Opinión
En lugar de preparar de manera efectiva a los maestros para enseñar a los alumnos a leer y a hacer operaciones matemáticas básicas, el Distrito Escolar Unificado de Hayward, en la bahía de California, invirtió 250,000 dólares en la formación de profesores impartida por la empresa «Woke Kindergarten».
Pero, ¿qué es el «Woke Kindergarten» y cuál es la meta de la empresa que produce esta capacitación para maestros? Según su sitio web “Woke Kindergarten es un ecosistema global abolicionista y un portal visionario creativo de la primera infancia que apoya a niños, familias, educadores y organizaciones en su compromiso con la educación abolicionista temprana y la liberación pro-negra, queer y trans».
Ofrecen talleres, consultas, lecturas conscientes en voz alta, y contenido denominado «Enseña Palestina». Además, el sitio web presenta una «guía sensorial para niños» llamada «¡Así que, llegaste a una protesta!» con contenido que incluye letreros de protesta que dicen «Desde el río hasta el mar Palestina será libre», «poder queer por sobre el poder del miedo», «abolir las prisiones» y «las vidas negras por sobre las lágrimas blancas».
El distrito destinó los fondos federales recibidos, bajo su estatus de escuela de bajo rendimiento, a un programa woke en lugar de destinarlo al ámbito académico. En la escuela primaria Glassbrook del distrito, menos del 12 por ciento de los estudiantes están a la altura de su grado en inglés y menos del 4 por ciento en matemáticas, y sin embargo esta formación del profesorado tuvo prioridad.
Al parecer, la capacitación incluía explicar a los profesores cómo ser «antirracistas» y cómo «romper la blancura» en sus aulas. Sin embargo, solo el 3.4 por ciento de los 474 alumnos matriculados en la primaria Glassbrook son blancos, es decir, 16 alumnos en total. Esto se traduce en una media de menos de un alumno blanco por aula.
El cuarto de millón de dólares por la capacitación woke de maestros es enorme. Imagine si esos fondos se asignaran a temas académicos como la alfabetización o la capacitación en el área de matemáticas.
Los padres envían a sus hijos a la escuela primaria esperando que aprendan a leer, escribir y que aprendan a hacer aritmética, no a prepararse como activistas de protestas. Estos niños, que tienen entre 5 y 12 años, necesitan una base académica sólida.
El Distrito Escolar Unificado de Hayward no es una excepción. No hace falta buscar más allá del mapa de “IndoctriNation” de la organización –Padres Defendiendo la Educación–, para ver cómo esas nocivas ideologías políticas están tomando lugar tanto en las políticas del distrito, como en las prácticas, la capacitación de maestros, el plan de estudios y la instrucción en el aula. Además, el nivel de promoción de la agenda woke está creciendo rápidamente.
Indudablemente, las escuelas públicas han perdido el rumbo en todo el país, cediendo ante las ideologías radicales de extrema izquierda y las agendas políticas de los sindicatos de maestros. En el proceso, no solo están alejando a los estudiantes, sino que están perdiendo maestros de calidad que ya están hartos del tema sin sentido de lo no académico. En algunos casos, los maestros son reprendidos e incluso despedidos por expresar preocupaciones.
Un caso que sirve como ejemplo es el del maestro de tercer grado de la Escuela Primaria Glassbrook, Tiger Craven-Neeley. Al profesor se le pidió abandonar una reunión del personal y luego el distrito lo puso en licencia después de cuestionar el contenido de la capacitación. El aparente delito de Craven-Neeley fue preguntar qué significaba romper la blancura en un aula de tercer grado. La información señala que la licencia incluyó entregar sus llaves y su computadora portátil.
Los padres deben tener opciones educativas para poder dejar las escuelas que no satisfacen las necesidades académicas de sus hijos. Las escuelas públicas del distrito no solo están fallando en formar estudiantes con conocimiento académico fundamental; también están utilizando cantidades absurdas de dinero de los contribuyentes en priorizar la enseñanza de contenido extremo e inapropiado a los niños. Es una negligencia educativa, y el monopolio de las escuelas públicas debe ser desmantelado en beneficio de los niños y el futuro de nuestro país.
Ahora es el momento de que todos los padres exijan libertad educativa y de que todos los legisladores estatales de cualquier partido representen los mejores intereses y deseos de sus electores, cumpliendo con la tarea de promulgar la elección escolar universal.
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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
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