El elegido del presidente electo Donald Trump para zar de fronteras, Tom Homan, dijo que los planes para una operación a gran escala para deportar a inmigrantes ilegales comenzarían en Chicago, advirtiendo a los funcionarios locales que no se interpongan en el camino.
«Vamos a empezar aquí mismo, en Chicago, Illinois. Si su alcalde de Chicago no quiere ayudar, tiene que hacerse a un lado», dijo Homan a la multitud en un evento el 9 de diciembre en Chicago co-organizado por el Northwest Side GOP Club. «Pero si nos lo impide —si a sabiendas alberga u oculta a un extranjero ilegal— lo procesaré».
Trump hizo campaña con la promesa de asegurar la frontera y deportar a cualquiera que resida ilegalmente en el país, y las estimaciones de la población de inmigrantes ilegales en Estados Unidos oscilan entre unos 11 millones y 21 millones. El presidente electo también ha prometido poner fin a la ciudadanía por derecho de nacimiento, aunque recientemente señaló su disposición a trabajar con los demócratas en un plan que excluiría de las deportaciones masivas a las personas que entraron ilegalmente en Estados Unidos cuando eran niños, a menudo conocidos como Dreamers.
Homan, que durante el primer mandato de Trump fue director interino del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE), es el hombre que el presidente electo designó para supervisar las expulsiones. Aunque los detalles de la operación siguen sin estar claros, Homan dijo que el esfuerzo priorizaría la expulsión de delincuentes y miembros de pandillas.
Varios legisladores demócratas y funcionarios municipales han condenado el plan de deportación masiva, argumentando que perturbaría a familias establecidas desde hace mucho tiempo y perjudicaría a la economía.
Entre los críticos está el alcalde de Chicago, Brandon Johnson, quien en sus primeras declaraciones públicas sobre los resultados de la elección presidencial dijo que los funcionarios de la ciudad seguirían protegiendo a los inmigrantes ilegales de la deportación y que no permitiría que los oficiales de policía de Chicago cooperaran con ICE.
Johnson también prometió luchar contra cualquier intento de retener la financiación federal de Chicago, calificando tales amenazas de «desmedidas y peligrosas».
En sus comentarios en el evento del lunes en Chicago, Homan dijo que la ciudad vería una afluencia de agentes de ICE después de que Trump jurara el cargo. Advirtió a los funcionarios de la ciudad que «se quiten de en medio», al mismo tiempo que prometió demandar a las ciudades santuario que se nieguen a cooperar con ICE.
Al igual que el alcalde de Chicago, el gobernador de Illinois, JB Pritzker, también ha prometido oponerse a cualquier intento de deportar a inmigrantes ilegales. El portavoz de Pritzker, Matt Hill, emitió un comunicado a varios medios de comunicación en respuesta a las declaraciones de Homan.
«No es ningún secreto que Illinois se enfrentará a innumerables ataques infundados durante los próximos cuatro años de la administración Trump», dijo en el comunicado. «En lugar de responder a cada jactancia ridícula de los lacayos de Trump, el gobernador Pritzker se centra en lo que se centró durante el primer mandato de Trump: liderar nuestro estado con competencia en lugar de caos».
Mientras que el esfuerzo de deportación de Trump se enfrenta a la oposición de Illinois y algunos otros estados azules, los liderados por republicanos como Texas han prometido tender una mano.
«Texas continuará trabajando con el presidente Donald Trump y el zar fronterizo Homan para asegurar la frontera», dijo el gobernador de Texas, Greg Abbott, en un posteo reciente en X, llamando al enfoque de su estado a la seguridad fronteriza «el modelo nacional».
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