El gobernador de Florida, Ron DeSantis, promulgó el 8 de mayo tres leyes que limitan la influencia del Partido Comunista Chino (PCCh) en estado de Florida.
En una ceremonia en Brooksville, el gobernador firmó una medida que prohíbe al PCCh —u otros países extranjeros de interés— comprar tierras agrícolas en cualquier parte de Florida, o hacer compras de tierras dentro de 10 millas de lugares sensibles como bases militares, puertos o centrales eléctricas.
«Nosotros creemos que proteger nuestro suministro de alimentos es una cuestión de seguridad», afirmó DeSantis.
La segunda ley que promulgó prohíbe a las universidades y facultades estatales aceptar cualquier subvención o participar en cualquier acuerdo o asociación con un país extranjero de interés.
Sus funcionarios tampoco podrán aceptar regalos del PCCh o de países de interés.
DeSantis señaló que el Estado ya había prohibido los Instituto Confucio del Partido Comunista Chino.
«Nosotros tuvimos uno en el Miami Dade College. Este se presenta como de la más buena voluntad, pero en realidad es una forma de poner propaganda del PCCh en nuestros campus universitarios, y está claro que no queremos [eso]».
El tercer proyecto de ley que promulgó prohíbe el uso de la plataforma de redes sociales Tik Tok en instituciones gubernamentales o educativas.
El software —popular entre los jóvenes y otros por sus vídeos— espía a sus usuarios, extrae datos de ellos y se los da al PCCh, indicó el gobernador.
«Hoy Florida lo deja muy claro. No queremos al PCCh en el Estado del Sol. Queremos mantenerlo como el Estado Libre de Florida», dijo DeSantis.
Referencias históricas
DeSantis introdujo en sus declaraciones referencias de la historia internacional. Su acusación al Partido Comunista Chino de intentar establecer una «hegemonía» industrial estaba cargada de ironía: el PCCh había acusado durante décadas a Estados Unidos de hacer precisamente eso.
«El PCCh ha hecho un trabajo muy, muy eficaz, identificando algunos de las parte más vulnerables de la sociedad estadounidense y centrándose en la infiltración y la influencia en las universidades», dijo DeSantis.
El gobernador replicó un término utilizado por el primer ministro británico de la Segunda Guerra Mundial, Winston Churchill, para describir el ataque a las «partes más vulnerables» de la Europa en la ocupación nazi, primero en el Mediterráneo, antes de la invasión de Normandía.
«Además, ellos han podido ampliar enormemente su influencia en el mundo académico», dijo DeSantis, «porque están tirando mucho dinero, pero en Florida decimos: ‘Aquí no. No bajo nuestra vigilancia'».
Aún no declarado candidato presidencial —pero recién llegado de una gira mundial— DeSantis abordó un tema de política exterior con efectos domésticos que un gobierno estatal, si así lo desea, puede abordar.
El gobernador habló de cómo la China comunista se había convertido en un adversario.
La pandemia de COVID-19 puso de manifiesto la dependencia de los estadounidenses de China. «Casi todo lo que se necesitaba para COVID (…) creo que casi el 100% se producía en China».
«Hay muchas cosas para las que nuestra economía depende de China, y eso les ha dado más influencia y más poder. Así que tenemos que hacer valer nuestra soberanía económica. Parte de ello es traer las cadenas de suministro a casa».
El Partido Comunista Chino ha «establecido una posición de poder económico, de hegemonía industrial, y su ejército es mucho más fuerte hoy de lo que era hace 20 o 25 años», indicó DeSantis.
«Ellos tienen un líder muy ideológico y decidido a ampliar la influencia del PCCh —no solo en su región, sino (…) en todo el mundo.
«Parte de la razón por la que estamos en este aprieto es porque las élites de nuestro propio país, durante una generación, han buscado beneficios a corto plazo por encima de los intereses estadounidenses a largo plazo».
«Ellos pensaban que la gente ganaba dinero y eso era bueno para algunos, y no tenían una visión a largo plazo de cómo funcionaría eso en términos de la base industrial de Estados Unidos aquí en casa, o en la seguridad estadounidense en el extranjero».
«Entonces, lo que se ha desarrollado, yo creo que es una relación que realmente carece de simetría y reciprocidad», dijo DeSantis.
«China no comercia con nosotros. China vierte productos aquí, y es muy difícil para nuestras empresas poder acceder a su mercado. Eso depende totalmente del capricho del PCCh. Así que realmente tenemos una relación comercial injusta».
«Ellos hacen dumping de productos, se apropian de nuestros derechos de autor y de nuestras patentes, y, sin embargo, mucha gente que ha estado en posiciones de autoridad para hacerlo no ha hecho mucho al respecto».
DeSantis denunció «la locura de las políticas estadounidenses anteriores», incluidas las de admitir a China en la Organización Mundial del Comercio.
«Recuerden, ellos nos dijeron que si metíamos a China en la Organización Mundial del Comercio y les concedíamos el estatus de comercio más favorecido, acabarían convirtiéndose en una democracia capitalista. Eso es lo que las élites decían que ocurriría».
«En realidad, China se enriqueció mucho más. Crearon una base industrial masiva y han utilizado eso para alimentar más militares y, concretamente, para fortalecer las ambiciones de Xi Jinping.
«Esa es la realidad de lo que ha ocurrido. Las élites de este país nos defraudaron».
Uno de los ponentes que intervinieron después de DeSantis al micrófono fue Charles Chou, director general de la Oficina Económica y Cultural de Taipei en Miami.
Chou dijo que Taiwán disfruta de estrechos lazos comerciales con Florida y mantiene una relación de Estado hermano entre ambos desde 1992.
«Mientras Taiwán sigue enfrentándose a la creciente presión militar y a la amenaza del Partido Comunista Chino, apreciamos enormemente el apoyo inquebrantable y sólido del gobernador y del gobierno de Florida a Taiwán.
«Taiwán seguirá manteniéndose firme y defendiendo nuestra patria», dijo Chou, y Taiwán seguirá abogando por su derecho a participar en organizaciones internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS), que lo excluye.
DeSantis señaló después que la legislación de Florida para invalidar cualquiera de esos mandatos de la OMS no cuenta con apoyo de la ley estatal.
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