Los votantes republicanos de la zona de Miami podrán elegir entre dos eventos políticos de alto perfil el 8 de noviembre.
Mientras otros aspirantes presidenciales del GOP suben al escenario esa noche para el tercer debate primario del partido en Miami, un mitin cercano para el ex presidente Donald Trump, el principal candidato, ya estará en marcha.
El mitin, programado para las 7 p.m. ET, se llevará a cabo en el Estadio Ted Hendricks en Hialeah, a solo 10 millas del debate en el Centro Adrienne Arsht para las Artes Escénicas del Condado de Miami-Dade.
Desde que anunció su candidatura el pasado noviembre, el presidente Trump ha mantenido una ventaja constante en la carrera de las primarias republicanas. Sin embargo, a pesar de cumplir los requisitos para participar en los tres debates, aún no ha asistido a ninguno.
«Ha dicho que no va a asistir a los debates, en plural. Y esa es su posición, hasta que no lo sea», dijo a la prensa Chris LaCivita, asesor principal de la campaña de Trump, el 27 de septiembre después del segundo debate.
Los debates, añadió, habían empezado a parecerse más a un concurso para «quién va a ser el superviviente designado.»
Mientras otros candidatos se reunían esa noche en la Biblioteca Presidencial Reagan en Simi Valley, California, el presidente Trump pronunció un discurso ante los trabajadores del sector del automóvil en huelga en un mitin a las afueras de Detroit.
El 45º presidente ha dicho en repetidas ocasiones que no ve ninguna razón para participar en los debates, dada su sustancial ventaja sobre el resto del campo republicano.
Y puede que tenga razón. Desde el primer debate, el 23 de agosto, ha subido casi 4 puntos en las encuestas, según el promedio de RealClearPolitics.
Su contraprogramación para ese evento fue una entrevista pregrabada con Tucker Carlson que se publicó justo antes de que comenzara el debate.
El último movimiento, sin embargo, es el primero que ha hecho que no solo puede tener un efecto en los índices de audiencia de un debate, sino también en su nivel de asistencia.
En 2020, el presidente Trump ganó el estado de Florida por más de 3 puntos. Y a pesar de la popularidad del también aspirante del Partido Republicano, el gobernador de Florida Ron DeSantis, en el estado, el expresidente sigue siendo el candidato preferido de los republicanos de Florida por más de 10 puntos.
Ese hecho -combinado con la capacidad infalible del presidente Trump para atraer multitudes donde quiera que vaya- podría significar otro evento decepcionante para el GOP después de un segundo debate desordenado.
Batallas legales
Otro factor que no parece haber mermado la posición del expresidente entre los votantes es el hecho de que es objeto de litigios tanto penales como civiles.
A principios de esta semana, volvió ante la corte en Nueva York, donde está defendiéndose de una demanda civil por fraude presentada por la Fiscal General de Nueva York, Letitia James.
James presentó la demanda contra el presidente Trump, la Organización Trump y sus dos hijos adultos -Eric Trump y Donald Trump Jr.- alegando que habían inflado y desinflado fraudulentamente los valores de sus propiedades y activos.
Antes de que comenzara el juicio, el juez Arthur Engoron ya había dictaminado que el presidente Trump infló el valor de su finca de Mar-a-Lago. Ese fallo, sin embargo, ha sido criticado por profesionales inmobiliarios que dicen que el juez se equivocó al basarse en la tasación de la propiedad realizada por un asesor fiscal.
«Los valores de tasación y los valores de mercado no son lo mismo. Es un hecho bien conocido», declaró a la CNN el 3 de octubre Eli Beracha, catedrático de la Escuela de Bienes Raíces de la Universidad Internacional de Florida, «especialmente en el caso de propiedades únicas. Y es muy fácil argumentar que esta es una propiedad única».
El presidente Trump ha criticado abiertamente a James, al juez y a su secretaria hasta el punto de que el juez emitió una orden de silencio que prohibía a ambas partes en el caso hacer declaraciones públicas o publicaciones en las redes sociales sobre su personal.
El 20 de octubre, el juez impuso al ex presidente una multa de 5.000 dólares tras conocer que el post inicial que dio lugar a la orden no había sido retirado de la página web de su campaña.
Christopher Kise, uno de los abogados del presidente Trump, explicó que el post había sido archivado en su página web por el personal y que su continua visibilidad allí parecía deberse a un descuido.
«No hubo intención de evadir, o eludir, o ignorar la orden», dijo el Sr. Kise.
El ex presidente también está luchando contra cargos criminales en Nueva York, Georgia y dos casos federales.
El Comité Nacional Republicano no devolvió la solicitud de comentarios.
Janice Hisle, Jack Phillips y Catherine Yang contribuyeron a este artículo.
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