Dominar el arte de dejar ir

Dejar de lado nuestras ideas sobre cómo deberían ser las cosas ─incluidos nosotros mismos─ puede liberarnos de cierto tipo de sufrimiento

Por Leo Babauta
21 de febrero de 2023 1:13 PM Actualizado: 21 de febrero de 2023 1:13 PM

Una de las claves para vivir una vida de calma y propósito es dejar ir.

Si desea tener una vida más tranquila, es importante que analice lo que perturba esa paz y practique soltar todo aquello a lo que se aferra y que le causa ansiedad y frustración.

Si quiere una vida centrada en un propósito, es poderoso examinar lo que se interpone en su camino… y soltar lo que le bloquea.

Dejar ir puede parecer bastante sencillo, pero no es necesariamente fácil. Tenemos apegos a los que nos aferramos con fuerza y no queremos soltarlos.

En este artículo, compartiré la parte más profunda de la práctica de dejar ir. Luego hablaré de cómo podemos practicarlo.

El corazón de dejar ir

¿Por qué nos aferramos a algo que crea resistencia en nosotros a nuestra acción decidida o perturba nuestra calma?

Normalmente se debe a algún tipo de idea, noción o narración que tenemos en la mente. Veamos algunos ejemplos:

A menudo pensamos que es algo externo a nosotros: esa persona de ahí hizo algo que me molesta, me frustra o me fastidia. Pero la otra persona no es la verdadera causa: solo está haciendo algo. La verdadera causa es que nosotros tenemos la idea de que esa persona no debería ser como es.

A veces pensamos que el problema somos nosotros, que no deberíamos ser tan vagos, indisciplinados o algo así. Nos culpamos, nos sentimos mal con nosotros mismos e intentamos no pensar en ello. Pero, ¿y si la causa de que nos sintamos mal es que no nos aceptamos tal como somos?

Podríamos pensar que el problema está en la tarea o actividad, que nos resistimos porque no nos gusta. Pero, ¿y si la causa de la resistencia es que pensamos que la actividad debería ser diferente de lo que es?

En estos ejemplos se puede ver que apunto a la idea de que las cosas deberían ser diferentes de lo que son. La gente se resistirá porque quiere que las cosas sean diferentes. Quieren un cambio. Y es comprensible, queremos cambiar lo que no nos gusta. Pero, ¿qué pasaría si aceptáramos lo que hay y creáramos el cambio desde otro lugar, desde el deseo de crear, jugar o explorar?

Cómo desprenderse de las ideas preconcebidas

Todo esto surge de tener una idea de cómo deberían ser las cosas que es diferente de cómo son. Puede que esta idea no tenga nada de malo, pero es solo una idea. Y en la medida en que causa dificultades, podemos ver cómo sería útil dejarla ir.

Imagine que se siente frustrado consigo mismo, con otra persona o con una situación a la que se enfrenta. Imagine que esta frustración o sentimiento proviene de una idea de que las cosas deberían ser diferentes de lo que son.

Ahora sólo tiene que dejar ir esa idea. Solo se queda con la experiencia de este momento, tal y como es.

Observe lo liberador que puede ser. No se trata de dejar a alguien «fuera del gancho» o soltar la responsabilidad o el compromiso de cambiar. Se trata de liberarnos del apego a una idea que está causando algún tipo de sufrimiento (frustración, resistencia, sentirse mal).

Nos liberamos soltando la idea a la que nos aferramos.

La clave es darse cuenta de que la idea es solo una idea. No es que sea errónea o mala, sino que es una concepción mental y no la realidad. Podemos utilizar las concepciones mentales cuando son útiles, pero desprendernos de ellas si no lo son.

Nuestra idea de los demás, de nosotros mismos, de cualquier situación es simplemente una noción. ¿Qué pasaría si nos liberáramos dándonos cuenta de que hemos creado esta noción y no la necesitamos en este momento?

Simplemente puede evaporarse si se lo permitimos. Nuestra concepción de cómo deberían ser las cosas puede convertirse en una nube, con poca influencia en nuestro movimiento por la vida.

Pruébelo ahora mismo: Lo que crea que debería ser, lo que crea que es otra persona, es solo una noción que ha creado. ¿Puede dejarla ir en este momento y ver con qué se queda?

Cómo practicar

Primero, darse cuenta de cuándo hay dificultades y sentimientos de frustración, resistencia, autoculpabilización, fastidio o ansiedad. Notar estos sentimientos es clave para poder jugar con ellos.

Segundo, sin necesidad de juzgar cómo se siente, ¿podría simplemente estar con ello? Por ejemplo, si se siente frustrado, ¿podría solo sentir la frustración como una experiencia física en su cuerpo (en lugar de quedar atrapado en la narrativa de la frustración)? Si puede, sea compasivo consigo mismo. Pero sentir lo que sentimos no tiene nada de malo. A menudo es útil simplemente dejarnos llevar por la emoción, en lugar de intentar arreglarla.

Tercero, si quiere liberarse, puede desprenderse de la noción que está causando la dificultad. Suele ser una idea de cómo cree que deberían ser las cosas. ¿Y si solo tuviera que dejarla evaporarse y liberarse? Juega con ella.

Cuarto, es posible que solo experimentemos el momento sin la noción. Solo experiencia pura. ¿Hay algo en este momento por lo que pueda sentir curiosidad? ¿Se siente agradecido? ¿Puede sentir la maravilla de este momento?

Quinto, una vez libre, puede pasar a la acción si es necesario. Por ejemplo, emprender la tarea a la que se resiste, una vez que se haya liberado de la idea de que la tarea debería ser diferente. O puede mantener una conversación con alguien, una vez que se haya liberado de su frustración con esa persona. Ser libre no significa que no actuemos, solo que lo hacemos desde un lugar diferente.

¿Le gustaría emprender esta práctica liberadora?

 


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