NUEVA YORK —Cientos de practicantes de Falun Gong desfilaron por las calles del barrio chino de Brooklyn para denunciar los abusos de la China comunista, incluidas sus acciones contra residentes en suelo estadounidense.
Una semana antes, David Fang, practicante de Falun Gong, fue agredido por un hombre pro-Beijing en un puesto de información del barrio neoyorquino de Flushing. La agresión le produjo a Fang heridas leves en la mano, el cuello y la rodilla.
Fang, que intentaba recabar apoyo para poner fin a la persecución del régimen chino contra su creencia, fue uno de los últimos practicantes de Falun Gong en Estados Unidos que se ha enfrentado a abusos de presuntos agentes del Partido Comunista Chino.
Varios practicantes hablaron recientemente con The Epoch Times sobre sus experiencias de amenazas y abusos verbales.
En dos ocasiones, hombres con pancartas rojas difamando la práctica escupieron en la cara a practicantes que protestaban pacíficamente frente al consulado chino en Manhattan, dijeron.
«Es algo que en mi mente solo podía ocurrir en la China continental, pero ahora está ocurriendo en Estados Unidos», declaró a The Epoch Times Li Yongxian, de 49 años, participante en el desfile y que dirigía un negocio de suministros para la construcción en la provincia suroriental china de Fujian.
El acto de Brooklyn, en el que también se presentó la danza del dragón, una compañía china de tambores de cintura y una gran banda de música, se celebró un día después de que los miembros del Comité Selecto sobre China de la Cámara de Representantes celebraran una conferencia de prensa frente a la que antes fue una comisaría secreta de la policía china en el barrio chino de Manhattan, prometiendo poner de relieve la agresión transnacional del régimen chino contra sus críticos en Estados Unidos.
Recuerdos de la persecución
Atraída por lo que ella describe como beneficios espirituales y morales de la práctica, Li se había unido a Falun Gong en China en 1996, practicando sus suaves ejercicios y viviendo según los principios básicos de la disciplina: verdad, benevolencia y tolerancia. La persecución desatada tres años después alteraría su vida y la de millones de personas.
El marido de Li, también practicante, fue encarcelado durante tres años a principios de la década de 2000 por el mero hecho de persistir en su fe. Durante ese tiempo, a Li se le negó a menudo la posibilidad de visitarlo y las autoridades trataron de que su esposo renunciara a su fe.
Bajo este clima represivo, «aunque no estaba detenida, mi corazón y mi mente no eran libres», declaró a The Epoch Times.
«Lo que pasamos no fue lo más cruel», dijo Li, que además fue sometida a años de vigilancia constante, y una vez estuvo detenida durante un mes en un centro de lavado de cerebro que consistía en ser obligada a ver programas que difamaban la práctica. «Muchos han sufrido cosas mucho peores».
Junto a Li en el desfile estaba Wang Yongsheng, de 58 años, ciudadano estadounidense cuya madre fue enviada a un hospital psiquiátrico chino tras una visita a Beijing en 1999 en la que apelaba a las autoridades para que pusieran fin a la persecución.
«No fue hospitalizada por trastornos mentales, sino porque quería practicar Falun Gong», dijo Wang.
Las enfermeras del centro inyectaban drogas en el cuerpo de su madre o le daban pastillas, atándola para alimentarla a la fuerza si se negaba a tomarlas, según Wang. Esos fármacos le provocaban mareos y agitación, y ralentizaban su habla y sus movimientos.
«El Partido Comunista Chino no escatima esfuerzos para perseguir al pueblo chino. Sus crímenes son demasiado numerosos para contarlos», declaró a The Epoch Times.
La madre de Wang ya no está detenida, pero no puede escapar de China, ya que se le ha denegado el pasaporte a pesar de sus repetidos esfuerzos a lo largo de los años.
Desenmascarar mentiras
Karla Wilson Young, una estudiante de secundaria de 13 años del norte del estado de Nueva York, dijo que cree que el agresor pro-Beijing que atacó a sus compañeros en Flushing había sido engañado con mentiras del Partido.
«Quiero mostrar a la gente que Falun Dafa es realmente bueno, no lo que dice el Partido Comunista», declaró a The Epoch Times. «Las mentiras están acabando con muchas vidas».
Young dijo que se entristeció al conocer la noticia de las heridas de Fang por no hacer más que «decir la verdad».
Es una motivación para que ella sea más vocal sobre los abusos de los derechos humanos, dijo, y agregó que espera que al hacerlo, «vidas inocentes no sean lastimadas».
El representante Mike Gallagher (R-Wis.), que preside la comisión sobre China de la Cámara de Representantes, declaró a The Epoch Times el 25 de febrero que espera imponer penas más severas a los autores que acosen o agredan a disidentes bajo las órdenes de Beijing o de otros adversarios extranjeros.
El espectador Miguel Garcia, de 38 años y residente en Brooklyn, se sintió atraído por los vivos colores del desfile.
Garcia, que estaba con sus dos hijas, ha visto desfiles similares de Falun Gong tres veces en el pasado y apreciaba sus elementos culturales, pero ésta era la primera vez que observaba carteles que mencionaban las violaciones de derechos humanos del régimen, incluida la sustracción forzada de órganos de los practicantes detenidos, patrocinada por el Estado.
«Es algo contra lo que sin duda hay que luchar», declaró a The Epoch Times, calificando de «horrible» la sustracción forzada de órganos.
«Cuando intentan decir la verdad, eso es lo que hace [el régimen chino]: perseguirlos», dijo sobre el reciente ataque en Flushing, añadiendo que la denuncia es la mejor manera de frenar abusos similares.
Únase a nuestro canal de Telegram para recibir las últimas noticias al instante haciendo click aquí
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.
