Los últimos datos del producto interno bruto de Estados Unidos para el segundo trimestre revelan que la economía estadounidense se contrajo a un ritmo ligeramente más lento de lo que se informó anteriormente, pero los datos confirman que aún se mantiene en recesión técnica.
El aumento en las tasas de interés causado por la inflación más alta de los últimos 41 años restringió el crecimiento del gasto del consumidor en la primera mitad de 2022.
El producto interno bruto (PIB) se contrajo un 0.6 por ciento en el segundo trimestre, por debajo del 0.9 por ciento informado inicialmente, según el informe actualizado de la Oficina de Análisis Económico, publicado el 25 de agosto.
La economía ya se había contraído un 1.6 por ciento en el primer trimestre, con las peores cifras del PIB desde el punto más crítico de la pandemia en la primavera de 2020.
Los cambios positivos en el informe actualizado parecen provenir de nuevos datos sobre el gasto del consumidor, que fue actualizado al alza desde un 0.70 a un 0.99 por ciento.
El gasto del consumidor, que representa dos tercios del PIB, fue seguido por un aumento en las exportaciones, como suministros y materiales industriales, viajes y servicios de alimentación.
En el segundo trimestre, el PIB experimentó disminuciones en la inversión del inventario, la inversión en vivienda, el gasto del gobierno federal y el gasto del gobierno estatal y local.
El índice actualizado de gastos de consumo personal (PCE) aumentó un 7.1 % en el segundo trimestre, al mismo ritmo que en el primero, mientras que el índice de precios subyacentes del PCE, que excluye alimentos y energía, aumentó un 4.4 %, tras crecer un 5.2 % en el anterior. trimestre.
Dos trimestres de crecimiento negativo
De acuerdo con la Oficina Nacional de Investigación Económica (NBER), una organización semioficial sin fines de lucro que rastrea las recesiones económicas, una recesión se define técnicamente por dos trimestres consecutivos de crecimiento económico negativo, encabezado por un alto desempleo, un crecimiento deficiente del PIB, una disminución de los ingresos personales y ralentización de las ventas al por menor.
Dos cuartas partes del crecimiento negativo colocan técnicamente a la economía de Estados Unidos en la definición de recesión debido a una «disminución significativa en la actividad económica que se extiende por toda la economía y que dura más que unos pocos meses», según el NBER.
Sin embargo, el desempleo y el gasto del consumidor, que son los dos principales puntos de referencia utilizados por el NBER para definir si la economía está en recesión, se mantuvieron fuertes en la primera mitad del año.
Se espera que la Reserva Federal eleve las tasas de interés en su próxima reunión en septiembre, pero mientras tanto está evaluando qué tan rápido puede hacerlo para controlar la inflación sin aplastar el crecimiento económico.
“Está confirmado que el PIB de Estados Unidos se contrajo, el GDI (Ingreso Interno Bruto -que debería ser igual al PIB) aumentó aún más en el segundo trimestre, lo que hizo que la brecha entre ellos fuera cada vez más amplia”, dijo en un tuit Patrick Zweifel, economista en jefe de Pictet Asset Management.
«Dado que las revisiones históricas han movido el PIB hacia el GDI, la revisión anual de septiembre debería hacer que un giro de la Fed sea aún más improbable que suceda pronto», dijo Zweifel.
Las autoridades del banco central elevaron la tasa de interés de referencia en 75 puntos básicos, respectivamente, en junio y julio, las mayores alzas desde 1994.
Los funcionarios de la Fed no han anunciado la cantidad de aumento que proponen, el cual dijeron dependerá de los nuevos datos que se presenten.
Debate sobre la recesión
El presidente de la Fed, Jerome Powell, quien tiene previsto hablar en la conferencia de Jackson Hole el 26 de agosto, para discutir las futuras políticas de tasas de interés de la Fed, dijo a los periodistas el mes pasado que todavía no creía que la economía de Estados Unidos estaba en recesión.
Una encuesta de la NABE muestra que el 72 por ciento de los economistas esperan una recesión económica a mediados del próximo año o creen que la economía ya está en una.
Alrededor del 20 por ciento de esos mismos encuestados dijeron que creen que la economía ya está en recesión, mientras que otro 20 por ciento no espera una recesión antes de la segunda mitad de 2023.
“Los resultados de la encuesta reflejan muchas opiniones divididas entre los panelistas”, dijo el presidente de NABE, David Altig, en una declaración.
«Esto por sí mismo sugiere que hay menos claridad de lo habitual sobre el panorama».
Muchos economistas han sido cada vez más críticos con el desempeño del presidente de la Fed, con quejas sobre sus esfuerzos para combatir la inflación o por fallas anteriores en la evaluación de los datos económicos.
El último informe del PIB agrega otro dolor de cabeza político para la administración Biden, que está recibiendo críticas mordaces por su manejo de la tambaleante economía, lo que podría ejercer más presión sobre Powell para que adopte un tono más agresivo.
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