacuna contra el COVID-19 porque se utilizaron líneas de células fetales en el desarrollo y las pruebas de la vacuna y por los posibles riesgos para la salud de la vacuna.
«Uno de los efectos secundarios que se acaba de publicar era la enfermedad pulmonar intersticial y eso es lo que tenemos», dijo Deborah Jooyandeh a The Epoch Times, «así que por qué iba a tomar una vacuna que causa lo que está matando».
Jooyandeh dijo que también se siente «despreciado» por la misma administración a la que sirvió durante tanto tiempo. Tras un período de 13 años en el ejército estadounidense, Jooyaneh sirvió ocho años en la Guardia Nacional y cinco en la Reserva del Ejército.
Ahora, con 52 años, trabaja como civil en Nestlé y no tiene medios para costear por sí mismo un trasplante de pulmón. Su única opción es utilizar sus beneficios de la VA.
Para ello, un médico de la Administración de Veteranos debe remitirle a un centro, ya que los hospitales de la Administración de Veteranos no realizan trasplantes por sí mismos. El VA suele remitir a los veteranos que necesitan trasplantes al Hospital Universitario de Vanderbilt, en Tennessee.
Vanderbilt no exige la vacuna contra el COVID-19 para los pacientes de trasplante, pero Sultan, como muestran los registros, siguió negándose a remitirlo.
Tanto él como Maloney reconocieron en su carta que Jooyandeh «está significativamente discapacitado debido a su condición pulmonar», pero se negaron a reconsiderar su decisión.
También se negaron a considerar la solicitud de Jooyandeh de una exención religiosa.
Lo que no está claro es qué política de la Administración de Veteranos siguen Sultan y Maloney al negarse a remitir a Jooyandeh para su tan necesario trasplante de pulmón.
En una carta que precede a la denegación de la solicitud de Jooyandeh de una remisión, John Rohrer, director del Servicio de Trasplantes y Cirugía del Departamento de Asuntos de los Veteranos en Wisconsin, declaró en una carta que el «coordinador» del hospital le había confirmado que la vacuna contra el COVID-19 es necesaria «según las directrices actuales del programa de trasplantes de pulmón».
Sin embargo, un portavoz del VA no pudo proporcionar a The Epoch Times la política del VA sobre la remisión para un trasplante de veteranos que no están vacunados contra el COVID-19.
Rohrer tampoco respondió a las preguntas de The Epoch Times pidiéndole que aclarara a qué directrices se refería.
Sultan y Maloney, que no respondieron a las preguntas de The Epoch Times, citaron las recomendaciones de United Network for Organ Sharing (UNOS) como base de su decisión.
En marzo, The Epoch Times reportó que Pfizer es uno de los patrocinadores corporativos de la UNOS. Los hospitales privados que han denegado trasplantes a pacientes no vacunados también han citado las políticas de la UNOS para justificar su postura. En respuesta, la UNOS emitió una declaración a The Epoch Times en la que subrayaba que sus recomendaciones no son mandatos y que los hospitales son libres de tomar sus propias decisiones respecto a los trasplantes de pacientes no vacunados.
El mes pasado, el Liberty Counsel envió al VA una solicitud formal de remisión de emergencia en nombre de Jooyandeh, pero según Deborah Catalano, abogada principal de la organización de derechos civiles, el VA aún no ha respondido a su solicitud del 15 de abril.
«Estamos hablando de un hombre que sirvió a su país y probablemente salvó vidas y ahora la misma administración bajo la que sirvió está dispuesta a dejarlo morir», dijo a The Epoch Times.
La afección pulmonar de Jooyandeh puede deberse a su servicio militar. Aunque admitió que fumaba, Jooyandeh también formó parte de una unidad del ejército encargada de quemar munición gastada y otras municiones en un pozo abierto.
Jooyandeh, que no tiene ninguna otra comorbilidad, dijo a The Epoch Times que cree que Sultan está actuando en base a sus propias creencias personales y que «lo ha puesto en la lista negra hasta el punto de que nadie lo invalidará».
Incluso escribió un informe negativo sobre el rechazo de Jooyandeh a tomar la medicación, a pesar de que su historial médico muestra que tuvo una reacción adversa a la misma.
«Se interpone continuamente en nuestro camino», dijo Jooyandeh, «es como si estuviese dañando mis registros para hacer parecer que no coopero».
Catalano dijo que se pregunta por qué al VA le importa siquiera que Jooyandeh esté vacunado, ya que ninguno de sus hospitales va a realizar el trasplante.
«La VA está negando su acceso a la atención médica, nadie le pide a la VA que lo realice», dijo «debería conceder la exención religiosa o simplemente dejarles ir a Vanderbilt y pagar por ello».
Catalano señaló un estudio reciente que muestra que la VA está dentro de la minoría cuando se trata de negarse a remitir a los pacientes no vacunados que necesitan un trasplante importante de órganos.
Según el estudio, realizado por el American Journal of Transplantation, de los 141 centros de trasplantes estadounidenses encuestados, el 60.7 por ciento informó que la vacuna contra el COVID-19 no era necesaria para recibir un trasplante.
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