China y Rusia tienen como objetivo guiar al mundo hacia un nuevo orden internacional, según uno de los diplomáticos de más alto rango del Partido Comunista Chino (PCCh).
“La parte china está dispuesta a trabajar con la parte rusa para implementar continuamente una cooperación estratégica de alto nivel entre los dos países, salvaguardar los intereses comunes y promover el desarrollo del orden internacional en una dirección más justa y razonable”, dijo el miembro del Politburó del PCCh, Yang Jiechi, según un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores.
“La relación entre los dos países siempre ha ido por buen camino, y ambas partes se apoyan firmemente en temas relacionados con sus intereses fundamentales”.
Yang hizo los comentarios durante una reunión hecha el 12 de septiembre con el embajador ruso, Andrey Denisov, en Beijing. En declaraciones oficiales, el régimen chino usa regularmente propaganda que describe su búsqueda de un orden internacional “más justo” y “más equitativo”, que los funcionarios y analistas occidentales señalan como una crítica oblicua al orden global basado en reglas y liderado por Estados Unidos, orden que el PCCh busca socavar y finalmente reemplazar con uno que sea hospitalario con el autoritarismo del régimen.
El comentario se asemeja a comentarios similares hechos por el tercero al mando del PCCh, Li Zhanshu, quien aprobó explícitamente la guerra en Ucrania y aseguró que Rusia recibiría el apoyo chino.
“China comprende y apoya a Rusia en temas que representan sus intereses vitales, en particular en la situación en Ucrania”, dijo Li, según la Duma Estatal de Rusia. La cita no fue corroborada por la declaración de China sobre el evento.
Hasta ahora, el PCCh ha presentado una fachada de neutralidad sobre el tema de Ucrania, defendiendo repetidamente la invasión de Rusia y culpando a la OTAN por la guerra, sin llegar a proporcionar ayuda militar directa, la cual podría generarle sanciones internacionales.
El presidente ruso, Vladimir Putin, y el secretario general del PCCh, Xi Jinping, se reunirán a finales de esta semana al margen de una cumbre de seguridad regional en Uzbekistán. Será la primera vez que los dos líderes se reúnan en persona desde febrero, cuando declararon una asociación “sin límites” en Beijing, apenas unas semanas antes de la invasión a Ucrania.
El ayudante del Kremlin, Yuri Ushakov, anunció la reunión en una sesión informativa el 13 de septiembre en Moscú. Dijo que los dos líderes discutirían temas de importancia geoestratégica, incluidos Taiwán y Ucrania.
“China ha adoptado un enfoque equilibrado sobre la crisis en Ucrania, expresando claramente su comprensión de las razones que llevaron a Rusia a lanzar la operación militar especial”, dijo Ushakov. “El tema será discutido a fondo durante la reunión”.
Ushakov agregó que la reunión tendría un «significado especial» para los dos líderes.
Las fuerzas rusas han sufrido una serie de reveses en Ucrania en las últimas semanas, perdiendo terreno ante una sorpresiva ofensiva ucraniana. Sin embargo, la nación sigue siendo responsable de más del 40 por ciento del suministro de gas natural de Europa, por lo que puede aprovechar ese hecho para alentar a las naciones occidentales a disminuir las sanciones que obstaculizan su esfuerzo bélico.
La reunión Putin-Xi es, por lo tanto, crucial para las ambiciones de ambos líderes. Para Rusia, representa la oportunidad de demostrarle al mundo que no está aislada. Para China, significa la oportunidad de defender un sistema internacional alternativo al orden internacional basado en reglas.
Combinados, los dos regímenes tienen como objetivo contrarrestar el orden internacional liberal, señalan los analistas, y lograr un estado global en el que ambos puedan expandir sus intereses sin temor a las repercusiones de Estados Unidos y sus aliados.
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