Comentario
«Alguien debía de haber calumniado a Josef K., porque, sin haber hecho nada malo, fue detenido una mañana». —Franz Kafka, «El proceso».
En la novela de principios del siglo XX de Franz Kafka, un respetado empleado del banco se ve envuelto en una pesadilla fiscal. La historia de Joseph K. comienza cuando las autoridades judiciales llegan repentinamente a su residencia para comunicarle que va a ser imputado, pero no pueden o no quieren explicarle la naturaleza exacta de los cargos que se le imputan.
Los acusadores de Joseph K. lo dejan con sentimientos de aprensión y ansiedad. A lo largo de la novela, lucha por defenderse en un proceso judicial hostil y complejo. Al final de la historia, es conducido a una ejecución sumaria. Durante todo el calvario, el acusado nunca llega a comprender las razones de su misterioso procesamiento.
Esta oscura historia sobre la destrucción de un hombre inocente hizo que el término «kafkiano» entrara en la lengua inglesa como forma de describir situaciones en las que personas honorables se ven amenazadas por acusaciones infundadas. Kafka tenía un talento especial para identificar la convergencia entre la realidad y el absurdo.
Extrañas acusaciones contra un presidente estadounidense
Cien años después de la publicación de «El proceso», Occidente ha entrado en una era en la que las acusaciones absurdas son la nueva normalidad. En los Reichs Arcoíris de los woke, la cacería de brujas está a la orden del día.
Uno de los acontecimientos kafkianos más notorios de la historia moderna se desarrolló en torno al imprevisto éxito político de Donald J. Trump.
En los últimos años, el hombre que los estadounidenses eligieron como 45º presidente —y los miembros de su equipo— han sido objeto de más acusaciones extrañas, investigaciones secretas, procesos de impeachment partidistas, acusaciones absurdas y procedimientos judiciales prejuiciosos de los que incluso Franz Kafka podría haber imaginado.
El presidente Trump ha soportado algunos de los ataques partidistas más salvajes y desesperados de la historia de Estados Unidos. A pesar de todo, ha conservado la lealtad de legiones de ciudadanos comunes y es el principal candidato a la reelección en 2024. Personas de toda Norteamérica rezan para que la aplastante victoria del presidente Trump en Iowa conduzca a una victoria decisiva del «Movimiento Make America Great Again».
Brutales ataques a una indefensa administradora escolar
A nivel nacional, en Estados Unidos y Canadá, los sondeos de opinión vaticinan un regreso del liderazgo de centro-derecha con sentido común. Pero, a nivel de gobernanza cívica, cultural y educativa, los neomarxistas enfurecidos se aferrarán al poder por cualquier medio necesario.
La brutalidad de la izquierda norteamericana se puso de manifiesto el año pasado cuando se produjo un doloroso episodio kafkiano en la ciudad de Winnipeg, en las praderas de Manitoba. A principios de junio, los medios de comunicación reportaron que Francine Champagne, administradora electa de la División Escolar Louis Riel, había sido suspendida por realizar «acciones inapropiadas» en relación con el «Código de Conducta de los Fideicomisarios».
Las autoridades de la División Escolar afirmaron que la Sra. Champagne había infringido un código de conducta progresista al expresar su oposición a la hipersexualización de los niños en las escuelas públicas. Un relato completo de la paliza infligida a la Sra. Champagne se puede encontrar en mi columna de The Epoch Times del 23 de junio de 2023 y una actualización del 29 de noviembre de Lee Harding.
Esencialmente, los acusadores de la Sra. Champagne se centraron en los memes que ella había compartido en una página de Facebook de acceso restringido. Uno de ellos decía: «Haz a los hombres masculinos de nuevo. Que las mujeres vuelvan a ser femeninas. Que los niños vuelvan a ser inocentes». Los administradores de la División Escolar Louis Riel votaron a favor de suspender a la Sra. Champagne sin sueldo durante tres meses. Dijeron que amenazaba el compromiso del consejo escolar con la «diversidad sexual humana».
Los padres que apoyaron a la Sra. Champagne afirmaron que sus objeciones al grooming ideológico de los niños son compartidas por millones de familias norteamericanas. La administradora disidente cree que fue elegida en el Distrito 1 de la División Escolar Louis Riel para defender la educación de calidad y los valores tradicionales: alfabetización real, no alfabetización política.
El caso contra Francine Champagne ha cobrado un enorme impulso. En octubre, recibió otra suspensión de 30 días por negarse a firmar un supuesto acuerdo de «código de conducta» que le impediría cuestionar el programa educativo radical que había cuestionado durante su exitosa campaña electoral.
Cuando otro investigador progresista en busca de un delito descubrió una conversación casual online en la que la Sra. Champagne había mencionado la descripción estereotipada de un plato familiar en el menú de un restaurante asiático, fue acusada instantáneamente de «racismo». La Sra. Champagne fue suspendida otros tres meses y difamada por los medios de comunicación por demostrar un «comportamiento abusivo».
A finales de noviembre, la Sra. Champagne decidió a regañadientes que no podía seguir desempeñando sus funciones como administradora escolar de la División Escolar Louis Riel porque su entorno de trabajo se había vuelto insoportable. Como consecuencia de las acusaciones de la junta, también perdió su contrato de enseñanza en la Universidad de San Bonifacio. En una carta pública, concluyó finalmente que «no se tolerará a un administrador escolar que mantenga puntos de vista tradicionales».
Hay que cuestionar las persecuciones kafkianas
En las novelas de Franz Kafka hay pocas historias de drag queen, pero las ideas del autor siguen siendo valiosas.
Kafka comprendió que las autoridades corruptas tienen la capacidad de arruinar a casi cualquier persona que desaprueben. «El proceso» muestra cómo las instituciones legales orwellianas pueden aislar a los individuos, hacerlos parecer culpables y dejarlos indefensos.
Hasta ahora, el presidente Trump ha superado los fallos morales del sistema judicial estadounidense, y tiene excelentes posibilidades de recuperar la Casa Blanca en 2024. No es probable que Donald T. corra la misma suerte que el Joseph K. de Kafka.
El futuro de Francine C. es bastante menos seguro. Sin apoyo político, recursos financieros y ayuda profesional, es poco probable que continúen los desafíos a la izquierda por parte de intrépidos ciudadanos. Por eso, la naturaleza asfixiante de nuestra cultura kafkiana debe ser resistida abiertamente por hombres y mujeres honorables.
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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
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