Hace treinta años, un grupo de alemanes del Este que anhelaban la libertad derribó el Muro de Berlín, el símbolo de la brutalidad comunista de la Guerra Fría. Sin embargo, el espectro del comunismo permanece suelto en un eje de regímenes autoritarios liderados por el Partido Comunista Chino (PCCh), que gobierna una superpotencia creciente de 1400 millones de personas cautivas.
En la generación posterior a la caída del Muro de Berlín y el bloque soviético, el PCCh ha expandido su influencia maligna en todo el mundo, promoviendo su modelo totalitario en un desafío directo a los valores democráticos del mundo libre.
Este choque es más evidente en Hong Kong , donde millones de personas han enfrentado la amenaza de la intrusión comunista en el Estado de derecho y las libertades civiles de la ciudad.
Hace quince años, el 19 de noviembre de 2004, Epoch Times comenzó a publicar una serie editorial, los «Nueve comentarios sobre el Partido Comunista«. Por primera vez, los Nueve Comentarios dejaron al descubierto la naturaleza fundamental del Partido Comunista y el comunismo como un espectro malvado que se alimenta del odio demoníaco y se camufla en el engaño.
Los Nueve Comentarios han provocado un despertar entre cientos de millones de personas que viven bajo la tiranía comunista. Hoy, desde China hasta Estados Unidos, desde los manifestantes que se resisten a la dictadura del PCCh en las calles de Hong Kong hasta las serenas manifestaciones anuales organizadas en los barrios chinos de Nueva York, los Nueve Comentarios están escribiendo una epopeya sin precedentes de la historia moderna. Y en ninguna parte se ha desarrollado esta historia de manera más dramática que con Tuidang, el movimiento para renunciar al Partido Comunista Chino y romper con la influencia maligna del espectro comunista.
En el 15º aniversario de la publicación de los Nueve Comentarios, la cifra de personas en China continental y en todo el mundo que han renunciado a sus lazos con el PCCh y sus dos organizaciones juveniles afiliadas asciende a más de 346 millones.
Hoy, enfrentando desesperadamente las lluvias de balas y gases lacrimógenos disparados por la policía, los hongkoneses gritan las palabras tian mie zhong gong –»El Cielo eliminará al PCCh»– palabras que surgieron en torno al movimiento Tuidang. En Washington, los políticos estadounidenses de ambos partidos hacen un llamado al mundo libre para establecer una clara distinción entre la nación china y su régimen comunista. Todo esto ha sido precedido por las lecciones y principios proféticos establecidos en los Nueve Comentarios.
30 años después de Berlín, Hong Kong hace frente a la represión
Los manifestantes de Hong Kong que arriesgan su libertad y seguridad para decir no al Partido Comunista se encuentran entre los que usan su propia sangre y conciencia para escribir un nuevo capítulo en la epopeya contemporánea.
Hong Kong, la ciudad portuaria del sur de China y excolonia británica, donde el «alto nivel de autonomía» prometido por el PCCh en 1984 ha sufrido una erosión gradual desde la transferencia en 1997, ha experimentado manifestaciones prodemocráticas en toda la ciudad durante más de cinco meses. La comunidad internacional lo ha considerado como un «nuevo Berlín» en cuanto a la confrontación entre libertad y tiranía.
Los habitantes de Hong Kong han sido demonizados por las autoridades, los portavoces estatales del PCCh y los medios de comunicación alineados con el PCCh por atreverse a luchar contra la tiranía de Beijing. La cobertura selectiva los catalogan de revoltosos que merecen un duro castigo por parte de la policía de Hong Kong.
Los Nueve Comentarios señalan que el Partido Comunista nunca ha cambiado su naturaleza inescrupulosa. En China, mientras el PCCh toma medidas enérgicas contra la disidencia bajo el pretexto de «mantener la estabilidad», el PCCh en sí mismo es la mayor causa de inestabilidad.
«Con sus varios millones de tropas y policías armados, el PCCh es la verdadera fuente de disturbios», dice el último de los Nueve Comentarios. «Los ciudadanos comunes no tienen la causa ni la capacidad de iniciar los disturbios».
La fuente de toda violencia en Hong Kong hoy reside en la fuerza policial de la ciudad, controlada por el PCCh, y las pandillas de tríadas.
Muchos habitantes de Hong Kong han pagado un alto precio por resistirse al PCCh. Miles de manifestantes, un tercio de ellos estudiantes, han sido encarcelados. Algunos han sido torturados o violados por la policía, y el número de personas que habrían sido asesinadas en secreto continúa aumentando. Mientras tanto, la policía está intensificando su represión, como se ve en la irrupción violenta en los campus universitarios de Hong Kong y los arrestos masivos indiscriminados.
Sin embargo, la gente de Hong Kong no está sola. Han visto que los dignatarios y ciudadanos de los Estados Unidos, el Reino Unido y el mundo están con ellos. Además, pueden contar con los medios de comunicación rectos del mundo, incluidos Epoch Times y New Tang Dynasty Television, para contar su verdadera historia.
