La economía china se ha «enfriado rápidamente» y seguirá cayendo durante el próximo año, según las previsiones del Banco Mundial.
El banco dijo el 22 de diciembre que espera que el producto interior bruto (PIB) ajustado a la inflación de China para 2021 crezca un 8 por ciento, por debajo de la proyección del 8.5 por ciento realizada en junio. Además, recortó la previsión de crecimiento del país para el próximo año al 5.1% desde el 5.4%.
La proyección marcaría el crecimiento más débil de China desde 1990, con la excepción del año de la pandemia.
Las duras restricciones por el COVID-19, un año de amplias medidas represivas contra el sector privado y la presión para reducir el uso del carbón en medio de una crisis energética han abrumado la economía china. El tambaleante sector inmobiliario, que en su momento fue uno de los principales pilares de la economía china, hace que las perspectivas de crecimiento del país parezcan aún más sombrías.
El «libro de jugadas tradicional de impulsar el crecimiento a través de la infraestructura y la inversión inmobiliaria se ha agotado», dijo el Banco Mundial en un comunicado.
Los datos oficiales chinos del 15 de diciembre muestran que los precios y las ventas de las viviendas cayeron a su nivel más bajo de los últimos seis años en noviembre, y que los precios de las viviendas nuevas han bajado en 64 ciudades en lo que va de año.
Dos importantes promotores inmobiliarios chinos, Evergrande Group y Kaisha, incumplieron el pago de sus bonos a principios de mes, tras meses de especulación. Aunque muchos expertos dudan en declarar el suceso un «momento Lehman», algunos creen que es una señal de advertencia de una desaceleración económica más dramática en el futuro.
El Banco Mundial ha recomendado a las autoridades chinas que relajen las normas de préstamo para los promotores inmobiliarios y tomen medidas para impulsar el consumo interno. Este cambio podría no ser fácil, ya que requeriría que las autoridades se alejaran de gran parte de sus políticas actuales, han dicho algunos expertos.
En un intento de impulsar el crecimiento, los bancos chinos han reducido recientemente los costes de los préstamos por primera vez en 20 meses.
La corrupción a nivel local también ha sido un problema de larga data. El 1 de diciembre, las autoridades disciplinarias chinas culparon a tres funcionarios locales de Jiangsu, una de las provincias más ricas de China, de aumentar las deudas del gobierno local.
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