Los investigadores están viendo una división en la aceptación de la vacuna contra la influenza en adultos entre los estados, con una aceptación baja de la vacunación contra la influenza en los estados que tenían bajas tasas de vacunación contra la COVID-19, mientras que los estados que tenían una alta vacunación contra la COVID-19 han aumentado la aceptación de la vacuna contra la gripe.
El estudio de la Universidad de California sugiere que las actitudes hacia las vacunas contra el COVID-19 también se han transmitido a los comportamientos de salud general del público, como lo demuestra la baja aceptación de la vacuna contra influenza en los estados con poca vacunación contra el COVID-19.
“Muchos estadounidenses que nunca antes rechazaron una vacuna rutinaria que podría salvarles la vida han comenzado a hacerlo”, dijo el Dr. Richard Leuchter, el autor principal del estudio, expresando su alarma en el comunicado de prensa de la universidad.
Aunque la aceptación de vacunas contra la gripe de los adultos se polarizó entre los diferentes estados, con un rango del 50 al 80 por ciento, los autores aún observaron una tendencia negativa general en la percepción pública de la salud pública.
La aceptación de la vacunación contra la influenza en los niños también disminuyó colectivamente durante las temporadas de influenza de 2019 a 2021, independientemente del estatus de vacunación contra el COVID-19.
“Esto respalda lo que he visto en mi práctica clínica y sugiere que la información y las políticas específicas de las vacunas contra COVID-19 pueden estar erosionando la fe más general en la medicina y el papel de nuestro gobierno en la salud pública».
Los investigadores compararon los datos disponibles públicamente de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades sobre la aceptación de la vacuna contra la influenza en 2019, antes de la pandemia, y durante la pandemia en 2020 y 2021.
Los estados se dividieron en cuartiles según el porcentaje de aceptación de la vacunación contra el COVID-19. Los estados en los dos cuartiles superiores tuvieron la mayor aceptación de la vacuna contra el COVID-19, mientras que los estados en los dos cuartiles inferiores constituyeron el 50 por ciento inferior en la aceptación de la vacuna.
Los autores observaron que en 2020, incluso antes del envío de las vacunas contra la COVID-19, hubo una leve disminución en la aceptación de la vacuna contra la influenza para cada uno de los cuartiles, pero el porcentaje promedio de aceptación de la vacuna se mantuvo cercano.
Para 2021, después del lanzamiento de las vacunas COVID, la aceptación de la vacuna contra la influenza resultó en una división con los estados en los 2 cuantiles superiores para la aceptación de la vacuna COVID-19, que aumentaron su aceptación de la vacuna contra la influenza a los niveles más altos desde al menos 2010, mientras que los dos cuantiles inferiores experimentaron una fuerte disminución, por debajo de los niveles de 2019 y 2018.
Los autores sugieren que las dos actitudes polarizadas hacia las vacunas contra COVID-19 están influyendo en el comportamiento polarizado hacia otras medidas de salud pública; aquellos que aprobaron las vacunas contra COVID-19 aceptaron fácilmente la vacuna anual contra la influenza, mientras que aquellos que rechazaron las vacunas contra COVID-19 también rechazaron las vacunas posteriores.
Los autores propusieron una «generalización de creencias», dando el ejemplo de que, al igual que alguien podría no llevar una mascarilla para señalar sus creencias públicamente, los que se oponen o apoyan la vacuna contra COVID-19 podrían «sentir que a su vez deberían oponerse o apoyar otras vacunas».
Aunque el estudio no hizo ninguna asociación directa entre las políticas pandémicas específicas y la promoción de las vacunas contra el COVID-19, indicó que «las preocupaciones de seguridad y la desconfianza en las vacunas contra el COVID-19 o en el gobierno» podrían haber sido factores relacionados con las tasas de vacunación contra el COVID-19 y la disminución en la aceptación de la vacuna contra la influenza.
La Oficina de Responsabilidad de Estados Unidos solicitó anteriormente (pdf) una mayor transparencia en las autorizaciones de uso de emergencia de las vacunas para mejorar la confianza en el sistema de salud pública. Además, un estudio de 2021 realizado por la Universidad de Maryland también sugirió transparencia en los ensayos clínicos y la formulación de políticas para las vacunas contra COVID-19 para mejorar la confianza del paciente.
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