Un hospital de Kansas tuvo que desechar unas 600 dosis de las vacunas COVID-19 de Johnson & Johnson el 11 de marzo debido a que se almacenaron por error en un congelador, según informó un portavoz del hospital.
El Lawrence Memorial Hospital (LMH) recibió 570 dosis de las vacunas de J&J el 10 de marzo «en estado refrigerado» y las colocó en un congelador, un procedimiento hospitalario estándar que normalmente se realiza para las vacunas de ARN mensajero (ARNm) de Pfizer-BioNTech y Moderna, que requieren un almacenamiento extremadamente frío.
Pero a diferencia de las vacunas de ARNm, las vacunas de J&J solo necesitan ser refrigeradas a una determinada temperatura y no pueden ponerse en el congelador, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Una vez que el equipo de vacunas del hospital reconoció el error, se puso inmediatamente en contacto con J&J para que les orientara, según declaró a The Epoch Times Rebecca Smith, vicepresidenta de comunicaciones estratégicas de LMH.
«Johnson & Johnson indicó que esas dosis debían ser desechadas», dijo Smith.
Además, Smith dijo que el Departamento de Salud y Medio Ambiente de Kansas (KDHE) fue informado de las vacunas desperdiciadas y el hospital ya consiguió vacunas adicionales.
«Anticipamos que nuestro departamento de salud estatal enviará las 600 vacunas de reemplazo del condado de Douglas la próxima semana», dijo Smith.
Esta es la primera vez que el hospital informa de un desperdicio de vacunas. El personal está revisando «estos procesos para evitar futuros errores», dijo el presidente y director general de LMH Health, Russ Johnson, en un comunicado de prensa.
«Hemos tenido un proceso casi impecable hasta la fecha y determinaremos dónde fallaron nuestros procesos y los arreglaremos», dijo Johnson. «Lo que aprendamos lo compartiremos con nuestros socios de la comunidad para evitar problemas en el futuro».
Los CDC exigen a todas las organizaciones que administran vacunas COVID-19 que informen sobre «el número de dosis de la vacuna COVID-19 y los adyuvantes que no se utilizaron, se estropearon, caducaron o se desperdiciaron» como parte de los requisitos para los proveedores.
«El incumplimiento de las condiciones del acuerdo por parte de cualquier organización proveedora de vacunas COVID-19 inscrita o de un lugar de vacunación bajo su autoridad puede afectar al cumplimiento de los pedidos de productos de vacunas COVID-19 y puede dar lugar a acciones legales por parte del gobierno federal», dicen los CDC.
COVID-19 es una enfermedad causada por el virus del PCCh (Partido Comunista Chino).
El Departamento de Salud de Kansas no confirmó a The Epoch Times si está haciendo un seguimiento de estos casos de desperdicio en todo el estado.
El Departamento de Salud de Minnesota dijo que está haciendo un seguimiento de la eliminación y el desperdicio de vacunas como «parte del inventario de vacunas» y exige a los proveedores de vacunas que informen de cualquier dosis que se tire.
Hasta ahora, se han desechado 320 dosis desde que comenzó el suministro de vacunas en Minnesota, donde más de 570,000 personas (el 10.2 por ciento) han sido completamente vacunadas y más de un millón han recibido al menos una inyección, según MPR News.
En Texas, se tiraron más de 6800 dosis de vacunas de un total de 7.6 millones, según un informe del 5 de marzo del Departamento Estatal de Servicios de Salud de Texas. Más de la mitad de las vacunas desperdiciadas fueron el resultado de un desastre natural o un corte de energía, mientras que otras razones incluyeron una temperatura de almacenamiento inadecuada, vacunas caducadas o estropeadas, y jeringas o viales defectuosos.
El Departamento de Salud del Estado de Texas lleva un registro de los datos sobre el desperdicio de vacunas y dice que los proveedores deben informar de las dosis que se tiran en un plazo de 24 horas.
Pero no todos los estados obligan a los proveedores de vacunas a informar de los casos de desperdicio de vacunas.
En Maryland, el departamento de salud del estado dice que no está haciendo un seguimiento de «los casos específicos de desperdicio accidental de vacunas a nivel local» a menos que los proveedores los reporten, según ProPublica.
Se desconoce si este tipo de datos se está rastreando a nivel federal. El Departamento de Salud y Servicios Humanos no respondió a un correo electrónico de The Epoch Times en busca de información.
Hasta el 12 de marzo se habían entregado más de 133 millones de dosis de vacunas en todo el país, con más de 101 millones administradas. Además, más de 65 millones de estadounidenses han recibido al menos una dosis y 35 millones están completamente vacunados, según los CDC.
El presidente Joe Biden anunció en su primer discurso a la nación el 11 de marzo que pondrá las vacunas a disposición de todos los adultos para el 1 de mayo.
«Permítanme ser claro: eso no significa que todo el mundo se vaya a vacunar inmediatamente, pero significa que podrán ponerse en la lista a partir del 1 de mayo. Todos los adultos podrán vacunarse», dijo Biden, añadiendo después: «Necesito que se vacunen cuando les toque y cuando encuentren una oportunidad, y que ayuden a sus familiares y amigos y vecinos a vacunarse también».
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