Análisis de noticias
Beijing emite nuevos bonos mientras las deudas se acumulan y los canjes de créditos suben de precio. Se espera que los gobiernos locales, muy afectados por la desaceleración inmobiliaria, emitan más bonos.
Se ha escrito mucho sobre la cantidad de deuda estadounidense en manos de China. Sin embargo, el régimen chino también ha ido aumentando constantemente su propia venta de bonos a gobiernos extranjeros. En la actualidad, la deuda del gobierno central de China está en manos de gobiernos extranjeros, particulares e inversores institucionales con valor de 354,110 millones de dólares. Desde finales de octubre, los bonos del gobierno chino (CGB) se han incorporado al Índice Mundial de Bonos del Gobierno (WGBI) de la Bolsa de Valores del Financial Times (FTSE).
Durante los últimos cinco años, Beijing ha recaudado miles de millones de dólares con una emisión de bonos de otoño en los mercados internacionales de bonos. En septiembre, el Ministerio de Finanzas anunció que emitiría bonos del tesoro denominados en yuanes con valor de 8000 millones de yuanes (unos 1240 millones de dólares) en Hong Kong, la primera emisión de un total de 20,000 millones de yuanes de bonos del tesoro en la ciudad este año. El municipio de Shenzhen también emitió bonos en yuanes en Hong Kong, convirtiéndose en el primer gobierno local en hacerlo.
El medio de comunicación estatal Global Times dijo que Beijing esperaba que estas emisiones de bonos aumentaran la internacionalización del yuan. Sin embargo, hasta ahora el yuan ha avanzado poco en su conversión en una moneda global, ya que solo representa el 1.88% de los pagos mundiales y el 1.95% de las reservas de los bancos extranjeros. Además, el yuan es solo la novena moneda más negociada.
Según el Global Times, estas emisiones de bonos «demuestran la confianza y la determinación de China de abrirse al mundo exterior». El Partido Comunista Chino (PCCh) también espera que las emisiones de bonos preserven la posición de Hong Kong como mercado extranjero de yuanes y centro financiero internacional, a pesar de la Ley de Seguridad Nacional que ha amenazado la posición de Hong Kong como centro financiero mundial.
Las emisiones de bonos internacionales de China sirven para medir la percepción mundial sobre la salud general y la trayectoria de la economía china. En el tercer trimestre, la economía china solo creció un 4.9%, frente al 7.9% del trimestre anterior.
Hay una serie de problemas que están afectando la economía china, como la escasez de energía y la interrupción de la cadena de suministro, así como el aumento del escrutinio regulador en los sectores tecnológico, financiero e inmobiliario. Otra mala señal es que los ingresos fiscales de China disminuyeron un 2.1% en septiembre, en comparación con el año anterior.
El índice de gestores de compras (PMI) del sector manufacturero, una medida de la dirección general del sector, ha tendido a la baja de forma constante. Una puntuación inferior a 50 significa que el sector se está contrayendo. En septiembre, el PMI de China fue de 49.6. En lo que va de noviembre, el PMI es de 49.2.
Un impedimento adicional para el crecimiento económico del país es el riesgo de impago de alto perfil, asociado al promotor inmobiliario China Evergrande Group. Esto está provocando una disminución de la confianza en todo el sector inmobiliario, que ahora se está extendiendo a las actividades relacionadas con el mismo. La producción de cemento y acero ha experimentado una tremenda contracción, al igual que las ventas de propiedades y los contratos para nuevas construcciones. La inversión inmobiliaria ha bajado, al igual que el valor de los inmuebles en la mayoría de las grandes ciudades chinas.
Muchos analistas de China han disminuido sus previsiones de crecimiento del país. Oxford Economics, por ejemplo, recortó sus perspectivas de crecimiento para el cuarto trimestre del 5% al 3.6%, y el crecimiento del PIB para 2021 del 5.8% al 5.4%. Otro indicador de que la opinión mundial sobre la economía china se ha estropeado es que el coste de los canjes de créditos en mora, que protegen a los inversores contra el impago de la deuda en dólares del gobierno chino, ha alcanzado el punto más alto desde los estrictos confinamientos por el COVID-19 en abril de 2020.
Un canje de créditos en mora (CDS) es un derivado financiero, o contrato, que permite a un inversor «intercambiar» o compensar su riesgo crediticio —el riesgo de incumplimiento de un bono— comprando un contrato de CDS a otro inversor. Un CDS puede incluir bonos municipales o corporativos, así como otros instrumentos de deuda, como bonos de mercados emergentes o valores respaldados por hipotecas. La prima pagada por el CDS está directamente correlacionada con la probabilidad de que el bono entre en impago.
El hecho de que el coste de los CDS sobre la deuda pública china haya aumentado sugiere que el mercado confía menos en la capacidad de China para realizar los pagos de intereses y el principal a tiempo. El coste de los CDS sobre la deuda pública china ha aumentado en 0.57 puntos porcentuales, por lo que ahora cuesta unos 57,000 dólares al año asegurar 10 millones de dólares de bonos contra el impago.
El sector inmobiliario, que normalmente sostiene el crecimiento económico de China, se ha visto sacudido por los impagos y el aumento del riesgo de impago. Se ha descubierto que dos tercios de los mayores promotores de China infringen la política de endeudamiento de «líneas rojas» de China, que prohíbe a las empresas mantener un pasivo mayor que el activo, un valor de los préstamos mayor que el valor de las acciones ordinarias o una deuda a corto plazo mayor que el efectivo líquido. Una pérdida de confianza en el sector inmobiliario podría afectar negativamente a los gobiernos locales que dependen de la venta de terrenos para obtener aproximadamente una quinta parte de sus ingresos.
Las ventas de terrenos descendieron un 17.5% interanual en agosto, la mayor caída desde que comenzó la pandemia. En el periodo comprendido entre junio y octubre, el 40% de las parcelas ofertadas fueron retiradas o no tuvieron postores. Con menos ingresos por la venta de terrenos, los gobiernos locales se ven incentivados a vender bonos, aumentando su endeudamiento. En los tres primeros trimestres de 2021, los gobiernos locales emitieron bonos con valor de 347,000 millones de dólares, lo que equivale al 61% de su cuota anual.
Los gobiernos locales utilizan sus ingresos para invertir en infraestructuras. Pero a medida que sus ingresos disminuyen y la venta de bonos se ralentiza, la inversión en infraestructuras también ha disminuido. En los últimos meses, el gasto en infraestructuras ha descendido un 10 por ciento en comparación con el año anterior, el peor descenso desde que comenzó la pandemia.
En octubre, Beijing inyectó 156,000 millones de dólares en el sistema bancario en un periodo de solo dos semanas, en un esfuerzo por mantener el crecimiento. El Banco Popular de China recurrió a operaciones de mercado abierto para inyectar efectivo en el sistema, con el fin de respaldar el pago del impuesto de sociedades y las emisiones de deuda local (bonos del gobierno local). La medida se tomó para asegurar la liquidez, ya que hay pagos de intereses y de capital que deben hacer los emisores de propiedades de alto rendimiento.
En adelante, no hay indicios de que se vayan a levantar las restricciones al sector inmobiliario. La economía parece estar desacelerándose, en lugar de recuperarse. Y cabe esperar que tanto el gobierno central como los locales emitan más bonos, lo que aumentará la deuda pública de China, que ya supera el 300% del PIB.
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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
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