Un inmigrante ilegal ha sido detenido y acusado del secuestro y violación de tres niñas, una de ellas de 11 años, según ha confirmado la policía de Minnesota.
El presunto agresor es Oscar Luna, de 22 años, que se enfrenta a cargos de conducta sexual delictiva en primer grado.
Según el Departamento de Policía de Bemidji, una «mujer menor de edad» se presentó en la sala de urgencias del Centro Médico Sanford Bemidji donde dijo que había sido agredida sexualmente.
Las autoridades médicas se pusieron entonces en contacto con las fuerzas policiales para informar del incidente, que trataron entonces de precisar el lugar donde se produjo la agresión.
«A través de la investigación, los oficiales y detectives identificaron 1821 America Court NW, Bemidji, como el lugar de la agresión sexual y se ejecutó una orden de registro en esta residencia», dijo el Departamento de Policía de Bemidji en un comunicado de prensa.
«Durante la ejecución de la orden de registro un hombre de 22 años identificado como Oscar Ernesto Luna fue arrestado por una orden del condado de Hennepin y también acusado de conducta sexual criminal de 1er grado en el condado de Beltrami», continuó.
La búsqueda también llevó al descubrimiento de once inmigrantes ilegales, que fueron enviados a la Patrulla Fronteriza de EE. UU. para su procesamiento.
«Hubo varios otros individuos localizados e identificados en 1821 America Court NW, once de los cuales fueron transportados por la Patrulla Fronteriza de los Estados Unidos para ser procesados como inmigrantes ilegales», continuó el comunicado. «Esta es una investigación en curso».
Según documentos judiciales obtenidos por KVRR, la víctima de 11 años dijo que había sido «atada y violada por múltiples hombres en Bemidji».
Mientras tanto, un oficial que respondió confirmó que había sufrido «cortes y moretones en el cuello, la muñeca, la rodilla y otras partes del cuerpo», así como una marca de quemadura en el cuello.
Durante múltiples interrogatorios policiales, la niña reveló que había estado con una mujer llamada Verna Fairbanks, a la que llamaba «tía».
Fairbanks presuntamente la metió en un vehículo donde le colocó una bolsa en la cabeza. A continuación, la llevaron a una casa con cuatro hombres a los que describió como «mexicanos», antes de ser «desnudada y atada» junto a otras dos chicas que estaban siendo sometidas a abusos similares.
Mientras se encontraba en la propiedad, la víctima afirmó que Fairbanks utilizó una cuerda para sujetarla por el cuello y la obligó a consumir alcohol. Añadió que una de las otras chicas agredidas estaba oculta en un armario, mientras que otra estaba gravemente herida e inconsciente.
La joven, que describió su dolor como «ocho sobre diez», dijo que consiguió escapar de la situación dos días después, cuando una de las otras chicas la desató. Añadió que uno de los hombres, llamado «Panda», castigó a esta otra víctima arrojándola por unas escaleras.
La asombrosa cifra de 3.8 millones de inmigrantes ilegales han entrado en Estados Unidos desde que Joe Biden asumió el cargo en 2021, de los cuales alrededor de la mitad han sido puestos en libertad a la espera de una cita con la corte. Sin embargo, muchos de estos inmigrantes simplemente desaparecen y pasan a vivir y residir ilegalmente en Estados Unidos.
Una vez en libertad, muchos de estos individuos se trasladan a grandes ciudades gobernadas por demócratas, como Nueva York, Chicago y Los Ángeles, donde se les proporciona «santuario» contra la deportación, así como acceso a vivienda y servicios públicos.
Además de cometer delitos atroces como violaciones, tráfico de drogas y asesinatos, muchos de los liberados son sospechosos de tener vínculos con el terrorismo.
El mes pasado, The Epoch Times informó de cifras del CBP que confirman que al menos 149 inmigrantes ilegales han sido identificados como terroristas conocidos, presuntos terroristas o asociados de ambos.
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