Al menos dos personas murieron la pasada madrugada durante el intento de fuga de un número indeterminado de reclusos de la prisión central de Makala, la más grande la República Democrática del Congo (RDC) y situada en Kinsasa, según informó este lunes el Gobierno congoleño.
«Aseguramos a nuestra población que la prisión no fue atacada desde el exterior. Se trata más bien de un movimiento de rebelión que comenzó precisamente en el pabellón 4. El balance actual muestra dos muertes», afirmó el Samuel el viceministro de Justicia, Mbemba Kabuya, en declaraciones que recogen medios locales.
«En cuanto a los daños materiales, el depósito de alimentos fue incendiado, al igual que el dispensario y otros dos pabellones», agregó Kabuya.
El intento de evasión fue confirmado anteriormente, en declaraciones a EFE, por el portavoz del Gobierno congoleño, Patrick Muyaya.
«La Policía fue enviada muy temprano para contener este movimiento en plena noche. Hubo muchos disparos de advertencia y, mientras hablo, creo que las fuerzas de seguridad están dentro del recinto de la prisión central de Makala para intentar restablecer el orden», dijo a EFE por teléfono Muyaya, que se encuentra actualmente en Pekín para acompañar en el Foro de Cooperación China-África (FOCAC, por sus siglas en inglés) al presidente del país, Félix Tshisekedi.
Muyaya confirmó después que la situación se encontraba bajo control.
Los hechos ocurrieron hacia las 02.00 hora local (01.00 GMT) en la comuna de Selembao, en el sur de Kinsasa, donde, según los vecinos, pudieron oírse disparos toda la noche.
«Bajo la lluvia, los prisioneros intentaron huir destruyendo el gran muro que cerca la prisión, pero no pudieron», relató a EFE Matondo Julie, agricultora que vive cerca de la cárcel.
Este intento de fuga coincide con el inicio del curso escolar este lunes y ha sembrado el miedo entre muchas familias residentes en Selembao y los municipios colindantes, si bien la jornada se está desarrollando con normalidad, explicó a EFE Antoine Bolia, profesor de un centro público del cercano municipio de Bandalungwa.
«La seguridad está muy reforzada. Los militares están suficientemente desplegados alrededor de la prisión, pero todo está bajo control», señaló Bolia.
«Nos hemos enterado de que varios pabellones de la prisión central han sido destruidos por los autores del intento (de huida), pero nadie lo ha confirmado», añadió el maestro.
La prisión de Makala fue escenario en 2017 de una fuga masiva de unos 4500 presos durante el asalto efectado contra el penal por seguidores de la secta Bundu Dia Kongo para liberar a su líder, Mwana Nsemi.
La cárcel de Makala es la más grande de la RDC y está superpoblada, ya que alberga a más de 15,000 presos alojados en diferentes pabellones, aunque tiene una capacidad máxima para 1500 personas.
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