Las expectativas sociales de que el período posparto esté lleno de alegría puede hacer que los episodios de depresión se sientan exponencialmente más aislados cuando una de cada cinco madres los experimenta.
Las mujeres y sus hijos —pueden sentir los efectos de la depresión posparto, a veces durante muchos años. Sin embargo, una nueva investigación muestra cómo la terapia y los ejercicios especialmente diseñados para combatir la ansiedad en las madres embarazadas pueden reducir significativamente los incidentes de depresión posparto.
Un ensayo clínico dividió a 755 mujeres en un grupo de intervención prenatal o un grupo de atención de rutina para comparar episodios de ansiedad y depresión en las primeras seis semanas después del parto. Los del grupo de intervención recibieron seis sesiones —y deberes— basadas en terapia cognitivo conductual.
«En realidad, los resultados fueron muy buenos. Realmente funcionó para las mujeres que reclutamos en el estudio, que tenían al menos síntomas de ansiedad leves que podían llegar a ser más graves», dijo la investigadora principal Pam Surkan a The Epoch Times. La Sra. Surkan es profesora de la Escuela de Salud Pública Bloomberg de Johns Hopkins en Baltimore. «Vimos una reducción del 81 por ciento en la probabilidad de sufrir depresión posparto».
Los resultados fueron publicados en febrero en Nature Medicine. Entre las mujeres del grupo de intervención, el 12 por ciento informó un episodio depresivo mayor, en comparación con el 41 por ciento del grupo de control.
«El mensaje para llevar a casa sería que usted puede prevenir la depresión posparto si puede reducir los síntomas de ansiedad en el embarazo», dijo la Sra Surkan y agregó que las mujeres señalaron los beneficios de la respiración aprendida y los ejercicios de relajación.
Atención accesible
Los investigadores pasaron un año desarrollando el programa, —llamado Madre Feliz -Bebé Saludable—, con aportes de expertos en psicología, madres y proveedores de atención médica.
La terapia cognitivo-conductual, el método de oro para el tratamiento de la ansiedad, enseña cómo reconocer y reemplazar pensamientos y comportamientos intrusivos basados en el miedo —como el miedo al aborto espontáneo— por otros más constructivos.
Se capacitó a personas no especialistas para administrar terapia a mujeres en Pakistán que tenían al menos 22 semanas de embarazo. La idea era ver si se podía utilizar una opción rentable para llegar al mayor número posible de mujeres. Los investigadores eligieron Pakistán porque es la población a la que podían acceder y esta tenía ingresos más bajos y mayores niveles de ansiedad.
La Sra. Surkan está buscando subvenciones para probar el programa en el área de Baltimore. Desde que se publicaron los resultados, los sistemas de atención médica se han puesto en contacto para adoptar el programa. Dijo que los investigadores tienen la intención de hacerlo ampliamente disponible una vez que esté desarrollado para los Estados Unidos.
Catherine Schmidt, psicóloga clínica autorizada especializada en la ansiedad de las mujeres (que no formó parte del estudio), dijo a The Epoch Times en un correo electrónico que el hallazgo es especialmente alentador para las mujeres y los centros de atención médica con recursos limitados.
«Uno de los aspectos más prometedores de este estudio es que las intervenciones no fueron realizadas por profesionales capacitados sino por no especialistas», dijo, y agregó que ilustra lo beneficioso que puede ser propugnar un amplio acceso a herramientas efectivas.
Bebés más sanos
«Invertir en salud mental materna es realmente una inversión en nuestros niños y comunidades», añadió Schmidt. «Las madres sanas y mentalmente sanas pueden sintonizar con las necesidades de sus hijos de manera más efectiva, lo que fomenta una sensación de seguridad y conexión en sus hijos durante esos primeros meses críticos después del parto».
Tanto la ansiedad prenatal como la depresión posparto pueden ser debilitantes para las mujeres y también para sus hijos, explicó la Sra. Surkan. Investigaciones anteriores han observado la conexión entre los dos y el daño prolongado que causan a los bebés.
Por ejemplo, las mujeres que sufren depresión materna tienen más probabilidades de tener partos prematuros y abortos espontáneos, así como de tener bebés con bajo peso al nacer que sufren de pasividad, retraimiento, atención, excitación desreguladas y menor cognición. Todas son dificultades que pueden persistir durante toda la vida, según un artículo de 2004 en Paediatrics and Child Health.
Según la Sra. Surkan, esto se debe en gran parte a que a las mujeres que sufren depresión posparto les resulta más difícil sentirse motivadas para cuidar lo mejor posible de sus hijos.
Los síntomas de la madre, como pensamientos intrusivos, desesperanza, cavilación, irritabilidad o cambios de humor, pueden pasar desapercibidos o ignorados simplemente porque ya están muy abrumadas y concentradas en sobrevivir, dijo la Sra. Schmidt.
Los cambios dramáticos que implica dar a luz y traer un nuevo bebé a casa hacen que sea más difícil identificar los problemas, según Postpartum Support International, una organización que ofrece educación y conecta a las familias con recursos de apoyo.
La ayuda en el período prenatal es vital
Lo mejor es la intervención temprana, que incluya estrategias preventivas sencillas. Sin embargo, la depresión posparto puede ir acompañada de sentimientos de vergüenza o pudor, lo que complica aún más la atención.
«La transición a la maternidad puede resultar muy aislada y confusa, y las mujeres son muy susceptibles a las enfermedades mentales durante este momento crítico», dijo la Sra. Schmidt. «Persiste una gran cantidad de estigma en lo que respecta a la salud mental de las mujeres durante el posparto y todavía tenemos mucho progreso por hacer».
No solo son útiles los programas contra la ansiedad como Happy Mother-Healthy Baby, sino también el acceso a especialistas como asesores en lactancia, terapeutas, asistentes sociales, nutricionistas y especialistas en sueño infantil.
La falta de apoyo puede hacer que una nueva madre se sienta decepcionada. Y luego hay factores estresantes adicionales, explicó la Sra. Schmidt, como las presiones culturales para amamantar y sentirse fracasada cuando se necesita fórmula, o lidiar con cambios en la seguridad laboral o las finanzas.
«Cuando se trata de la salud mental de las mujeres, lo más efectivo es tomar medidas preventivas y brindar apoyo antes de que las cosas se agraven», dijo. “Detectar los síntomas a tiempo puede marcar la diferencia. Ése es uno de los puntos fuertes de este estudio: proporcionar herramientas con antelación”.
Encontrar apoyo
La Oficina para la Salud de la Mujer del Departamento de Servicios Humanos y de Salud de EE. UU . ofrece estos consejos adicionales para el posparto:
• Llame al 1-833-TLC-MAMA (1-833-852-6262) en cualquier momento para obtener asistencia gratuita y confidencial. Si está en crisis, también puede llamar o enviar un mensaje de texto a Suicide and Crisis Lifeline al 988.
• Pida ayuda: sea honesto y específico acerca de sus necesidades. Es posible que incluso desees crear un plan de soporte antes del parto.
• Encuentre un grupo de apoyo: los hospitales, iglesias y organizaciones comunitarias a menudo ofrecen grupos comunitarios posnatales específicos.
• Hable con un profesional de atención médica; pregunte sobre recursos y otro tipo de apoyo.
• Cuídese: descanse, coma bien, tómese descansos y hable con las personas en su vida sobre sus emociones y dificultades.
• Evite realizar cambios importantes en su vida durante este tiempo.
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