Elizabeth Magill ha dimitido como presidenta de la Universidad de Pensilvania, según anunció la universidad el 9 de diciembre.
Magill «ha presentado voluntariamente su dimisión», dijo la universidad.
Las peticiones de cese de Magill aumentaron después de que ella y otros presidentes de universidades restaran importancia al antisemitismo que se ha observado en sus campus tras la invasión de Israel por Hamás en octubre. El 5 de diciembre, Magill declaró en una comparecencia ante un comité de la Cámara de Representantes de Estados Unidos que pedir el genocidio de los judíos en algunas situaciones no infringía las normas ni el código de conducta de la universidad.
Un día después, cambió de postura.
«En ese momento, estaba centrada en las políticas de nuestra universidad desde hace mucho tiempo, en consonancia con la Constitución de Estados Unidos, que dice que la expresión por sí sola no es punible. No estaba centrada, aunque debería haberlo estado, en el hecho irrefutable de que una llamada al genocidio del pueblo judío es una llamada a una de las violencias más terribles que los seres humanos pueden perpetrar. Es el mal, simple y llanamente», dijo Magill en una declaración grabada en vídeo.
«En mi opinión, sería acoso o intimidación», añadió.
El testimonio se produjo en un momento en que se han producido protestas por las acciones de Israel en los principales campus universitarios, y algunos manifestantes han utilizado palabras como «intifada» durante los actos.
«El uso del término ‘intifada’ en el contexto del conflicto árabe-israelí es, de hecho, un llamamiento a la resistencia armada violenta contra el Estado de Israel, incluida la violencia contra civiles y el genocidio de judíos», declaró durante la audiencia la representante Elise Stefanik ( R-N.Y.).
Tras el testimonio de los presidentes de la universidad, un importante donante cortó una donación de 100 millones de dólares para la Universidad de Pensilvania. Ross Stevens, un inversor, dijo a través de abogados que estaba «horrorizado por la postura de la universidad sobre el antisemitismo en el campus».
Stefanik había dicho que la financiación federal a las escuelas debería detenerse a la luz de lo sucedido.
Reps. Guy Reschenthaler (R-Pa.), Dan Meuser (R-Pa.), Mike Kelly (R-Pa.), John Joyce (R-Pa.), Lloyd Smucker (R-Pa.) y Brian Fitzpatrick (R-Pa.), por su parte, pidieron al consejo de administración de la universidad que despidiera a Magill.
«El testimonio de la presidenta Magill es un claro reflejo de los omnipresentes fallos morales y educativos que prevalecen en su universidad y en otras universidades de primer orden de todo el país», afirmaron en una carta. «Lamentablemente, ha demostrado a la universidad y al mundo entero que es incapaz o no está dispuesta a combatir el antisemitismo en el campus universitario y a cuidar de su alumnado».
No fue posible contactar con Magill para que comentara su dimisión.
En una breve declaración escrita publicada por la escuela, dijo: «Ha sido un privilegio servir como presidenta de esta extraordinaria institución. Ha sido un honor trabajar con nuestro profesorado, estudiantes, personal, antiguos alumnos y miembros de la comunidad para avanzar en las misiones vitales de Penn».
Magill seguirá siendo empleada de la universidad como profesora titular en Penn Carey Law, dijo Scott Bok, presidente del consejo de administración de la universidad, en un comunicado.
«En nombre de toda la comunidad de Penn, quiero dar las gracias a la presidenta Magill por su servicio en la universidad como presidenta y le deseo lo mejor», dijo.
Más tarde, Bok declaró al periódico de la universidad que él también dimitía. Bok declaró al periódico que Magill cometió lo que describió como un «desafortunado paso en falso» durante la comparecencia ante el Congreso y que su permanencia como presidenta era «insostenible». También dijo que ella «no es en absoluto antisemita».
Vahan Gureghian, un antiguo administrador de la escuela, dijo recientemente a The Epoch Times que dimitió a principios de este año debido a la retórica ofrecida en un festival celebrado en el campus. «Me horrorizó el modo en que el presidente y la presidenta, Magill, trataron todo el festival de Palestina y la posterior respuesta a los ataques de Hamás», declaró.
Magill se convirtió en presidenta de la Universidad de Pensilvania en 2022. Sucedió a Amy Gutmann, que ocupaba el cargo desde 2004.
En ese momento, Bok dijo que Magill era «una líder académica extraordinariamente consumada». Había sido vicepresidenta ejecutiva y rectora de la Universidad de Virginia.
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