Más de 81,000 personas murieron en 2023 por sobredosis de opioides sintéticos, según datos provisionales de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos. Casi 75,000 de esas muertes se debieron al fentanilo ilegal.
En comparación, el número de soldados estadounidenses que murieron durante los 20 años de la guerra de Vietnam fue de 58,220, según los Archivos Nacionales.
Para ayudar a atajar la crisis de los opiáceos, médicos como el Dr. Colin Haile, del Instituto de Descubrimiento de Medicamentos de la Universidad de Houston, buscan bloquear la capacidad del fentanilo para penetrar en el cerebro, eliminando el efecto eufórico o «subidón» de la droga.
Los primeros resultados sugieren que su método, una vacuna, no solo logra ese objetivo, sino que también elimina la letalidad del fentanilo en los vacunados.
«Hace unos siete años, quedó muy claro que el fentanilo se convertía en un gran problema», declaró Haile a The Epoch Times.
En aquel momento, él y su colega, el Dr. Thomas Kosten, investigaban nuevas vacunas para la cocaína y las metanfetaminas, pero pasaron a estudiar el fentanilo al reconocer las necesidades cambiantes.
Su investigación dio lugar a la publicación en octubre de 2022 del estudio «Una vacuna inmunoconjugada altera la distribución y reduce los efectos antinociceptivos, conductuales y fisiológicos del fentanilo en ratas macho y hembra», que detalla los efectos de su vacuna contra el fentanilo en ratas.
Haile fue el autor principal del estudio.
Gracias a los resultados positivos y a la ausencia de efectos secundarios adversos en las ratas inmunizadas, se prevé que los ensayos clínicos en humanos comiencen a principios de 2025.
«[Una vacuna contra el fentanilo] estará disponible para ayudar y salvará vidas», afirmó Haile. «Hay esperanza».
Therese Kosten, directora del programa de Neurociencia del Desarrollo, Cognitiva y Conductual de la Universidad de Houston y una de las coautoras del estudio, calificó la posible nueva vacuna de «cambio radical».
El fentanilo es 50 veces más potente que la heroína y 100 veces más que la morfina. Por ello, solo dos miligramos de fentanilo —el equivalente a 10 o 15 granos de sal de mesa— son mortales, según afirma el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Texas.
«El cambio de drogas de origen vegetal, como la heroína y la cocaína, a drogas sintéticas de origen químico, como el fentanilo y la metanfetamina, ha resultado en la crisis de drogas más peligrosa y mortal que Estados Unidos haya enfrentado», declaró Anne Milgram, administradora de la Administración para el Control de Drogas (DEA), en un comunicado de prensa publicado en mayo.
En su Evaluación Nacional de la Amenaza de las Drogas 2024, la DEA afirmaba que los cárteles mexicanos de Sinaloa y Jalisco, en colaboración con empresas chinas, están en el «centro de la crisis» y obtienen «enormes beneficios» de la venta de estas drogas ilícitas que se aprovechan tanto de estadounidenses desprevenidos como de quienes padecen un trastorno por consumo de opiáceos (término utilizado para describir a alguien con una adicción física y psicológica a los opiáceos).
Además, debido al modo en que los opiáceos como el fentanilo afectan al cerebro —activan el sistema mesolímbico (una asociación condicionada y de recompensa), que libera dopamina, desencadenando sensaciones placenteras— se descubrió que estas drogas son increíblemente adictivas y difíciles de superar.
Algunos estudios sitúan las tasas de recaída en un 91%, según American Addiction Centers.
«Tenemos medicamentos indicados para el trastorno por uso de opioides, y contamos con agentes de rescate para sobredosis, pero no están funcionando como necesitamos», dijo Haile.
«Necesitamos una estrategia de tratamiento diferente, y esta tecnología de vacunas es una estrategia completamente distinta».
«Normalmente, hay personas que entran en un centro de desintoxicación, se desintoxican y luego se someten a una terapia de mantenimiento como la metadona, la naltrexona o la buprenorfina —muy probablemente buprenorfina— y luego salen del centro, y el escenario típico es que dejan de tomar su medicación».
