Esta dieta combina nutrientes que podrían combatir el deterioro cognitivo, descubren científicos

Según un nuevo estudio, un perfil nutricional único se asocia a una estructura y función cerebrales más sanas en los adultos mayores

Por George Citroner
02 de julio de 2024 5:23 PM Actualizado: 02 de julio de 2024 5:23 PM

Aunque no hay forma de detener el envejecimiento cerebral ni de curar la demencia, el plato de comida podría ser la clave para mantener la mente despierta hasta bien entrada la tercera edad.

Un estudio reciente sugiere que nutrientes específicos abundantes en la dieta mediterránea podrían ser el elixir antienvejecimiento de la naturaleza para el cerebro, ofreciendo una nueva vía potencial, aparte de la medicación, para combatir el deterioro cognitivo relacionado con la edad.

Perfil nutricional asociado a un envejecimiento cerebral más lento

El estudio, publicado en mayo en npj Aging, combinó técnicas avanzadas de neurociencia y ciencia de la nutrición para identificar biomarcadores nutricionales asociados al envejecimiento saludable del cerebro.

Se centró en 100 personas cognitivamente sanas de 65 a 75 años y examinó los efectos de los ácidos grasos, las vitaminas, los antioxidantes y los carotenoides en la salud cerebral.

Los investigadores identificaron una combinación específica de nutrientes relacionados con un envejecimiento cerebral más lento y un mejor rendimiento cognitivo.

Aron Barbey, director del Centro de Cerebro, Biología y Comportamiento de la Universidad de Nebraska-Lincoln e investigador principal, declaró a The Epoch Times que el campo emergente de la neurociencia cognitiva nutricional pretende identificar alimentos y nutrientes específicos que promuevan la salud cerebral a lo largo de toda la vida.

Descubrir perfiles nutricionales específicos es fundamental para desarrollar intervenciones nutricionales eficaces que mejoren la salud cerebral, señaló.

– Ácidos grasos: ácido vaccénico, ácido gondoico, ácido alfa-linolénico (ALA), ácido eicosapentaenoico (EPA), ácido eicosadienoico y ácido lignocérico, presentes en alimentos como el pescado graso y los frutos secos.

– Carotenoides: luteína y zeaxantina, presentes en frutas, verduras y yemas de huevo.

– Vitamina E: presente en los cacahuetes, el aguacate y el pescado.

– Colina: presente en los huevos, la carne, el pescado y los productos lácteos.

«Nuestro estudio contribuye a este esfuerzo, identificando un perfil de nutrientes clave que puede ralentizar el deterioro cognitivo en los adultos mayores», afirmó Barbey.

Los investigadores utilizaron un enfoque integral que combinaba evaluaciones cognitivas, resonancias magnéticas y análisis de plasma sanguíneo.

El equipo de investigación también identificó dos tipos distintos de envejecimiento cerebral: acelerado y retardado. Los participantes del grupo de envejecimiento tardío presentaban mayor volumen cerebral, mayor integridad de la sustancia blanca, mayores concentraciones de metabolitos cerebrales y una conectividad funcional superior en comparación con los del grupo de envejecimiento acelerado. Estos resultados sugieren que el envejecimiento retardado se asocia a una estructura y función cerebrales más sanas.

Limitaciones del estudio

Los nutrientes identificados se encuentran en la dieta mediterránea, anteriormente relacionada con el mantenimiento de un cerebro sano. El Sr. Barbey afirmó que su estudio se basa en trabajos anteriores al ir más allá de las pruebas cognitivas tradicionales y emplear medidas de neuroimagen multimodales.

«Esto proporciona una imagen más completa de la salud cerebral, que abarca medidas de la estructura, la función y el metabolismo del cerebro», dijo. «El estudio va más allá de centrarse en nutrientes únicos e identifica un perfil nutricional específico asociado a un envejecimiento cerebral más lento».

Aunque la investigación ofrece una visión de cómo la dieta podría afectar a la salud cognitiva a medida que envejecemos, presenta limitaciones.

Se trata de un estudio transversal, por lo que sólo proporciona datos de un único momento. El Sr. Barbey señaló que deberían realizarse estudios longitudinales para comprender cómo influyen los nutrientes de la dieta en el envejecimiento cerebral a lo largo del tiempo y «evaluar los efectos a largo plazo de las intervenciones dietéticas basadas en este perfil de nutrientes».

Además, los investigadores se basaron en una muestra pequeña de participantes principalmente blancos, lo que puede limitar la generalización de los hallazgos a otros grupos.

Los investigadores de la Universidad de Nebraska tienen previsto realizar más estudios para determinar si el aumento de los niveles de estos nutrientes específicos mediante suplementos o cambios en la dieta puede mejorar la función cognitiva y la salud cerebral.


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