El régimen chino ha aprovechado la crisis de la pandemia para impulsar sus intereses mientras lleva a cabo sus operaciones de influencia antes de las elecciones de EE.UU., según el último informe del Departamento de Seguridad Nacional (DHS).
En su primer informe sobre las amenazas a la seguridad de los Estados Unidos publicado el 6 de octubre, el DHS identificó a Beijing como un actor estatal que representaba una «amenaza significativa». Entre la lista de preocupaciones relacionadas con China están las campañas de desinformación, la presión diplomática y los productos médicos falsificados exportados a Estados Unidos.
Cambio de relato
A medida que se acercan las elecciones presidenciales de Estados Unidos, el régimen chino probablemente continuará con las campañas de desinformación para «denigrar» a la administración de Estados Unidos en un intento de reformular el relato de Estados Unidos a su favor, según el informe. Los actores cibernéticos estatales de China, Rusia e Irán también podrían socavar la infraestructura relacionada con las elecciones y sembrar la desconfianza entre los votantes.
El 22 de septiembre, Facebook cerró más de 180 cuentas, grupos y páginas chinas falsas que propagaban los temas que interesan a Beijing, desde el mar de China Meridional hasta Hong Kong.
Las publicaciones de estas cuentas incluían contenido tanto «a favor como en contra de los candidatos presidenciales Pete Buttigieg, Joe Biden y Donald Trump», según Facebook.
Un grupo de hackers chinos conocido como Zirconium también ha llevado a cabo miles de ataques entre marzo y septiembre, dirigidos contra funcionarios de la campaña electoral y personas prominentes, según Microsoft. Los intentos de piratería informática resultaron en 150 violaciones de seguridad.
La Oficina del Director de Inteligencia Nacional concluyó, en un comunicado, que el régimen chino «prefiere que el presidente Trump —quien Beijing considera impredecible— no gane la reelección».
Un estudio de marzo también rastreó más de 10,000 cuentas falsas y pirateadas de Twitter vinculadas al régimen chino que difunden propaganda relacionada con el virus.
Aprovechando las dificultades económicas
El régimen chino considera que los problemas económicos de Estados Unidos, como la recesión que siguió a la crisis sanitaria del virus, son una «oportunidad clave para crear una dependencia» de China e impulsar su influencia, según el informe. Beijing también cuenta con grupos de expertos que evalúan activamente cuáles son las localidades estadounidenses más susceptibles de ser explotadas de esta manera.
El informe señaló cómo Beijing utilizó los hermanamientos entre ciudades para obtener suministros de salud críticos de los Estados Unidos cuando el brote de COVID-19 surgió por primera vez en China.
En febrero, después de que la ciudad de Wuhan quedó bloqueada, y siendo el primer epicentro del virus y el más afectado del mundo, su ciudad hermana, Pittsburgh, envió más de 450,000 mascarillas quirúrgicas y 1350 trajes para materiales peligrosos, y estableció una cuenta GoFundMe que recaudó más de 58,000 dólares para suministrar equipos médicos a Wuhan. Varios medios de comunicación chinos han presentado el caso como un modelo para los hermanamientos entre ciudades.
«Tener una ciudad hermana es como tener cualquier otra amistad cercana. Comparten los triunfos y las tragedias de cada uno», dijo Sarah Boal de la Fundación Brother’s Brother (el grupo de caridad que planificó la iniciativa), con sede en Pittsburgh, al diario estatal China Daily en ese momento.
Los funcionarios chinos en Chicago también enviaron un correo electrónico a un senador del estado de Wisconsin en un intento de que emitiera una resolución —ya redactada por el consulado chino— en la que se proclamaba que Beijing había tenido éxito en la lucha contra el brote. Dichos planes fracasaron y el senador Roger Roth presentó un proyecto de ley para condenar el encubrimiento del virus por parte del régimen.
«La realidad es que casi todas las legislaturas estatales del país probablemente han recibido una carta del PCCh muy parecida al correo electrónico del senador Roth como parte de una campaña de propaganda coordinada», dijo el secretario de Estado Mike Pompeo en un discurso el 23 de septiembre.
Si bien la COVID-19 puede haber pausado los planes para invitar a los funcionarios a viajes con todos los gastos pagados a China, una táctica que Beijing había utilizado para ganar el favor de los funcionarios de EE.UU., el régimen está utilizando otros incentivos como las inversiones en bienes raíces y los descuentos en los suministros médicos, dijo el informe del DHS.
Riesgos para la cadena de suministro
Beijing, junto con el Kremlin, son las principales amenazas a la seguridad de la cadena de suministro de EE.UU., según los funcionarios. El informe también nombró a China como una «fuente particularmente persistente» de productos médicos falsificados durante el brote.
En el transcurso de la inspección de los productos médicos chinos de baja calidad, las autoridades estadounidenses han incautado más de un millón de tests no aprobados y 750,000 mascarillas defectuosas enviadas desde China, según el informe.
Una reciente evaluación independiente de productos médicos también determinó que casi el 70 por ciento de las mascarillas chinas probadas eran «significativamente inferiores» al estándar estadounidense.
Durante la pandemia, Beijing también recopiló información sobre la debilidad de la cadena de suministro de los Estados Unidos, con la esperanza de aprovechar la provisión de productos básicos críticos como una condición para ganar la concesión de los Estados Unidos en cuestiones que el régimen considera críticas, señaló el informe.
Los peligros de la excesiva dependencia de China en la cadena de suministro médico se hicieron evidentes durante la pandemia, cuando Beijing acaparó grandes cantidades de inventario médico crítico de todo el mundo a pesar de la escasez mundial.
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