Haile explica que, una vez que esto ocurre, la persona que ha dejado de tomar la medicación suele buscar fentanilo ilegal y tomar la misma dosis que tomaba antes de pasar por el proceso de desintoxicación.
El resultado suele ser una sobredosis.
«Ahora bien, si una persona se desintoxica, se somete a una terapia de mantenimiento y se vacuna, y deja de tomar la medicación, no importa. Porque tienen anticuerpos antifentanilo».
«Cuando ingieren fentanilo, esos anticuerpos se unen al fentanilo e impiden que llegue al cerebro. Y… evitan los efectos eufóricos y los efectos mortales del fentanilo».
«En teoría, eso le da al individuo la oportunidad de volver al vagón de la sobriedad».
Explicando cómo la vacuna aborda los efectos mortales del fentanilo, Haile dijo: «El fentanilo inhibe, a niveles más altos, los circuitos implicados en la respiración, las neuronas inspiratorias en la base del cerebro».
«También existe un síndrome llamado síndrome del pecho de madera, y provoca rigidez intercostal, y no se puede mover el pecho, por lo que no se puede mover el diafragma, por lo que no puede llegar oxígeno a la sangre».
«Y entonces, el individuo desarrolla lo que se llama hipoxemia —falta de oxígeno en la sangre— y entonces, desafortunadamente, sucumbe».
Sin embargo, si un individuo se vacuna, el fentanilo no entraría en el cerebro y se eliminaría del organismo a través de los riñones, evitando esa respuesta mortal.
Llena de promesas
La vacuna contra el fentanilo, actualmente en fase de desarrollo en la Universidad de Houston, es una de las cuatro vacunas que avanzan hacia el mercado.
Pero Haile afirma que la suya es la más avanzada.
Además, como su vacuna se basa en ingredientes desarrollados previamente, Haile cree que tiene muchas posibilidades de superar los ensayos clínicos.
«Parte de nuestra vacuna ya está en múltiples vacunas del mercado, y se llama proteína portadora, CRM197».
«La otra parte de la vacuna es un adyuvante que aumenta la reducción de anticuerpos. Se llama dmLT y fue desarrollado originalmente en la Universidad de Tulane por la Dra. Elizabeth Norton».
«Pasó por 15 ensayos clínicos en humanos y probablemente estará en el mercado muy pronto, en combinación con otra vacuna», dijo Haile.
«La otra parte de nuestra vacuna es básicamente la columna vertebral de la molécula de fentanilo, unida a la proteína portadora. Y contra eso queremos que se generen anticuerpos; es esa columna vertebral del fentanilo y esa parte de la vacuna se llama Hapteno».
Haile explicó que, en su estudio, las ratas recibieron una vacuna inicial y refuerzos a las tres y seis semanas. La vacunación humana seguiría probablemente una trayectoria similar de tres vacunas.
«En el estudio, administramos una dosis elevada de fentanilo a las ratas no vacunadas y a las vacunadas, y luego tomamos muestras de sangre en los cerebros, y evaluamos los niveles simples en ambas».
«Y lo que mostramos en el manuscrito es que evitamos que más del 90 por ciento del fentanilo llegue al cerebro tanto en ratas macho como hembra. Y, de nuevo, ese es el principal mecanismo de acción de cómo funciona la vacuna», dijo.
Según Haile, el siguiente paso es que su equipo inicie los ensayos clínicos de fase uno en colaboración con la empresa Ovax. Estos ensayos probarán la seguridad de la vacuna en un pequeño grupo de 30 a 50 personas.
Si la fase uno va bien, el siguiente paso es la fase dos, en la que también se comprueba la seguridad, pero a una escala mucho mayor de cientos de personas.
Después vendría la fase tres, que, según Haile, se refiere a la eficacia.
«El resultado de la fase tres será vital para obtener la aprobación de la [Administración de Alimentos y Medicamentos] y sacar la vacuna al mercado», dijo Haile.
Demanda de protección
Si la vacuna supera las tres fases, Haile afirma que considera que el grupo de tratamiento primario son las personas ingresadas en clínicas de rehabilitación y dos poblaciones de tratamiento secundario: los socorristas y los adolescentes.
Haile explicó que, a pesar de la creencia popular, el fentanilo no se absorbe a través de la piel a menos que se fabrique de forma que pueda atravesarla. Sin embargo, aún puede producirse una exposición accidental.
