Una azafata de Southwest Airlines, residente en Phoenix, Estados Unidos, demandó a la aerolínea en la corte federal del Distrito de Arizona por haber recibido represalias después que denunció que había visto a dos pilotos transmitiendo un vídeo en vivo desde el baño a la cabina, mientras estaban cumpliendo el vuelo.
Southwest Airlines, con sede en Dallas, dijo este sábado al medio The Arizona Republic que la compañía no tenía cámaras en el baño y que la aerolínea defenderá enérgicamente la demanda.
Al referirse al expediente judicial, dijo que el incidente ocurrió el 27 de febrero de 2017, cuando la azafata Renee Steinaker estaba trabajando como asistente en el vuelo 1088 entre Pittsburgh y Phoenix. Después de dos horas y media de la trayectoria, el Capitán Terry Grahamm le pidió a Steinaker, de acuerdo al protocolo, que se quedara ella en la cabina con el copiloto Ryan Russel para poder salir e ir al baño.
Steinaker relató que entró en la cabina del piloto y vio un iPad montado en el parabrisas a la izquierda del asiento del capitán. En él pudo ver una transmisión en vivo de lo que parecía ser Graham en el baño.
Steinaker tomó una fotografía del iPad con su teléfono móvil para documentar el incidente.
Ella declaró que el copiloto Russell le dijo que las cámaras eran una nueva medida de seguridad secreta que se había instalado en todos los aviones de Southwest Airlines, pero que ella no creía que fuera cierto.
«La hicieron creer que ella y otras personas habían sido filmadas -habían sido grabadas, por así decirlo- mientras usaban el baño. Es realmente difícil imaginar una conducta más escandalosa», declaró a The Arizona Republic, el abogado de aviación Ronald L.M. Goldman, quien representa a Steinaker y a su marido David, también asistente de vuelo de la misma aerolínea.
Al aterrizar, según la demanda de la azafata, los pilotos violaron el protocolo de la aerolínea y «desembarcaron, dejando la aeronave desatendida» y el capitán incluso «dejó un arma de fuego cargada desatendida en la cabina, una violación de las regulaciones de la FAA».
A los pilotos se les permitió proceder a su próximo vuelo y continúan volando con la aerolínea hoy, señala el reporte. La azafata denuncia que ha estado siendo monitoreada por los gerentes de una manera «amenazante y extraña» y siendo sometida a un mayor número de auditorías de desempeño.
La mujer también afirmó a The Arizona Republic que se le dijo que no hablara con nadie sobre el incidente.
«En mi opinión, Southwest Airlines ha tratado esto como ‘cómo se atreven a denunciarlo’ en lugar de ‘gracias por hacérnoslo saber'», dijo Goldman.
«Esto compromete la seguridad del vuelo y la seguridad de los pasajeros, sin mencionar el potencial de violar la privacidad de todos los pasajeros, así como la de la tripulación», añadió.
Southwest Airlines dijo al medio de The Arizona Republic que hace dos años investigó el incidente. “Podemos confirmar por nuestra investigación que nunca hubo una cámara en el baño; el incidente fue un intento inapropiado de humor».
Por su parte los abogados de los pilotos han negado que los dos se involucraron en la transmisión en vivo del baño. Los expedientes judiciales también niegan que los dos hayan violado cualquier política o protocolo de la aerolínea.
Para Goldman, el incidente indica preocupaciones tanto de privacidad como de seguridad.
«En mi opinión, como abogado de aviación con muchos años de experiencia, esto compromete la seguridad del vuelo y la seguridad de los pasajeros, sin mencionar el potencial de violar la privacidad de todos los pasajeros, así como la de la tripulación», dijo Goldman.
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