CONDADO DE KINNEY, Texas —Los agentes de la Patrulla Fronteriza pronto verán limitada la persecución de vehículos que huyan de ellos, según las nuevas normas presentadas en enero y que entrarán en vigor en mayo.
Los agentes deben determinar que las persecuciones vehiculares son «necesarias y objetivamente razonables» bajo las reglas, y pueden terminar una persecución en cualquier momento sin temor a ser cuestionados por sus superiores.
Los agentes deben tener en cuenta factores como «la gravedad del motivo» de la persecución y las condiciones meteorológicas a la hora de decidir si persiguen a un vehículo que huye y no se detiene en un puesto de control o puerto de entrada, los lugares oficiales para entrar en Estados Unidos desde México y Canadá.
«Se considera que una persecución vehicular es necesaria cuando un oficial o agente autorizado concluye que existe una necesidad inmediata de detener a un sujeto como parte de sus deberes de aplicación de la ley, basándose en la totalidad de los hechos y circunstancias conocidos», establecen las normas.
Una persecución cumple la norma «objetivamente razonable» cuando el interés del gobierno en detener a las personas o personas en el vehículo que huye «supera claramente la previsibilidad del riesgo para el público, los oficiales/agentes, otras fuerzas policiales y los ocupantes del vehículo», según las normas.
Los agentes deben evaluar el interés y el riesgo potencial a la hora de decidir si persiguen a un vehículo que huye y continuar la evaluación durante la persecución. También deben alertar a un supervisor «tan pronto como sea posible» durante una persecución y poner fin inmediatamente a la persecución si el supervisor no autoriza que continúe u ordena que se detenga.
Si se pone fin a la persecución, los agentes deben detener su vehículo para indicar al público y al conductor que huye que la persecución ha terminado, según las normas. Deben avisar a sus superiores. A continuación, pueden reanudar la marcha en la última dirección conocida del vehículo que huye para comprobar si hay «colisiones, una posible huida a pie, para determinar si el vehículo objeto de la persecución fue abandonado o cualquier otro incidente».
Las normas también sugieren alternativas a las persecuciones con vehículos, como el rastreo con aviones.
Troy Miller, que se convirtió en comisario interino de Aduanas y Protección de Fronteras a finales de 2022 tras la destitución de Chris Magnus, dijo que las persecuciones vehiculares «plantean riesgos inherentes para los miembros del público, los oficiales y agentes, y los ocupantes del vehículo» y que la nueva política «reconoce estos riesgos y cambia el enfoque general de nuestra Agencia a un modelo basado en el riesgo cuando se trata de persecuciones».
Magnus subrayó que la política no prohíbe las persecuciones de vehículos, sino que «proporciona un marco claro» para sopesar los riesgos asociados a las persecuciones frente a los beneficios.
Agente: «Codificar lo que ya se ha hecho»
Un agente de la Patrulla Fronteriza declaró a The Epoch Times que, aunque la política anterior no era tan restrictiva, ya se decía a los agentes que no persiguieran a todos los vehículos que huyeran.
«Están codificando lo que ya se ha hecho», dijo el agente, hablando bajo condición de anonimato.
La ralentización de las persecuciones comenzó bajo el mandato del expresidente Donald Trump, pero se ha acelerado desde que el presidente Joe Biden asumió el cargo, según el agente.
«Con Biden, no quieren que hagamos nada», dijo el agente. «Y realmente funciona con su narrativa, porque su narrativa es: lo único que está sucediendo son refugiados, solicitantes de asilo, unidades familiares y UAC. Entonces, ¿por qué tendríamos que entrar en una persecución si eso es lo que está pasando?». Los menores no acompañados son niños que llegan a la frontera sin un adulto responsable.
Bajo el mandato de Biden, cifras históricas de inmigrantes ilegales han cruzado la frontera entre Estados Unidos y México. La crisis no ha dado señales de aliviarse.
Al agente también le preocupa que las nuevas normas incentiven a los agentes a no hacer su trabajo y transfieran las persecuciones a las autoridades locales y estatales.
«Nos están incentivando a no hacer nada, lo que hace que todo recaiga en los sheriffs, las fuerzas policiales locales y el DPS», dijo el agente, refiriéndose al Departamento de Seguridad Pública de Texas. «Esto no es más que otro paso en el camino de la destrucción de la soberanía de esta nación».
El sheriff del condado de Kinney, Brad Coe, que fue agente de la Patrulla Fronteriza durante 31 años, dijo que la nueva política va a dar lugar a que no haya persecuciones dirigidas por la Patrulla Fronteriza.
«Va a ser una política de cero persecución», dijo Coe a The Epoch Times.
Si la Patrulla Fronteriza no inicia una persecución, entonces se pondrá más presión sobre los alguaciles y otras entidades de aplicación de la ley, dijo Coe.
Una parte del condado de Kinney llega hasta la frontera con México. Los funcionarios del condado han registrado aumentos en persecuciones de alta velocidad —de 61 en 2020 a 139 en 2022— y arrestos de contrabandistas de personas —de 169 en 2020 a 741 en 2022.
Cuarenta y cuatro contrabandistas ya han sido detenidos este año hasta el 27 de enero.
La ACLU celebra el cambio
La Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) acogió con satisfacción el cambio en la política de la Patrulla Fronteriza.
«Preservar la vida humana es primordial, y esta política hace que sea una consideración central mediante la adopción de muchas de las mejores prácticas ampliamente aceptadas», dijo en un comunicado Rebecca Sheff, abogada de la ACLU de Nuevo México.
«Si bien nuestra oficina estará analizando de cerca estos cambios de política y la formación sólida y la supervisión serán esenciales para garantizar el cumplimiento de esta nueva política, este es un importante paso adelante para nuestras comunidades fronterizas que han soportado la peor parte de las persecuciones mortales de la CBP», agregó Sheff.
Algunas de las persecuciones de la Patrulla Fronteriza han terminado en accidentes, y algunos de los accidentes han dejado inmigrantes ilegales y otros muertos.
Hasta el 15 de noviembre de 2022, se habían producido 93 muertes por este tipo de accidentes desde 2010, según un registro de la ACLU. Las muertes de inmigrantes ilegales en general se han disparado bajo el mandato de Biden, según datos obtenidos por The Epoch Times.
La mayoría de los fallecidos estaban en el país ilegalmente, pero otros eran ciudadanos o agentes estadounidenses.
En un caso reciente, el 8 de enero, dos personas murieron y otras ocho resultaron heridas tras una persecución en el sur de Nuevo México. La persecución se inició tras disparar a un agente.
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