El Departamento de Justicia de los Estados Unidos (DOJ) anunció el 20 de mayo nuevas iniciativas por valor de 10 millones de dólares para frenar los delitos de odio y otros «incidentes relacionados con los prejuicios».
El anuncio se emitió pocos días después que la Cámara de Representantes aprobara una ley para autorizar la creación de oficinas especializadas en los departamentos del gobierno federal para vigilar el terrorismo doméstico y los delitos de odio.
Como parte de los esfuerzos del Departamento de Justicia, éste publicó una «nueva guía» con el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) para aumentar la conciencia sobre los delitos de odio durante la pandemia de COVID-19.
También se destinaron 5 millones de dólares en oportunidades de subvención para establecer «líneas directas de denuncia de delitos de odio» administradas por el estado y para apoyar «enfoques basados en la comunidad para prevenir y abordar los delitos de odio». El Departamento de Justicia también contratará a su primer «coordinador de acceso lingüístico».
«A lo largo de nuestra historia y hasta el día de hoy los delitos de odio tienen un impacto singular por el terror y el miedo que infligen a comunidades enteras», dijo el fiscal general Merrick Garland en un comunicado.
«Nadie en este país debería tener que temer la amenaza de la violencia alimentada por el odio. El Departamento de Justicia seguirá utilizando todos los recursos a su disposición para hacer frente a los actos ilícitos de odio y para hacer rendir cuentas a quienes los perpetran», añadió Garland.
Los informes de los principales medios de comunicación sobre la violencia contra los estadounidenses de origen asiático se dispararon desde el comienzo de la pandemia del coronavirus.
En 2021, un profesor de la Universidad del Estado de Kentucky revisó la información disponible de nivel público sobre unos 100 ataques contra asiáticos denunciados por la policía entre 2020 y 2021 y determinó que en más del 60 por ciento de los casos el sospechoso fue identificado como negro.
Históricamente, los delitos de odio no son denunciados y la mayoría de las víctimas, especialmente los inmigrantes, dudan en acudir a las autoridades. También son escasos los datos nacionales fiables sobre los delitos de odio contra los asiáticos.
El anuncio del Departamento de Justicia (DOJ) se produce cuando se cumple un año de la promulgación de las leyes de delitos de odio por COVID-19 y Khalid Jabara-Heather Heyer NO HATE. Desde enero de 2021, el DOJ ha dicho que ha conseguido más de 35 condenas de acusados por «delitos motivados por prejuicios».
El DOJ definió un crimen de odio como un crimen que está «motivado por el sesgo contra la raza, color, religión, origen nacional, orientación sexual, género, identidad de género o discapacidad”. La forma más común, casi el 30 por ciento, se refiere al vandalismo o los daños a la propiedad.
Sin embargo, en la actualidad hay más delitos que se consideran relacionados con el prejuicio o con el odio.
También se ha llevado a cabo una campaña nacional de carteles publicitarios, anuncios en exteriores, emisiones de radio y anuncios en las redes sociales, junto con conferencias, recursos y formación para ayudar a la comunidad y a las fuerzas policiales a identificarlos.
El Departamento de Justicia (DOJ) dijo que fue «más allá» de sus competencias en virtud de la Ley de Delitos de Odio por COVID-19 y aceleró «la revisión de ciertos delitos de odio incluyendo tipos adicionales de delitos de odio». A través de un comunicado el DOJ incluyó una lista completa de sus acciones para combatir los delitos de odio.
El secretario de Salud y Servicios Humanos (HHS), Xavier Becerra, dijo que en medio de un «repunte de los delitos de odio contra muchas comunidades» durante la pandemia, algunas personas seguían teniendo miedo de salir de sus casas «por temor a su seguridad física”.
Becerra, que también copreside la Iniciativa de la Casa Blanca y la Comisión Asesora del Presidente sobre Asiáticos Estadounidenses, Nativos de Hawai e Isleños del Pacífico, dijo que el gobierno de Biden estaba comprometido a «combatir los crímenes de odio contra todos los estadounidenses”.
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