Oficiales de policía reciben disparos más de un 20 por ciento más a menudo en 2019 que el año anterior, con 267 oficiales baleados en el cumplimiento del deber para el 1 de diciembre de este año, según la Orden Fraternal de la Policía (FOP, por sus siglas en inglés), una organización nacional de 350,000 miembros de la policía.
«Las cifras son asombrosas y deberían preocupar a todos los estadounidenses», dijo la FOP en un tweet del 2 de diciembre. «La violencia hacia los hombres y mujeres que protegen nuestras comunidades debe terminar y debe ser condenada por todos».
Los tiroteos incluyen tanto los mortales como los no mortales.
Durante la última década, los disparos mortales a agentes de policía se han mantenido a un nivel aproximado, con un promedio de 51 al año y 45 muertos por disparos en lo que va de año (excluyendo una muerte por disparos involuntarios), según un recuento realizado por la Officer Down Memorial Page (ODMP).
En octubre de 2015, sin embargo, el FOP comenzó a rastrear también los tiroteos no mortales.
«Nos dimos cuenta de que teníamos mucha información sobre los oficiales que fueron asesinados en el cumplimiento del deber, pero casi [ninguna] información sobre los oficiales que fueron baleados y sobrevivieron», dijo el presidente nacional de la FOP, Patrick Yoes, en un comunicado del 11 de octubre. «Utilizando nuestros propios recursos limitados, pudimos recopilar cifras en bruto que mostraban que, incluso en años en que el número de oficiales muertos por disparos había disminuido, el número de oficiales baleados había aumentado cada año. La cruda realidad es que los avances en la ciencia médica y la tecnología antibalística hacen que estos eventos sean más fáciles de sobrevivir».
La FOP determinó que 253 oficiales fueron fusilados en 2016 y 271 en 2017 (pdf). En 2018, el número bajó a 251. Este año, ya está cerca de un récord máximo, a falta de un mes para que finalice.
El 7 de diciembre, el sargento de policía de Houston Christopher Brewster fue asesinado a tiros mientras respondía a una llamada por disturbios domésticos.
A pesar de sus heridas, Brewster se las arregló para sacar su propia arma y avisar por radio a otros oficiales que respondieron para dar una descripción del sospechoso que era «crítico» en su detención, dijo el jefe de policía Art Acevedo en una conferencia de prensa.
El día anterior, el oficial de policía de Alabama y agente del grupo de trabajo de drogas Billy Clardy III recibió un disparo en el corazón en una operación relacionada con drogas y murió en un hospital, dijo el jefe de policía de Huntsville, Mark McMurray, durante una conferencia de prensa.
El sospechoso «sacó un arma e inmediatamente disparó contra el oficial», dijo McMurray. La bala logró atravesar su chaleco antibalas.
Clardy ya era el sexto oficial en el estado asesinado en el cumplimiento del deber este año. Alabama no ha visto tantas muertes por disparos a policías desde 1964, según las estadísticas de la ODMP.
De los incidentes de tiroteos del año pasado, 72 tuvieron lugar durante llamadas por disturbios y 39 durante paradas de tráfico. Según los datos de la Red Nacional de Alerta Azul (National Blue Alert Network), esos incidentes representaron más de la mitad de todos los tiroteos y causaron la muerte de 22 agentes de policía.
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