La directora del Servicio Secreto aceptó testificar en una audiencia de la Cámara de Representantes que investiga el intento de asesinato del sábado contra el expresidente Donald Trump.
Un portavoz de la agencia confirmó este viernes en un comunicado que la directora del Servicio Secreto, Kimberly Cheatle, hará la comparecencia ante el Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes el lunes 22 de julio, después de que su presidente solicitara su comparecencia.
«El Servicio Secreto es plenamente responsable de la seguridad de sus protegidos», dijo en el comunicado el portavoz de la agencia, Anthony Gugliemi, quien prometió «total cooperación con el Congreso».
«Estamos comprometidos a comprender mejor lo que ocurrió antes, durante y después del intento de asesinato del expresidente Trump para asegurarnos de que nunca vuelva a ocurrir», añadió.
En una rara declaración conjunta el viernes, el presidente del Comité de la Cámara, James Comer (R-Ky.), y el miembro de mayor rango de Supervisión de la Cámara, el representante Jamie Raskin (D-Md.), escribieron que la Sra. Cheatle «debe comparecer ante el Comité de Supervisión de la Cámara sin demora» para responder a sus «muchas preguntas» y proporcionar más transparencia sobre el incidente.
A principios de esta semana, el Comité de Supervisión liderado por los republicanos de la oficina del Sr. Comer envió una citación a la Sra. Cheatle para testificar y ella accedió a sus demandas.
En una carta a la Sra. Cheatle adjunta a la citación, el presidente escribió que no ha habido «actualizaciones significativas», alegando una «falta de transparencia y falta de cooperación».
El asunto, escribió a la directora, «pone en duda su capacidad para dirigir el Servicio Secreto y hace necesaria la citación adjunta que obliga a su comparecencia ante el Comité de Supervisión».
El miércoles, Cheatle y otros funcionarios estadounidenses mantuvieron una reunión informativa con senadores sobre el intento de asesinato en un mitin en Butler, Pensilvania, que dejó al 45º presidente con una herida en la oreja, una persona muerta y dos personas heridas. El tirador, identificado por el FBI como Thomas Matthew Crooks, fue abatido por un francotirador del Servicio Secreto después de que abriera fuego.
Desde la sesión informativa, confirmada por varios senadores, miembros del liderazgo republicano del Senado han sugerido que la Sra. Cheatle renuncie a su cargo. Hasta ahora, ella se ha resistido a esas peticiones, pero ha prometido total transparencia sobre el asunto.
El senador republicano Mitch McConnell, líder de la minoría en el Senado, se sumó a la lista de legisladores que piden la dimisión de Cheatle. Dijo en X que el casi asesinato era un «grave ataque a la democracia estadounidense».
«La nación merece respuestas y rendición de cuentas», escribió el Sr. McConnell. «Un nuevo liderazgo en el Servicio Secreto sería un paso importante en esa dirección».
La Sra. Cheatle ha dicho que la agencia entiende la importancia de una revisión separada ordenada por el presidente Joe Biden y que participaría plenamente en ella, así como con los comités del Congreso que estudian el tiroteo.
El hecho de que un presunto asesino pudiera acercarse tanto al expresidente cuando se suponía que estaba estrechamente vigilado ha suscitado dudas sobre los planes de seguridad que puso en marcha la agencia y sobre quién es el responsable último de permitir que un tirador de 20 años subiera a un tejado desde el que tenía una clara línea de visión del expresidente.
Mientras tanto, la Sra. Cheatle cuenta con el apoyo de la administración, incluido el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas.
«Confío al 100% en la directora del Servicio Secreto de Estados Unidos. Confío al cien por cien en el Servicio Secreto de Estados Unidos», declaró el lunes a The New York Times.
Fuera del Congreso, el inspector general del Departamento de Seguridad Nacional publicó dos breves avisos en su página web, en los que decía que investigaría el proceso del Servicio Secreto para proteger al expresidente Trump, así como la forma en que los francotiradores de la agencia mataron al joven armado.
A pesar de las críticas al Servicio Secreto por parte de republicanos y otros miembros del Congreso, el expresidente ha elogiado a los agentes que respondieron al tiroteo.
Al relatar el intento de asesinato, el expresidente Trump dijo a la audiencia de la Convención Nacional Republicana el jueves que «inmediatamente supo que era muy serio, que estábamos bajo ataque». Y en un movimiento procedió a tirarse al suelo.
En la última semana, otros miembros de la familia Trump, entre ellos la ex primera dama Melania Trump y el hijo del expresidente, Eric Trump, elogiaron igualmente al Servicio Secreto por su rápida respuesta y por arriesgar sus vidas durante el incidente.
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