El Promedio Industrial Dow Jones registró ganancias tempranas el miércoles antes de volverse negativo a mediodía, dos días después de registrar una pérdida de más de 1000 puntos en medio del temor a una posible recesión en Estados Unidos.
Al cierre del mercado, el Dow cayó 234 puntos, mientras que el Nasdaq Composite cayó 171 puntos, o un 1 por ciento. El índice S&P 500 también registró una pérdida de 40 puntos.
Se produjo un día después de que los tres principales índices bursátiles estadounidenses recuperaran parte de sus pérdidas del día anterior. El Dow Jones sumó 294 puntos, un 0.8 por ciento, el S&P 500 un 1 por ciento y el Nasdaq Composite un 1 por ciento.
El Nikkei 225 de Japón también subió un 10.2 por ciento el martes, recuperando gran parte de su caída del 12.4 por ciento del día anterior, que fue la peor desde el colapso del «lunes negro» en 1987. Las acciones en Tokio se recuperaron a medida que el valor del yen japonés se estabilizó frente al dólar estadounidense tras varios días de fuertes ganancias.
El martes, Michael Landsberg, director de inversiones de Landsberg Bennett Private Wealth Management, declaró: «Muchos inversores se están beneficiando de grandes ganancias en valores tecnológicos… por lo que es importante que dimensionen correctamente su riesgo». «Esperamos que esta volatilidad continúe un poco más».
Para las ganancias del martes, los informes de beneficios más fuertes de lo esperado de varias grandes empresas estadounidenses ayudaron a impulsar el mercado.
Kenvue, la compañía detrás de Tylenol y Band-Aids, por ejemplo, saltó un 14.7 por ciento después de reportar ganancias más fuertes de lo esperado gracias en parte a precios más altos para sus productos. Uber subió un 10.9 por ciento tras superar con creces las previsiones de beneficios del último trimestre.
Caterpillar subió un 3 por ciento después de que el fabricante de maquinaria pesada presentara unos beneficios mejores de lo esperado.
Los mercados ahora esperan más comentarios sobre la política monetaria de los funcionarios del banco central de Estados Unidos la próxima semana, en el período previo al evento de Jackson Hole, donde está programado que hable el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell.
En medio de la caída del lunes, varios presidentes de la Reserva Federal trataron de tranquilizar a los operadores. Austan Goolsbee, presidente del Banco de la Reserva Federal de Chicago, declaró el lunes por la mañana a CNBC que el banco central «lo arreglará» si la economía empieza a ir cuesta abajo.
«El trabajo de la Fed es muy sencillo: maximizar el empleo, estabilizar los precios y mantener la estabilidad financiera. Eso es lo que vamos a hacer», dijo en el programa «Squawk Box» de CNBC. «Somos proactivos al respecto. Así que, si las condiciones en general comienzan a mostrar deterioro en alguna de esas áreas, lo vamos a arreglar».
La presidenta de la Fed de San Francisco, Mary Daly, dijo más tarde ese mismo día que la Fed tiene la «extremadamente importante» tarea de evitar que el mercado laboral estadounidense entre en una recesión, al tiempo que señaló que es probable que se avecine una reducción en las tasas de interés.
«Creo que dependerá en gran medida de la información entrante cuánto hay que hacer y cuándo debe llevarse a cabo», dijo en un foro en Hawaii el lunes.
Habrá que hacer «ajustes políticos» en el próximo trimestre, dijo Daly. «En mi opinión, hemos podido confirmar que el mercado laboral se está ralentizando y es muy importante que no dejemos que se ralentice tanto que se convierta en una recesión», añadió.
La sorpresiva subida de los tipos de interés por parte del Banco de Japón el 31 de julio, hasta un nivel nunca visto en años—provocó una caída de las bolsas mundiales, ya que los inversores deshicieron sus fuertes posiciones de carry trade en yenes tras una subida de la moneda de bajo rendimiento, muy utilizada para adquirir activos de alto rendimiento.
Pero el miércoles, el vicegobernador del Banco de Japón, Shinichi Uchida, afirmó que el banco central no subiría los tipos cuando los mercados financieros fueran inestables, lo que empujó al yen a la baja e impulsó el sentimiento del mercado.
La semana pasada, el Departamento de Trabajo de EE.UU. publicó su informe mensual, según el cual EE.UU. sólo añadió 114,000 empleos no agrícolas en julio, menos de lo previsto, y la tasa de desempleo subió al 4.3 por ciento. Esto desencadenó una venta masiva el 2 de agosto que continuó el lunes, antes de las ganancias del martes.
Con información de Reuters.
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