El director de la principal agencia de salud pública de Estados Unidos dijo el lunes que los descensos en los casos, hospitalizaciones y muertes por COVID-19 podrían detenerse en un futuro próximo debido a las nuevas variantes del virus que causa la enfermedad.
El número de nuevos casos diarios descendió considerablemente en las últimas semanas, pero hay indicios de que la disminución se está estancando en torno a los 70,000 casos diarios, según la directora de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), Rochelle Walensky.
«Con estas nuevas estadísticas, yo estoy realmente preocupada por los informes de que más estados están haciendo retroceder las precisas medidas de salud pública que hemos recomendado para proteger a las personas del COVID-19. Entiendo la tentación de hacerlo. Setenta mil casos al día parecen buenos en comparación con la situación en la que nos encontrábamos hace unos meses. Pero no podemos resignarnos a 70,000 casos al día y 2000 muertes diarias», dijo durante una sesión informativa virtual.
«Por favor, escúchenme con claridad: Con este nivel de casos y con la propagación de las variantes, podemos perder por completo el terreno que tanto nos ha costado ganar. Estas variantes son una amenaza muy real para nuestro pueblo y nuestro progreso. Ahora no es el momento de relajar las salvaguardias críticas que sabemos que pueden detener la propagación de COVID-19 en nuestras comunidades, no cuando estamos tan cerca».
COVID-19, la enfermedad causada por el virus del PCCh (Partido Comunista Chino), dejó cientos de miles de muertos en Estados Unidos desde su aparición a principios de 2020 y una gran cantidad de hospitalizados.
La enfermedad afecta principalmente a los ancianos y a los enfermos, pero también puede causar enfermedades graves en otras personas.
Los virus cambian a través de mutaciones y se espera que surjan nuevas variantes con el tiempo; según los CDC, algunas surgen y desaparecen mientras que otras persisten. Las principales variantes del virus son la variante británica, B.1.1.7, la variante sudafricana B.1.351 y la P.1 de Brasil. Las tres ya se han detectado en Estados Unidos.
Estados como Massachusetts, Missouri e Iowa flexibilizaron recientemente las restricciones, como las normas sobre el uso de mascarillas y las limitaciones de capacidad para determinados negocios.
Walensky se encuentra entre los funcionarios que instaron a los estadounidenses a seguir usando mascarillas, distanciarse socialmente y tomar otras medidas de precaución incluso si recibieron las vacunas contra el COVID-19, ya que advierte que la pandemia no ha terminado.
«Tenemos la capacidad de detener una potencial cuarta oleada de casos en este país. Por favor, manténganse firmes en su convicción. Sigan llevando la mascarilla bien ajustada y tomando las demás medidas de prevención de salud pública que sabemos que funcionan», dijo.
Según el Dr. Anthony Fauci, uno de los principales asesores médicos del presidente Joe Biden, los CDC publicarán en breve unas directrices actualizadas para las personas vacunadas, en cuanto a lo que deben y no deben hacer después de recibir dos dosis de vacunas de Moderna o Pfizer, o una dosis de Johnson & Johnson.
Fauci dijo a los periodistas en la sesión informativa que las autoridades se están tomando «muy en serio» la variante de Nueva York, B.1.526.
Esa variante tiene la «capacidad de evadir tanto los anticuerpos monoclonales como, hasta cierto punto, los casos de anticuerpos inducidos por la vacuna en este país», añadió.
Hasta el 1 de marzo se distribuyeron casi 100 millones de dosis de la vacuna COVID-19 en los estados. Casi 77 millones ya fueron aplicadas a unos 50.7 millones de personas. El promedio diario de aplicaciones es de 1,7 millones de dosis.
Los reguladores de medicamentos autorizaron recientemente la inyección de una dosis de Johnson & Johnson. Las autoridades esperan distribuir dosis de esa vacuna a partir del martes, con una proyección de 20 millones de dosis distribuidas para finales de mes.
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