El 7 de diciembre, el Departamento de Estado de Estados Unidos ubicó el nombre de China en una lista negra de violadores de libertad religiosa, junto a otros nueve países con un pobre historial en derechos humanos.
Las diez naciones, entre las que se incluyen: Birmania, Eritrea, Irán, Corea del Norte, Nigeria, Arabia Saudita y Tayikistán, fueron designadas como «países de especial preocupación» por el secretario de Estado, Mike Pompeo, en conformidad con la Ley de Libertad Religiosa Internacional (IRFA) de 1998.
Se descubrió que estos países habían cometido o tolerado «violaciones sistemáticas, continuas y atroces a la libertad religiosa», según un comunicado del Departamento de Estado.
“Estados Unidos continuará trabajando incansablemente para poner fin a los abusos y a la persecución por motivos religiosos en todo el mundo, y para ayudar a garantizar que cada persona, en todas partes y en todo momento, tenga derecho a vivir de acuerdo con los dictados de la conciencia”, afirmó Pompeo.
Protecting religious freedom is a top U.S. foreign policy priority. These religious freedom designations of governments and non-state actors by @SecPompeo demonstrate U.S. commitment to protecting and expanding religious freedom for all. https://t.co/JMp6BE3tK6 https://t.co/oaBpSlHTgL
— Cale Brown (@StateDeputySPOX) December 7, 2020
Según el sitio web del Departamento de Estado, las «violaciones atroces» incluyen «tortura, tratos o penas degradantes, detención prolongada sin cargos, secuestro o detención clandestina u otra negación flagrante al derecho a la vida, la libertad o la seguridad de las personas».
El Congreso es notificado de las designaciones, en la lista anual de violadores a la libertad religiosa, y podría imponer medidas económicas y no económicas para presionar a estos países para que pongan fin a sus comportamientos transgresores.
Esta no es la primera vez que China aparece en la lista negra. En 1999 fue designado por primera vez como «País de particular preocupación» y desde entonces ha aparecido en la lista negra cada año.
A principios de abril, la Comisión de Libertad Religiosa Internacional de Estados Unidos (USCIRF), una comisión federal bipartidista independiente creada bajo la IRFA, recomendó que 14 países, incluida China, recibieran la designación.
“No hay duda de que China es el principal violador de los derechos humanos y de la libertad religiosa en el mundo. No se puede comparar con ningún otro país del mundo, no solo por sus acciones inexcusables, sino por la forma en que ayuda e incita a acciones similares en otros países de todo el mundo”, declaró el comisionado de la USCIRF, Johnnie Moore, en el informe anual 2020 de la agencia.
Entre 900,000 y 1,8 millones de minorías étnicas musulmanas, incluidos los uigures, han sido detenidas en más de 1300 campos de concentración en la región occidental de Xinjiang, en el extremo occidental de China, según el informe. Además, miles de seguidores de Falun Gong fueron arrestados en 2019 por hacer ejercicios de meditación o «distribuir literatura sobre sus creencias».
El régimen chino comenzó su persecución a la práctica espiritual Falun Gong, también conocida como Falun Dafa, en julio de 1999, por temor a su creciente popularidad. Había entre 70 y 100 millones de practicantes en 1999, según estimaciones estatales en ese momento. Millones han sido detenidos dentro de prisiones, campos de trabajo y en otras instalaciones. Además, cientos de miles han sido torturados mientras estaban encarcelados, según el Centro de Información de Falun Dafa.
Pompeo también colocó a «Comoras, Cuba, Nicaragua y Rusia en una lista de vigilancia especial para los gobiernos que se han involucrado o tolerado violaciones graves de la libertad religiosa», según el comunicado.
Por último, Pompeo también designó a varios grupos terroristas, incluidos Al Qaeda, Boko Haram e ISIS, como «Entidades de particular preocupación».
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