El 20 de julio de 2015 se cumplen 16 años de persecución a Falun Dafa en China, y en este nuevo aniversario un nuevo informe que acaba de publicarse revela cifras escalofriantes: más de 2 millones de practicantes de Falun Dafa han muerto en China mientras se le extirpaban sus órganos en una sala de operaciones –en un millonario negocio orquestado por el Estado.
El informe, publicado por la Organización Mundial para Investigar la Persecución a Falun Gong (WOIPFG, sus siglas en inglés) llegó a esa cifra luego de investigar durante más de diez años los métodos de persecución empleados por el régimen comunista chino bajo las órdenes de Jiang Zemin, el cabecilla que dio la orden inicial para perseguir a Falun Dafa.
Jiang Zemin lanzó la campaña de persecución contra Falun Dafa (o Falun Gong, una disciplina espiritual de la Escuela Buda muy popular en China en la década de los 90) el 20 de julio de 1999, para la cual movilizó todo el aparato estatal, desde las fuerzas de seguridad al sistema judicial, desde los medios de comunicación hasta los hospitales.
Pronto los practicantes de Falun Dafa comenzaron a ser ilegalmente detenidos por negarse a abandonar su creencia, muchos fueron cruelmente torturados y muchos otros pasaron a ser “desaparecidos”. Fue en 2006 que los primeros testigos salieron de China y contaron que todos esos practicantes de Falun Dafa estaban siendo utilizados como fuente de órganos para trasplantes, y que eran asesinados en el proceso de removerles dichos órganos.
La primera investigación sobre estos alegatos se publicó en 2006, por los canadienses David Kilgour y David Matas, ex Secretario de Estado para Asia-Pacífico y abogado de derechos humanos respectivamente. Ellos concluyeron que los alegatos eran ciertos y que los crímenes continuaban ocurriendo. A partir de entonces, varios organismos como la ONU y la OMS han pedido informes sobre el tema y en muchos países se han emitido resoluciones condenando estos crímenes.
Más de 2 millones de muertos
El nuevo informe, de 185 páginas y que pronto se publicará en español, revalida reportes anteriores, y brinda además muchos más detalles en cuanto a cifras de trasplantes, cantidad de víctimas y nombres de los funcionarios chinos involucrados.
Uno de las evidencias destacadas son las grabaciones de llamadas telefónicas en las que altos funcionarios del Partido Comunista Chino admiten que la sustracción de órganos de practicantes de Falun Gong existe, que ellos la llevaban a cabo y que las órdenes fueron emitidas por Jiang en persona.
Uno de ellos es Bo Xilai, que en una llamada de 2006, cuando se desempeñaba como Ministro de Comercio chino y mientras estaba de visita oficial a Alemania, afirmó que Jiang Zemin había dado la orden de sustraer los órganos a los practicantes de Falun Gong, ante la pregunta del Primer Secretario de la Embajada China en Alemania. Bo Xilai fue luego condenado a cadena perpetua en septiembre de 2013 en medio de la campaña anti-corrupción del actual cabecilla del régimen chino.
El informe llegó a cuatro conclusiones principales:
Conclusión Uno:
Los crímenes del Partido Comunista Chino respecto a la sustracción de órganos de practicantes vivos de Falun Dafa son actos ejecutados por el Estado.
Conclusión Dos:
Varios millones de practicantes de Falun Dafa, que fueron detenidos ilegalmente y desaparecieron luego de negarse a revelar sus identidades, han sido las principales víctimas de esta masacre de la sustracción de órganos a personas vivas.
Conclusión Tres:
Siete tipos de evidencia demuestran que los trasplantes de órganos en China son realizados mediante un proceso de compatibilidad inversa, es decir, cuando aparece un comprador de un órgano, se busca un donante compatible en el enorme banco de órganos. El grupo de donantes vivos de órganos se estima entre 2 y 6 millones de personas.
Conclusión Cuatro:
El número real de trasplantes de órganos realizados por los hospitales de China es entre 10 y 20 veces mayor que las cifras difundidas públicamente. Por lo tanto, se calcula que el número de practicantes de Falun Dafa asesinados para luego realizar trasplantes de órganos supera los 2 millones.
El régimen chino tiene un largo historial de sustracción de órganos, tanto de criminales condenados a muerte como de minorías étnicas o creyentes. La persecución contra Falun Gong iniciada hace 16 años representa el mayor grupo de personas perseguidas en la historia de China. Como dijo el abogado investigador David Matas, “es una maldad nunca antes vista en este planeta”.
Y todavía está ocurriendo.
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