Los hongkoneses también han aprendido de los practicantes de la práctica espiritual de Falun Dafa, quienes han aclarado incansablemente los hechos sobre su fe y su persecución por parte del PCCh durante los últimos 20 años. Mediante folletos, conversaciones cara a cara u otros medios, la gente de Hong Kong se está dando cuenta de las mentiras y la brutalidad del PCCh. Muchos de ellos han leído los Nueve Comentarios y entienden todo lo que el Partido Comunista y el gobierno de Hong Kong tienen reservado para su ciudad.
Los hongkoneses se han dado cuenta de que su única esperanza es un futuro sin el PCCh.
Y viceversa, como está escrito en los Nueve Comentarios, «cuando las personas reconocen la naturaleza villana del PCCh y se resisten a ser engañadas por sus imágenes falsas, llegará el final para el PCCh y su naturaleza sin escrúpulos».
Lao Zi, el antiguo sabio chino del taoísmo, dijo: «Si la población no teme a la muerte, ¿de qué servirá amenazarlos con la muerte?» Cuando la violencia alcanza el límite de no ser efectiva, también lo hace la vitalidad del proyecto totalitario.
A medida que la naturaleza perniciosa del PCCh se revela ante todos, el miedo ya no puede encadenar el alma humana.
Hace tres décadas, en vísperas de la caída del Muro de Berlín, el dictador de Alemania del Este prometió emular la Masacre de la Plaza Tiananmen. Sin embargo, al final no logró levantar el cuchillo de la represión contra el poder combinado del pueblo. En los últimos días de la Unión Soviética, cuando los comunistas de línea dura ordenaron al ejército y a la KGB sofocar las protestas populares, los soldados dejaron sus armas.
Solo sin el PCCh habrá una nueva China
Hace casi 100 años, el espectro del comunismo se manifestó en China en la forma del Partido Comunista Chino. Hace setenta años logró tomar el poder político, apropiándose del nombre de China mientras perseguía y transformaba sin piedad al pueblo chino. En el extranjero, el PCCh no escatimó esfuerzos para exportar el modelo comunista en un intento por extender su hegemonía a todos los rincones de la Tierra.
Desde los Institutos Confucio hasta el proyecto «La Franja y la Ruta», desde las redes 5G de Huawei hasta las recientes incursiones en blockchain, el PCCh se ha infiltrado en los campos de la cultura, la economía y la tecnología para exportar vigorosamente sus modelos corruptos de gobernanza económica y social. La «comunidad de futuro compartido para la humanidad» es el nombre con el que el Partido disfraza estos intentos de exportar diversas cepas del socialismo en todo el mundo en preparación para una revolución comunista total.
Al tiempo que la confrontación entre el PCCh y el mundo libre llegó a un momento decisivo, la Junta Editorial de los Nueve Comentarios lanzó dos nuevos libros: «El fin del comunismo» y «Cómo el espectro del comunismo rige nuestro mundo».
Estos dos volúmenes, publicados en 2017 y 2018, ofrecen un desglose integral de la hoja de ruta del espectro comunista para la corrupción y la destrucción de la cultura, la moral y, finalmente, la humanidad misma.
Los Nueve Comentarios concluyen:
“Solo sin el Partido Comunista Chino, habrá una nueva China.
Solo sin el Partido Comunista Chino, China tiene esperanza».
Además de los cientos de millones de chinos que se han liberado del hechizo demoníaco del Partido Comunista, las naciones libres de todo el mundo están despertando rápidamente a la amenaza que representa el PCCh a los valores universales en todas partes. Están comenzando a establecer una clara distinción entre el Partido Comunista y el pueblo chino.
El 7 de noviembre de 2017, en el centenario de la revolución bolchevique que llevó el comunismo a Rusia en 1917, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, hizo una declaración histórica, declarando ese día como «el Día Nacional para las Víctimas del Comunismo».
El 6 de febrero de 2019, Trump reiteró en su discurso sobre el Estado de la Unión que Estados Unidos «nunca será un país socialista».
En un discurso pronunciado en octubre de 2018, el vicepresidente de los Estados Unidos, Mike Pence, condenó las operaciones perniciosas del PCCh y cuestionó su legitimidad.
El 30 de octubre de 2019, el secretario de Estado de los EE.UU., Mike Pompeo, enfatizó que el PCCh era un régimen leninista empeñado en la «dominación internacional», y que la «gente de China en todas partes que ama la libertad» rechazó el modelo del PCCh.
El conflicto de Estados Unidos es con el PCCh, no con China, dijo Pompeo en un evento del 8 de noviembre en conmemoración de la caída del Muro de Berlín. «Es el desafío entre el Partido Comunista Chino y su régimen autoritario y los pueblos amantes de la libertad en todo el mundo».
En los últimos años, Estados Unidos ha iniciado investigaciones exhaustivas sobre la miríada de canales a través de los cuales el PCCh ha construido y ejercido influencia. Washington ha tomado medidas efectivas para resistir las políticas agresivas del PCCh, confrontando al régimen chino en los ámbitos del comercio, la tecnología y los derechos humanos.
