“Desinicizando” el virus: de qué manera la propaganda del PCCh está reescribiendo la historia

Por Bitter Winter
13 de marzo de 2020 12:56 PM Actualizado: 21 de marzo de 2020 3:39 PM

Documentos secretos instruyen a los diplomáticos y agentes chinos a llamar al COVID-19 el «virus italiano», afirman que el mismo no se originó en Wuhan y promueven a Xi Jinping como el heroico líder que pudo derrotarlo.

Hace unos días abrí mi correo electrónico y hallé un mensaje de un colega chino en el que me preguntaba si estaba a salvo del «virus italiano». Nunca había escuchado la expresión «virus italiano» con respecto al COVID-19, pero luego me enteré que otras personas habían recibido mensajes similares, y que a los japoneses sus amigos chinos les preguntaban si habían sido afectados por el «virus japonés».

El Partido Comunista Chino (PCCh) quiere «sinizar» todo, incluidas todas las religiones. Solo una cosa está siendo «desinizada», el virus. Existía evidencia anecdótica de esto, hasta que el 9 de marzo el diario católico de izquierda La Croix International (el cual normalmente está lejos de ser hostil al régimen chino) publicó un informe de investigación en el que se citaban instrucciones confidenciales enviadas una semana antes a las embajadas chinas y a los adeptos al régimen chino dispersos por todo el mundo. Se les pedía que persuadieran a los adeptos al régimen chino para que nunca mencionaran el origen chino del virus, e insistieran en que «a pesar de que el virus golpeó severamente a Wuhan, se desconoce su procedencia. Estamos llevando a cabo nuevos estudios para localizar el verdadero origen del virus».

Foto tomada el 6 de marzo de 2020 muestra a personal médico revisando a un paciente con coronavirus COVID-19 en el hospital de la Cruz Roja en Wuhan en la provincia central de Hubei en China. (STR/AFP vía Getty Images)

Según el informe, las embajadas han recibido instrucciones de «plantear dudas» entre la opinión pública, sugiriendo que quizás el virus llegó originalmente a China desde el extranjero. El mismo artículo menciona que la embajada china en Tokio ha comenzado a promover el uso de la expresión «virus japonés» para designar al COVID-19 (aunque esto fue negado por los medios de comunicación japoneses), y que otras fuentes chinas mencionan un «virus italiano» o un «virus iraní».

Personalmente, acojo con beneplácito todas las medidas tomadas en Occidente destinadas a proteger a las personas de etnia china del racismo y de la opinión infundada de que la mayoría de los chinos que viven en el extranjero están infectados con el COVID-19. De hecho, la mayor parte de los mismos no lo están, y conozco a italianos chinos que nacieron en Italia y que no han visitado China desde hace muchos años que, aún así, fueron acosados ​​y discriminados en restaurantes y en otros lugares públicos.

No obstante, lo que está sucediendo ahora es diferente. La propaganda del PCCh está tratando de afirmar que el virus llegó a China desde el extranjero para ocultar el hecho de que el Partido mintió durante semanas sobre la magnitud de la crisis, de hecho, provocando que sea mucho peor de lo que podría haber sido si hubiera sido reconocida de inmediato.

Un empleado de un supermercado que lleva un traje de protección utiliza un termómetro para comprobar la temperatura de la entrada de un supermercado en Beijing el 29 de febrero de 2020. (STR/AFP vía Getty Images)

El PCCh incluso va más allá. Le pide al mundo que «le agradezca a China» por su supuesta perfecta reacción ante el virus. Los medios de comunicación controlados por el PCCh continúan explicando que los países democráticos no podrían haber tomado medidas tan decisivas como lo hizo China, ya que la democracia al estilo occidental limita el poder de los Gobiernos. Esto debería demostrar una vez más la superioridad del sistema no democrático chino.

La agencia de prensa estatal Xinhua anunció la publicación de un libro que será traducido a seis idiomas y explicará de qué manera el «sobresaliente liderazgo del presidente Xi Jinping, en su carácter de líder de una gran potencia» derrotó al virus. El libro, comentó Xinhua, le demostrará al mundo las «significativas ventajas del sistema chino de liderazgo y socialismo con características chinas» y explicará de qué manera «el liderazgo centralizado y unificado del comité central del PCCh con el camarada Xi Jinping ocupando la máxima jerarquía del mismo» ganó la «gran guerra» contra el virus. Todo esto, cortesía del Departamento Central de Propaganda del PCCh.

Este es un ejemplo de libro de texto de las noticias falsas del PCCh. De hecho, las mentiras del PCCh y la demora en reconocer la crisis empeoraron la epidemia. Al comentar el informe de La Croix International, el sinólogo Steve Tsang, quien reside en Londres, declaró que “el PCCh siempre tuvo el monopolio de la verdad y la historia en China, y ahora trata de negar que originalmente ocultó la verdad sobre el virus. Los funcionarios del PCCh afirman que tienen razón incluso cuando es obvio que están equivocados. En China tienen su ‘verdad’, pero deberíamos cuestionarla en Occidente. Exponer la propaganda del PCCh como lo que es es un deber para todos los que vivimos en países democráticos”.

Sobre el autor: Massimo Introvigne

Massimo Introvigne (nacido el 14 de junio de 1955 en Roma) es un sociólogo de las religiones italiano. Es el fundador y director general del Centro de Estudios sobre Nuevas Religiones (CESNUR), una red internacional de académicos que estudian nuevos movimientos religiosos. Introvigne es autor de alrededor de 70 libros y más de 100 artículos especializados en el campo de la sociología religiosa. Fue el principal autor de la Enciclopedia delle religioni in Italia (Enciclopedia de las religiones en Italia). Es miembro de la junta editorial de la Revista Interdisciplinaria de Estudios Religiosos y de la junta ejecutiva de la Revista Nova Religio editada por la Universidad de California. Del 5 de enero al 31 de diciembre de 2011, se desempeñó como «Representante en la lucha contra el racismo, la xenofobia y la discriminación, con especial énfasis en la discriminación contra cristianos y miembros de otras religiones» de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE). De 2012 a 2015 fue presidente del Observatorio para la Libertad Religiosa, instituido por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Italia para monitorear problemas de la libertad religiosa a escala mundial.

Este artículo fue publicado originalmente en Bitter Winter, una publicación sobre libertad religiosa y derechos humanos en China.

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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times

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