Los líderes de las agencias de inteligencia nacionales británicas y estadounidenses emitieron una rara declaración conjunta el 6 de julio, advirtiendo que el Partido Comunista Chino (PCCh) es la mayor amenaza para el orden internacional.
«El desafío más cambiante al que nos enfrentamos proviene del Partido Comunista Chino», dijo el director general del MI5, Ken McCallum.
“Está aplicando presión de manera encubierta en todo el mundo. Esto puede sentirse abstracto. Pero es real y es apremiante. Tenemos que hablar de eso. Tenemos que actuar”.
McCallum describió la agresión del PCCh como un “enorme desafío compartido” entre el Reino Unido y Estados Unidos. Dijo que el régimen comunista está organizando todo el aparato estatal de China para socavar sistemáticamente a Occidente y robar tecnologías avanzadas.
«El PCCh adopta un enfoque de todo el Estado en el que las empresas y los individuos están obligados por ley a cooperar con el Partido», dijo McCallum.
«En nuestras sociedades libres, podemos hacerlo mejor. Construyendo asociaciones de confianza en nuestros sistemas nacionales y, como se ha descrito hoy, a nivel internacional».
El PCCh es la “mayor amenaza a largo plazo”
El director del FBI, Christopher Wray, dijo que el PCCh es el mayor desafío para el orden internacional, que busca socavar a Estados Unidos, sus aliados y socios.
“Constantemente vemos que es el gobierno chino el que representa la mayor amenaza a largo plazo para nuestra seguridad económica y nacional, y por “nuestra” me refiero a nuestras dos naciones, junto con nuestros aliados en Europa y en otros lugares”, dijo.
McCallum dijo que el propósito de la declaración no era demonizar al pueblo chino ni aislar los negocios de China del resto del mundo, sino que estaba dirigido a abordar específicamente las muchas amenazas que plantea el PCCh. Estas amenazas incluyen robos encubiertos, transferencias forzadas de tecnología, explotación de investigaciones y ataques cibernéticos que se dirigieron a prácticamente todos los sectores de la sociedad, agregó.
“La escala de la ambición es enorme”, dijo McCallum. “Y no es realmente un secreto. Cualquier cantidad de planes estratégicos públicos, como Made in China 2025, muestran claramente la intención”.
“[Están] buscando someter nuestra economía, nuestra sociedad, nuestras actitudes para adaptarlas a los intereses del Partido Comunista Chino. Establecer patrones y normas que le permitan dominar el orden internacional. Esto debería hacer que nos sentáramos y nos diéramos cuenta”.
El gobierno del Reino Unido, como otros gobiernos en todo el mundo, ha sido blanco de campañas de espionaje de alto perfil por parte del PCCh. A principios de este año, el MI5 emitió una advertencia sobre un espía chino que había cultivado amplios vínculos en todo el parlamento, incluso a través de la recaudación de fondos. Asimismo, el Reino Unido también expulsó a varios espías chinos que se hicieron pasar por periodistas.
Los incidentes sirvieron para subrayar lo que McCallum presentó como una dura verdad: Que el liberalismo económico de Occidente no había resultado en una mayor libertad y transparencia en China.
“Me temo que se ha demostrado que es totalmente errónea la suposición occidental generalizada de que la creciente prosperidad dentro de China y el aumento de la conectividad con Occidente conduciría automáticamente a una mayor libertad política”, dijo McCallum.
“Pero el Partido Comunista Chino está interesado en nuestros sistemas democráticos, mediáticos y legales. No para emularlos, lamentablemente, sino para usarlos a su beneficio”.
El PCCh apunta a la economía y la política de EE.UU.
Wray señaló que el espionaje del PCCh se centró en todos los sectores de la economía, desde la aviación hasta la agricultura, y que el PCCh participó en actividades agresivas contra la infraestructura de Estados Unidos, como un hackeo masivo que comprometió unos 100,000 servidores el año pasado. Microsoft alegó que dicho hackeo fue llevado a cabo por piratas informáticos respaldos por Beijing.
Wray también señaló que el PCCh parecía estar preparando su economía para una mayor disociación de Occidente, lo que parece una señal potencial de que podría estar preparando una invasión a Taiwán.
“Hemos visto a China buscando formas de aislar su economía de posibles sanciones, tratando de amortiguar los daños si hacen algo que atraiga la ira del comportamiento internacional», dijo Wray. «En nuestro mundo, llamamos a ese tipo de comportamiento una pista”.
Por ello, Wray animó a los líderes empresariales a coordinarse con el FBI y el MI5 para protegerse y prepararse mejor ante la realidad de un aumento de los intentos del PCCh de robar, extorsionar y presionar a las empresas en Estados Unidos y del Reino Unido.
Dijo que tal amenaza no debe subestimarse, ya que el PCCh ya había intentado interferir directamente en las elecciones estadounidenses conspirando contra un candidato al Congreso nacido en China.
“El gobierno chino está tratando de moldear el mundo interfiriendo en nuestra política y en la de nuestros aliados”, dijo Wray.
“El gobierno chino llegó al extremo de interferir directamente en una elección del Congreso en Nueva York, porque no querían que el candidato, un manifestante de la Plaza de Tiananmen y crítico del gobierno chino, fuera elegido”, agregó.
La declaración hace referencia al caso de Yan Xiong, un veterano del ejército de EE.UU. que fue atacado por el PCCh el año pasado. El incidente fue uno de los numerosos intentos de Beijing de acechar, intimidar, hostigar o silenciar a los disidentes del régimen que viven en Estados Unidos.
A pesar de esas amenazas, el Departamento de Justicia puso fin en febrero a la campaña de contraespionaje de la era Trump llamada Iniciativa China. El departamento dijo que recibió numerosas quejas de discriminación racial y, aunque una revisión interna no encontró evidencia de ello, terminaron el programa para evitar una “percepción dañina de parcialidad”.
Tal vez para evitar un resultado similar con los esfuerzos en curso del FBI, Wray subrayó que la amenaza para Occidente no son propiamente las personas de origen chino, sino el propio PCCh.
«Son el gobierno chino y el Partido Comunista Chino los que suponen la amenaza que estamos centrados en contrarrestar, no el pueblo chino, y ciertamente no los inmigrantes chinos en nuestros países frecuentemente víctimas de la agresión sin ley del gobierno chino», dijo.
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