La guerra entre los estados de Estados Unidos y los bancos en torno a la inversión medioambiental, social y de gobernanza —los criterios ESG— y otras prácticas similares llegó a las puertas de la Organización de las Naciones Unidas después que 19 fiscales generales estatales iniciaron investigaciones sobre el compromiso de las principales instituciones financieras con la «Alianza Bancaria Cero Neto» convocada por la ONU.
El sitio web de la alianza de la ONU afirma que sus miembros controlan aproximadamente el 40 % de los activos bancarios del mundo y que «se han comprometido a alinear sus carteras de préstamos e inversiones con las emisiones Net Zero 2050 (cero neto para 2050)».
«La Alianza Bancaria Cero Neto es un acuerdo mundial masivo de las principales instituciones bancarias, supervisado por la ONU, para privar a las empresas dedicadas a actividades relacionadas con combustibles fósiles de crédito en los mercados nacionales e internacionales», dijo el fiscal general de Missouri, Eric Schmitt, en un comunicado de prensa sobre las investigaciones.
Un comunicado de prensa de mayo de 2022, de la alianza afirma que «no apoya la financiación de la expansión de los combustibles fósiles», pero añade que «cree que la desinversión inmediata de las posiciones existentes de combustibles fósiles no traerá necesariamente la descarbonización de la economía real que el mundo necesita».
«Nosotros estamos liderando una coalición que investiga a los bancos por ceder la autoridad a la ONU, lo que solo significaría la muerte de las empresas estadounidenses que no suscriban la agenda climática woke. Estos bancos deben rendir cuentas ante las leyes estadounidenses. Nosotros no dejamos que los organismos internacionales establezcan las normas para nuestras empresas», dijo Schmitt.
Arizona, Arkansas, Indiana, Kansas, Kentucky, Luisiana, Mississippi, Montana, Nebraska, Oklahoma, Tennessee, Texas y Virginia son algunos de los estados que ahora investigan a los bancos mediante una poderosa herramienta conocida como demanda de investigación civil.
Una demanda, por ejemplo, incluye las siguientes peticiones: «Describa su participación en cada una de las Iniciativas Climáticas Globales en las que participa, incluyendo la fecha en la que empezó a participar, cualquier promesa, juramento u otro compromiso que haya hecho con la Iniciativa Climática Global, o cualquier acción que haya hecho o tomado en virtud de, o consistente con, tales compromisos, o su participación inicial o en curso, y el empleado o empleados responsables de gestionar su relación con cada Iniciativa Climática Global».
El anuncio de Schmitt es el último ataque en un largo conflicto entre las principales instituciones financieras y los estados individuales de EE. UU. en relación con los criterios ESG.
Los tesoreros de los estados, como Riley Moore, de Virginia Occidental, han tratado de apartar el dinero de su estado de las instituciones financieras que siguen los criterios ESG.
Will Hild, director ejecutivo de Consumers’ Research, elogió las investigaciones.
«Los estados están presionando por responsabilizar a los grandes bancos por sus evidentes infracciones y por promover iniciativas climáticas muy cuestionables bajo la etiqueta del ESG, todo ello como parte de un esfuerzo coordinado para perjudicar a la energía estadounidense a expensas de los consumidores estadounidenses», dijo Hild en un comunicado de prensa sobre las investigaciones.
En la otra cara de la moneda, los grupos ecologistas criticaron la alianza de la ONU por dar cabida a las instituciones financieras que, en su opinión, no han ido lo suficientemente lejos en la desinversión del carbón, el petróleo y el gas natural.
«Es hora de que la Alianza Bancaria NZBA [Net-Zero Banking Alliance] deje claro que los bancos que siguen financiando la expansión masiva de los combustibles fósiles, mientras hacen grandes declaraciones sobre los objetivos climáticos, no son bienvenidos en la alianza», dijo Adele Shraiman, de la campaña Fossil-Free Finance del Sierra Club, en la Semana del Clima de Nueva York, según Reuters.
The Epoch Times se puso en contacto con Bank of America, Citigroup, Goldman Sachs, JP Morgan Chase, Morgan Stanley y Wells Fargo para pedirles comentarios.
JP Morgan Chase declinó hacer comentarios. Ninguno de los otros bancos respondió al cierre de esta edición.
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