Estados Unidos ha aumentado gradualmente el apoyo a la libertad religiosa, especialmente en países gobernados por regímenes comunistas. También ha aprobado declaraciones y legislaciones para apoyar a los hongkoneses en la batalla por la democracia y el Estado de derecho de la ciudad gobernada por China.
Encabezada por los Estados Unidos, la comunidad internacional está cambiando su postura sobre China, de apaciguar al PCCh a estar en guardia contra la subversión comunista y apoyar al pueblo chino en su lucha por la libertad.
La verdad expuesta en los Nueve Comentarios muestra el camino hacia el futuro
La caída del Muro de Berlín hace tres décadas transmitió un poderoso mensaje del pueblo de Alemania del Este a todo el mundo: que la democracia y el Estado de derecho triunfarían sobre las fuerzas de la opresión y la tiranía.
Hoy, los habitantes de Hong Kong están derribando el «Muro de Berlín» del Partido Comunista Chino al ofrecer una resistencia pacífica pero firme.
La crueldad del PCCh que enfrentan hoy los habitantes de Hong Kong hace recordar la persecución a nivel nacional de Falun Dafa, que comenzó en julio de 1999. Desde entonces, en China, decenas de millones de seguidores de Falun Dafa, que aspiran a la perfección espiritual de acuerdo con los valores universales de «Verdad, Benevolencia y Tolerancia» han arriesgado sus vidas y sus medios de vida para enfrentar a los malechores del régimen del PCCh con verdad y bondad.
Durante veinte años, el PCCh ha dedicado inmensos recursos a la persecución a Falun Dafa. Innumerables practicantes de Falun Dafa han sufrido un sufrimiento inimaginable, desde ser expulsados de la escuela o el empleo hasta ser condenados a campos de trabajo forzado, donde sufren tortura, violencia sexual y son asesinados cuando les sustraen los órganos estando aún vivos. Sin embargo, la crueldad y maldad sin precedentes del PCCh nunca logró derrotar la voluntad de los practicantes de decir la verdad a China, Hong Kong y el mundo entero.
Muchos hongkoneses, aunque antes cegados por la campaña de propaganda del PCCh contra Falun Dafa, ahora entienden la importancia de los incesantes esfuerzos de los practicantes de Falun Dafa para aclarar los hechos y despertar a la gente del mundo a la verdadera naturaleza del PCCh.
Mientras Hong Kong enfrenta la amenaza inminente de una represión mortal, los chinos de todo el mundo han hecho comparaciones directas entre la conducta del PCCh en Hong Kong y las dificultades que han sufrido los practicantes de Falun Dafa durante tantos años.
«Le debo una disculpa a Falun Dafa» y «gracias a Falun Dafa por 20 años de perseverancia en decir la verdad», son algunas de las frases que se escuchan entre un número creciente de hongkoneses. «Solo ahora me doy cuenta de lo cruel que ha sido la represión de Falun Dafa por parte del PCCh» y «Pido disculpas, ya que el PCCh me ha engañado todo este tiempo», dijeron muchos, a la luz de las crecientes listas de jóvenes hongkoneses declarados muertos por «suicidio», de las víctimas de violaciones grupales siendo abiertamente calumniadas por la policía de Hong Kong, y de las siniestras afirmaciones del gobierno sobre «cadáveres flotantes».
La Junta Editorial de los Nueve Comentarios ha dejado en claro que la naturaleza del comunismo no es la de una ideología o un movimiento, sino un espectro maligno compuesto de odio y de todo tipo de fuerzas corruptas. Es del odio y la lucha que el Partido Comunista absorbe la fuerza necesaria para alimentar la existencia de este espectro malvado.
Y aunque con la amenaza del PCCh acechando, la gente de Hong Kong tiene esperanza.
Porque en concordancia con lo que los Nueve Comentarios expusieron hace 15 años, la comunidad internacional se está uniendo para rechazar el PCCh.
Porque innumerables practicantes de Falun Dafa han hecho todos los sacrificios para mantener viva la luz en medio de la oscuridad de la tiranía comunista.
Porque los valores universales que enseña Falun Dafa están restaurando la moral y la cultura tradicional china, y han despertado el poder incomparable que existe en cada ser humano: la benevolencia.
Los autores de los Nueve Comentarios escribieron:
“Aunque el PCCh parece poseer todos los recursos y el aparato violento en el país, si cada ciudadano cree en el poder de la verdad y protege la moralidad, el espectro malvado del PCCh perderá los cimientos para su existencia. Todos los recursos pueden volver instantáneamente a manos de los justos. Es entonces cuando tendrá lugar el renacimiento de China».
La caída del Muro de Berlín y el colapso del imperio comunista soviético demostraron que incluso la tiranía más brutal no puede destruir la bondad en los corazones de las personas. Cuando los tiranos usan la violencia para oponerse al pueblo, lo único que logran es cavar las tumbas de sus regímenes malvados.
La bondad puede vencer al miedo, eliminar el odio e inspirar coraje. ¡Con corazones bondadosos, podemos derribar este muro y recibir un futuro sin comunismo!
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