«En Dallas, un par de policías estaban investigando la escena de un crimen y llevaban guantes, pero era un día caluroso, y ambos se limpiaron la cara. Y, básicamente, el fentanilo entró en su organismo cuando se limpiaron la cara. Es raro, pero es una posibilidad», dijo.
«La otra población interesante es que me han contactado numerosos padres que están absolutamente aterrorizados de que sus hijos se intoxiquen con fentanilo porque saben que están experimentando con drogas en la universidad, por ejemplo, o están comprando drogas en la Darknet, como medicamentos para el TDAH, ansiolíticos o analgésicos como la oxicodona».
«Y son medicamentos falsos, y muchos de ellos contienen niveles mortales de fentanilo».
Matthews Voice, una organización sin fines de lucro dedicada a concienciar sobre el fentanilo ilícito, fue creada por Wendy Thomas después de que su hijo, Matthew, muriera de sobredosis accidental.
«Matthew murió envenenado por fentanilo en 2020, en julio. Tenía 20 años», dijo Thomas a The Epoch Times.
«Tomó lo que se suponía que era Percocet, y era fentanilo», explicó.
Su página web cita un informe de la DEA según el cual seis de cada diez píldoras de prescripción falsas con fentanilo comprobadas en 2022 contenían una dosis potencialmente letal de fentanilo.
«Decidí seguir adelante y centrarme en los institutos. Estuve en varios institutos de Carolina del Norte, y lo que más me sorprendió fue que la mayoría de ellos ni siquiera oyeron hablar del fentanilo ilegal», señaló.
«Pensé que si Matthew ya sabía…», dijo antes de interrumpirse.
Según los CDC, en 2022 se produjeron 57,308 muertes por sobredosis entre personas de 15 a 44 años, lo que la convierte en una de las principales causas de muerte por lesiones.
«El fentanilo se ha encontrado en la cocaína. Se ha encontrado en la metanfetamina. Se ha encontrado en la heroína. Incluso se ha encontrado en la marihuana, lo creas o no, lo cual es una locura», dijo Haile.
«Lo que intentamos es salvar vidas. Y si puede salvar vidas, estoy a favor», apuntó.
Haile matizó su afirmación diciendo que considera que se trata principalmente de una vacuna para adultos y adultos jóvenes, y que aunque es necesario proteger a los niños más pequeños, la vacuna debe someterse a pruebas adicionales antes de que pueda administrarse a un grupo demográfico más joven.
Reacciones de la comunidad
En julio, la Dra. Elissa Weitzman, directora de investigación de la División de Medicina de la Adicción del Boston Children’s, dirigió un estudio con 74 voluntarios, a los que se pidió que dieran su opinión sobre una posible vacuna contra el fentanilo.
Y aunque muchos de los voluntarios se mostraron entusiasmados con la vacuna, especialmente los padres que habían perdido hijos por sobredosis, algunos voluntarios expresaron su preocupación.
«Siempre habrá algún porcentaje… de personas que tendrán un efecto secundario, algunos de ellos menores, otros podrían ser mayores», dijo una mujer anónima de 64 años, que se identificó como médica clínica experta en adicciones.
«Por ejemplo, el timerosal es una sustancia bastante común [añadida a las vacunas], ahora la gente comprende que pedir una vacuna sin timerosal podría marcar la diferencia entre que acepten una vacuna o no».
«Hay muchos efectos secundarios diferentes que pueden tener las vacunas».
«Realmente no creo mucho en [la vacunación]. Siempre me preocupa que me voy a enfermar más una vez que me vacune», dijo una joven anónima de 24 años que se identificó con antecedentes de trastorno por consumo de opiáceos.
«Y luego hay … un montón de teorías conspirativas que no creo completamente, pero estoy … un poco dudosa sobre [las vacunas]».
En 2022, Weitzman realizó un estudio similar con 64 voluntarios que reveló actitudes generalmente positivas hacia una vacuna contra el fentanilo, aunque algunos expresaron su preocupación.
En ambos estudios, Weitzman concluyó que una comunicación eficaz sería crucial para la aceptación de una vacuna contra el fentanilo.
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