Los distritos escolares de Florida han modificado sus mandatos de mascarilla para los estudiantes después de que el gobernador Ron DeSantis (R-Fla.) emitiera una orden ejecutiva según la cual el estado negará la financiación a cualquier distrito que aplique dichas normas.
Las Escuelas Públicas del Condado de Broward (BCPS) dijeron en un comunicado el lunes que revertirán el requisito de la mascarilla y «tienen la intención de cumplir» con la última orden del gobernador, pero seguirán alentando a todos en las escuelas a usar mascarillas y a vacunarse contra el virus del PCCh (Partido Comunista Chino).
En este momento, los niños mayores de 12 años pueden recibir la vacuna COVID-19 de Pfizer-BioNTech en Estados Unidos.
El consejo escolar, tras una votación la semana pasada, dispuso la obligación de cubrirse el rostro cuando se reanuden las clases presenciales este mes. DeSantis dijo que quiere que los padres decidan si sus hijos deben llevar una mascarilla a la escuela.
«El Distrito abogará por que todos los estudiantes y el personal elegibles reciban las vacunas y alienta firmemente que todos lleven mascarillas en las escuelas», dijo BCPS. «El Distrito también trabajará para adherirse a las directrices de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), incluyendo la limpieza y desinfección frecuente de nuestras escuelas, el distanciamiento físico, el lavado de manos y la permanencia en casa cuando se está enfermo».
El distrito escolar en el condado de Gadsden el lunes también revirtió su requisito de mascarilla para los estudiantes después de que las aulas se reabran en el otoño, informó Fox 13 News.
Una portavoz del distrito dijo que la decisión se produjo después de la orden, señalando que la junta continuará siguiendo «las directrices de los CDC según lo permita el gobernador».
En otro cambio, los CDC dijeron la semana pasada que las personas totalmente vacunadas en áreas con «transmisión sustancial y alta» de COVID-19 deben usar mascarillas en el interior en algunas áreas, incluyendo las escuelas, citando nuevas investigaciones sobre los brotes de varios estados y otros países.
Una ley que DeSantis firmó en mayo le da la autoridad para invalidar las medidas locales de salud pública de emergencia, incluyendo los mandatos de mascarilla y las limitaciones en las operaciones comerciales. También prohíbe que cualquier negocio o entidad gubernamental exija una prueba de vacunación.
El gobernador republicano atribuye a su respuesta a la pandemia, que se ha centrado en la vacunación de ancianos y residentes de residencias de ancianos, el hecho de que ahora mueran menos floridanos que el pasado agosto. Hace un año, Florida registraba una media de 180 muertes diarias por COVID-19 durante el pico de principios de agosto, pero la semana pasada promediaba unas 55 al día.
«Incluso entre una gran cantidad de pruebas positivas, se está viendo mucha menos mortalidad que en el año anterior», dijo mientras hablaba en una conferencia de prensa en el área de Miami. «¿Preferiría tener 5000 casos entre personas de 20 años o 500 casos entre personas mayores? Prefiero a los más jóvenes».
DeSantis agregó que la «histeria mediática» sobre el récord de hospitalizaciones hará que las personas que podrían estar sufriendo un ataque cardíaco o un derrame cerebral eviten ir a una sala de emergencias por temor a ser infectadas, como las estadísticas muestran que sucedió el año pasado.
«La gente sufría infartos en casa porque pensaba que no había suficiente espacio en el hospital o se infectaría con COVID y moriría», dijo.
Con información de Associated Press.
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