Un abogado de Disney pidió el martes a un juez federal de California que desestime la demanda de la ex actriz de «The Mandalorian» Gina Carano, argumentando que sus reclamaciones están prohibidas por la Primera Enmienda.
Como empresa que crea «productos de expresión», Disney no puede verse obligada por la ley estatal a «hablar a través» de actores cuya «expresión externa socava el mensaje de la organización», argumenta el abogado Daniel Petrocelli en la petición de desestimación de la demanda de Carano.
«Es un intento inadmisible de invocar el poder del Estado para invalidar las decisiones de una entidad privada sobre qué decir en su propio arte y cómo decirlo. La demanda debe ser desestimada», afirma Petrocelli en su petición.
Petrocelli argumenta que Disney tiene el derecho constitucional de «no asociar su expresión artística con el discurso de Carano» y que la Primera Enmienda prohíbe sus reclamaciones.
Carano demandó a Disney en febrero con el respaldo financiero de X Corp. del multimillonario Elon Musk, alegando que su despido violaba el Código Laboral de California.
La demanda sostiene que Disney decidió no incluir al popular personaje de Cara Dune, una cazarrecompensas, en la tercera temporada de «The Mandalorian» y en otras posibles tramas de «Star Wars» debido a las declaraciones públicas de Carano.
En respuesta, Disney argumenta que sus acciones están protegidas por la Primera Enmienda, que «generalmente prohíbe al gobierno dictar a los creadores de obras artísticas cómo pueden desarrollar y expresar sus propios mensajes artísticos».
«Este principio se aplica plenamente a las empresas que emplean a otros para interpretar mensajes artísticos a través del canto, la danza o la actuación: para tales expresiones artísticas, el intérprete es la actuación, no menos que las palabras escritas en el guión o la hoja de letras», reza la moción de Disney.
«Por esta razón, al igual que un periódico tiene derecho a una amplia deferencia a la hora de elegir a qué escritores emplear para expresar sus posiciones editoriales, una empresa de producción creativa tiene derecho a una amplia deferencia a la hora de decidir a qué intérpretes emplear para expresar sus mensajes artísticos».
Disney «ya ha tenido suficiente»
En los meses previos a su despido, la Sra. Carano, que ha criticado abiertamente las ideologías woke y la extralimitación del gobierno, hizo una serie de declaraciones públicas sobre temas controvertidos a partir de septiembre de 2020.
Disney sostiene que estas declaraciones «vinieron a distraer y socavar los propios esfuerzos expresivos de Disney».
Esto incluía que la Sra. Carano expresara su opinión sobre las consecuencias de la respuesta del gobierno a la pandemia de COVID-19, incluidos los cierres patronales y los mandatos de mascarillas y vacunas.
«El mundo ESTÁ abierto pero a nadie se le permite trabajar. Como estadounidense, trabajar es un derecho. Nos da un propósito, un objetivo, un orgullo y, lo más importante, una forma de mantener a nuestros seres queridos. La gente cae como moscas por depresión, suicidio, sobredosis y ASESINATO. Ya es suficiente», escribió en X, entonces Twitter el 5 de septiembre de 2020.
En noviembre de 2020, después de las elecciones, expresó públicamente su opinión sobre la necesidad de «limpiar el proceso electoral», «poner leyes que nos protejan contra el fraude electoral», «filmar el recuento», «eliminar los votos falsos» y «exigir el ID».
En otra publicación, Disney afirma que se estaba «burlando de las personas que identifican sus pronombres» en línea al negarse a hacer lo mismo y, en cambio, afirmar que sus pronombres son «boop/bop/beep».
Disney también señala que «discutió» con usuarios de las redes sociales sobre lo que Carano describió como su «negativa a apoyar el movimiento [Black Lives Matter]».
Disney sostiene que «ya estaban hartos» de las declaraciones públicas de la Sra. Carano sobre temas controvertidos cuando, el 10 de febrero de 2021, decidió supuestamente «trivializar públicamente el Holocausto» volviendo a publicar el post de un tercero.
La publicación, compartida en su historia de Instagram, decía: «Los judíos eran golpeados en las calles, no por soldados nazis, sino por sus vecinos… incluso por niños». Incluía un emoji de cara triste.
El post continuaba con: «Como la historia se edita, la mayoría de la gente de hoy no se da cuenta de que para llegar al punto en que los soldados nazis podían acorralar fácilmente a miles de judíos, el gobierno primero hizo que sus propios vecinos los odiaran simplemente por ser judíos. ¿En qué se diferencia eso de odiar a alguien por sus opiniones políticas?».
Según la moción de Disney, «la decisión de Carano de trivializar públicamente el Holocausto comparando las críticas a los conservadores políticos con la aniquilación de millones de judíos —no «miles»— fue la gota que colmó el vaso para Disney».
Lucasfilm denunció las declaraciones el mismo día y declaró que no tenía «ningún plan» de contratarla en el futuro. A continuación, Bob Chapek, entonces consejero delegado de Disney, declaró que las declaraciones de Carano «no se ajustaban a los valores de la empresa».
La demanda de Carano
La demanda de Carano alega que Disney y Lucasfilm la persiguieron por «acoso, despido y difamación pública, todo porque expresó opiniones que no coincidían con las de Disney y Lucasfilm».
«Esto ocurrió en un momento en que varios de los coprotagonistas masculinos de Carano publicaron mensajes ofensivos y denigrantes en las redes sociales dirigidos a republicanos y conservadores», se lee en un comunicado de prensa del mes de febrero en el que se anuncia la demanda.
En la demanda se alegan tres cargos contra Disney.
El primer cargo alega que Disney infringió las disposiciones del Código Laboral de California que prohíben a los empresarios dirigir la actividad política de los empleados.
El segundo cargo alega que Disney infringió disposiciones relacionadas del Código Laboral de California que prohíben tomar medidas adversas contra empleados o «solicitantes de empleo» por razón de su actividad protegida.
Y en el último cargo se alega que Disney discriminó a Carano por razón de su sexo, con la teoría de que Carano se encuentra en una situación comparable a la de actores masculinos que hicieron declaraciones muy diferentes en las redes sociales.
«Hace poco tiempo, en una galaxia no muy lejana, los demandados dejaron claro que en su imperio sólo era aceptable una ortodoxia de pensamiento, palabra o acción, y que no se toleraría a quienes se atrevieran a cuestionarla o no la cumplieran plenamente», dice la demanda. «Y así fue con Carano».
El abogado y socio director de Schaerr Jaffe, Gene Schaerr, dijo en un comunicado de febrero que «Disney intimidó a la señora Carano, tratando de obligarla a ajustarse a sus puntos de vista sobre cuestiones culturales y políticas, y cuando esa intimidación fracasó, la despidieron».
«Castigar a los empleados por su discurso sobre cuestiones políticas o sociales es ilegal según la ley de California», añadió.
«Carano fue difamada cuando los Demandados tergiversaron públicamente sus publicaciones en las redes sociales y su carácter, lo que resultó en la pérdida de su agente y abogado, así como de futuras oportunidades de empleo», se lee en un comunicado de prensa de la firma.
En una declaración en X cuando se presentó la demanda, Carano dijo que la habían «perseguido» y que sus publicaciones habían sido objeto de escrutinio porque no estaba de acuerdo con la narrativa predominante.
Ella agradeció a la empresa del Sr. Musk por ofrecerse a pagar su demanda, diciendo que «ha sido uno de los últimos rayos de esperanza para la libertad de expresión en las obras».
The Epoch Times se puso en contacto con el abogado de la Sra. Carano para hacer comentarios.
Con información de Matt McGregor
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