La cifra de muertos por el brutal choque entre sicarios y fuerzas de seguridad en el norteño estado mexicano de Coahuila subió a 23, en tanto que se ha detenido a diez personas, informó este martes el Gobierno estatal.
En un actualización de datos sobre la masacre acontecida el pasado fin de semana en el municipio de Villa Unión, el Gobierno estatal indicó que hay 17 delincuentes abatidos, 4 agentes de la Policía estatal «fallecidos en el cumplimiento de su deber» y 2 civiles no armados muertos.
Este lunes, el gobernador estatal, Miquel Riquelme, indicó que había 22 fallecidos, 16 de los cuales eran presuntos sicarios.
Las autoridades que están trabajando sobre el terreno son la Policía Estatal, la Fiscalía General del Estado, el Grupo de Acción y Reacción del estado y la Agencia de Investigación Criminal, así como del Ejército Mexicano y la Guardia Nacional.
Además de los fallecidos, las autoridades informaron también que hay seis elementos de seguridad heridos y cuya vida «no está en peligro».
Reportaron también que tienen 10 probables delincuentes detenidos y 18 vehículos decomisados.
También se incautaron «21 armas largas» y «diverso equipo táctico como cascos y chalecos», apuntó el Gobierno estatal.
El sábado se reportó el choque entre sicarios y fuerzas de seguridad estatales en el pequeño municipio de Villa Unión, en Coahuila, donde se atacó el palacio municipal dejando la fachada repleta de balazos.
Según informó Riquelme el lunes, 15 miembros del grupo de reacción de las fuerzas de seguridad estatales repelieron «a más de 70 sicarios que estaban baleando la presidencia».
Las autoridades atribuyen la violenta situación al Cártel del Noreste (CDN), los antiguos Zetas, quienes controlan buena parte del noreste del país y buscan ahora adentrarse a Coahuila para buscar nuevas vías de cruce hacia Estados Unidos.
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