Donald Trump reveló el domingo que recibió una vacuna de refuerzo contra COVID-19.
El expresidente de Estados Unidos confirmó la noticia durante una sesión de preguntas y respuestas el domingo en Dallas en el programa «History Tour» de Bill O’Reilly.
Un vídeo del evento de prensa fue compartido en redes sociales por la nueva organización de O’Reilly, No Spin News, y parece mostrar a una pequeña parte de la audiencia en el evento gritar en respuesta a su admisión.
«Tanto el presidente como yo estamos vacunados, y, ¿Usted se puso el refuerzo?». preguntó O’Reilly a Trump, a lo que éste respondió: «Sí». O’Reilly dijo entonces: «Yo también la tengo».
Sus respuestas provocaron la exclamación audible de algunos miembros del público, a lo que el ex presidente comenzó a agitar la mano despectivamente y dijo: «¡Oh, no, no, no!» antes de atribuir la respuesta negativa a un «grupo muy pequeño de allí», mientras los señalaba.
The Epoch Times se puso en contacto con un portavoz de Trump para obtener más detalles sobre su decisión de vacunarse.
En un vídeo más largo publicado posteriormente por No Spin News, Trump dijo que su administración y el pueblo estadounidense hicieron «algo que fue histórico» y «salvaron a decenas de millones en todo el mundo» al crear la vacuna.
«Conseguimos hacer una vacuna en menos de nueve meses, que se suponía que iba a llevar de cinco a doce años. Gracias a esa vacuna, millones y millones de personas. Creo que si esto hubiera sido la gripe española de 1917, en la que murieron hasta 100 millones, esto hubiera arrasado el país mucho más de lo que está ahora», dijo.
A continuación, instó al público a «dar el crédito por ello», afirmando que «lo que hemos hecho es histórico. No dejen que se lo lleven. No nos lo quitemos a nosotros mismos. Están jugando justo en sus manos cuando dicen algo así como ‘Oh, la vacuna'».
Sin embargo, Trump dijo que las personas que no quieren tomar la vacuna no deben ser obligadas a hacerlo, y dijo estar en desacuerdo con las órdenes de vacunación.
Los programas de vacunas obligatorias, aplicados por la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional, están actualmente en vigor en Estados Unidos después de que el presidente Joe Biden emitiera en septiembre un amplio conjunto de nuevas normas para los empleados en relación con las vacunas y las pruebas.
Sin embargo, las demandas de los estados de todo el país han aumentado en respuesta a las órdenes, que están programadas para entrar en vigor el 4 de enero y que dictan que los empleadores con 100 o más empleados se aseguren de que cada uno de sus trabajadores esté completamente vacunado o que se sometan a pruebas de COVID-19 al menos una vez por semana. Todos los trabajadores no vacunados también deberán llevar una mascarilla en el lugar de trabajo.
Trump dijo previamente que él y la ex primera dama Melania Trump fueron vacunados antes de dejar la Casa Blanca en enero, pero no dijo si recibieron la vacuna de Moderna, Pfizer o Johnson & Johnson.
En declaraciones al New York Post en abril, el empresario dijo que la vacuna «es una gran cosa y la gente debería aprovecharla», pero que «nadie debería ser obligado» ya que los estadounidenses «tenemos nuestras libertades».
«Pero la recomiendo encarecidamente porque es un verdadero salvavidas», dijo Trump.
Ya en septiembre, dijo al Wall Street Journal que no tenía planes de vacunarse, afirmando: «Miraré las cosas más adelante. No estoy en contra, pero probablemente no sea para mí».
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