El juicio por narcotráfico contra el exsecretario de Seguridad Pública mexicano, Genaro García Luna, encara la próxima semana los últimas sesiones del proceso antes de que los doce miembros del jurado decidan si es culpable o inocente. Estos han sido los principales protagonistas dentro y fuera del Tribunal Federal del Distrito Este de Nueva York.
Genaro García Luna y Linda Cristina
Acusado de cuatro cargos de narcotráfico, García Luna ha aparecido vestido de traje oscuro y corbata durante todo el proceso, en el que se ha mostrado hablador y, en muchas ocasiones, de buen humor; aunque también con semblante serio y muy atento a los testimonios de sus acusadores, en especial cuando el turno recaía en las preguntas de su equipo de defensa.
Desde su asiento, enfrente y a la izquierda del juez Brian Cogan, junto a sus abogados César De Castro y Valerie Gotlib, García Luna también ha tomado notas, se ha puesto sus gafas de leer y ha intercambiado pareceres con su equipo.
Y, sobre todo, ha cumplido con su rutina diaria de saludar cada mañana a su esposa, Linda Cristina Pereyra, lanzándole un beso y diciéndole: «Te amo».
Pereyra no se ha perdido ninguna de las sesiones del juicio, donde una veintena de testigos han descrito a García Luna como un miembro activo del cártel de Sinaloa que recibía sobornos millonarios a cambio de ayudar, proteger y entregar información a los narcotraficantes, para evitar que fueran detenidos, garantizar el tránsito de sus cargamentos y derrotar a grupos rivales.
Según la Fiscalía, sus actividades ilícitas se extendieron desde 2001, cuando fue nombrado director de la Agencia Federal de Investigación de México (AFI), hasta 2012 cuando cesado como secretario de Seguridad Pública, puesto en el que había sido designado por el presidente Felipe Calderón (2006-2012).
Su defensa ha argumentado que la Fiscalía no posee ninguna prueba física (audios, fotos o documentos) que lo incriminen y que los principales testigos son criminales y narcotraficantes que buscan venganza contra el hombre que encabezó la lucha antiterrorista en México y una reducción de sus penas.
Durante el juicio también fueron señalados varios colaboradores del exsecretario como Luis Cárdenas Palomino, el exjefe de la División de Investigación de la Policía Federal Armando Espinoza de Benito, los policías Iván Reyes, Víctor Garay y Ramón Pequeño o el comandante Domingo.
El Grande y Lobo Valencia, los testigos estrella
A falta de la sesión del próximo lunes, en la que todavía no se sabe que testigo presentarán los fiscales, los testimonios más contundentes contra el exalto funcionario han sido los de los narcos Sergio Villarreal Barragán, alias «el Grande», y Oscar Nava «El Lobo» Valencia.
El Grande, lugarteniente de Arturo Beltrán Leyva, líder del cartel de los Hermanos Beltrán Leyva, aseguró haber presenciado el pago de sobornos a García Luna y afirmó que éstos suponían «la mejor inversión que tenían» en el cartel de Sinaloa, porque gracias a ellos traficaban a sus anchas y expandían su territorio sin miedo a ser detenidos.
El Lobo, que apareció vestido con un mono amarillo, fue junto a El Grande uno de los testigos que aseguró haber tratado en persona a García Luna y haberle entregado en una reunión dos millones y medio de dólares y medio millón previamente, a través de Cárdenas Palomino, para conseguir dicha cita.
El exfuncionario corrupto Héctor Villarreal aseguró que en una reunión en la que él estaba presente, García Luna pidió al exsecretario de Finanzas del estado mexicano de Coahuila, Humberto Moreira, que le pusiera en contacto con el diario El Universal, con la intención de pagarle dinero a cambio de limpiar y proteger su imagen.
Además, otros testigos, como Israel Ávila, excontable del capo mexicano Mario Pineda Villa, o el exfiscal del estado de Nayarit, Edgar Veytia, alias El Diablo, también vincularon a García Luna con el narcotráfico aunque ambos reconocieron no haber tratado con él en persona.
El cartel de Sinaloa, telón de fondo del juicio
A través de los testimonios de las personas que han ido pasando por la tarima, no solo se ha contado la supuesta relación del acusado con el cártel más poderoso de México, sino las redes tejidas por los narcos para introducir cocaína en Estados Unidos y sus luchas internas en las que, según varios testimonios, García Luna fue una pieza más.
Las historias dibujaron un poderoso cartel que se extendió bajo la protección del exsecretario de Seguridad Pública, y que estaba compuesto por diferentes líderes, entre lo que se mencionó a El Chapo, Ismael «El Mayo» Zambada, Juan José Esparragoza, alias El Azul, los Hermanos Beltrán Leyva, Nacho Coronel, o Vicente Carrillo, líder del clan del cártel de Juárez.
Dos de ellos, el Chapo y Arturo Beltrán Leyva, han estado en boca prácticamente de todos los testigos durante las tres semanas de juicio.
En 2008 estalló un conflicto tras la detención de Alfredo Beltrán Leyva de la que sus hermanos responsabilizaron a El Chapo. En esta lucha, García Luna supuestamente tomó partido en favor de la facción de El Chapo y El Mayo Zambada, contra los Beltrán Leyva y sus socios.
El expresidente Felipe Calderón, salpicado por un testigo
De todos los nombres de funcionarios, responsables o medios de comunicación que distintos testigos han vinculado con el entramado de la droga y la corrupción, el del expresidente Felipe Calderón ha sido el más sonado.
Fue mencionado una sola vez, por El Diablo, que oyó de boca del entonces Gobernador del estado de Nayarit, Ney González, que este último se había reunido con Calderón y García Luna en México y que el mensaje era que había que tomar partido por El Chapo, en lugar de por los Beltrán Leyva.
Édgar Veytia El Diablo no ofreció más detalles sobre las declaraciones de González ni sobre las circunstancias de dicha reunión, pero la sola mención de Calderón provocó la inmediata reacción del exmandatario mexicano que escribió en Twitter: «Niego categóricamente las absurdas declaraciones que reporta la prensa que hizo hoy el testigo Veytia».
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