Un defensor de los derechos humanos le ha pedido a Estados Unidos que tome medidas más enérgicas contra el régimen chino por su persecución desenfrenada contra el grupo espiritual Falun Gong.
«Hay leyes ante nuestro Congreso en este momento para tratar de poner fin [a la persecución], y ese tipo de legislación, algo que realmente tiene dientes, es muy importante», dijo Levi Browde, director del Centro de Información de Falun Dafa, el 13 de mayo.
Falun Gong, también conocido como Falun Dafa, es una disciplina espiritual con ejercicios de meditación y enseñanzas morales centradas en los principios de verdad, benevolencia y tolerancia. Creció en popularidad durante la década de 1990, lo que llevó a que hasta 100 millones de personas practicaran en China al final de la década. Al percibir que esto era una amenaza, el régimen chino lanzó en 1999 una campaña nacional para erradicar la práctica.
“Decenas de millones de personas despedidas de sus trabajos y expulsadas de la escuela corren el riesgo de ser detenidas arbitrariamente, de ser enviadas a un campo de trabajo, una cárcel negra o una prisión donde son terriblemente torturadas”, dijo Browde al programa “Capitol Report” en NTD, una cadena asociada a The Epoch Times.
“Miles han sido asesinados durante esta persecución”, agregó.
Browde enfatizó que los practicantes de Falun Gong no son una minoría étnica ni están limitados a ciertas regiones de China.
“Entonces, cuando el Partido Comunista Chino persiguió a Falun Gong, en realidad estaban… tomando una sección completa de la sociedad china, demonizándolos y persiguiéndolos”, dijo.
El abogado se refirió además a la sustracción forzada de órganos apoyada por el régimen. Dijo que es una práctica prolífica allí. La práctica involucra a los presos de conciencia, en particular a los más jóvenes, que preseleccionan y luego matan para obtener sus órganos cuando se necesitan para el mercado de trasplantes de órganos.
«Así han asesinado a muchísimos practicantes de Falun Gong», dijo.
Browde reconoció la eficacia de los castigos de la actual y la anterior administración estadounidense a los funcionarios chinos por su papel en la persecución a los practicantes de Falun Gong.
«Eso tuvo un efecto dominó en toda China y, de hecho, tuvo algunas repercusiones positivas en diferentes áreas en las que la gente empezó a tener miedo de estar en una lista y ser el objetivo del gobierno de Estados Unidos», dijo.
Browde también señaló los proyectos de ley ante el Congreso que buscan castigar a los involucrados en la extracción forzada de órganos de practicantes vivos de Falun Gong.
A fines del año pasado, el representante Scott Perry (R-Pa.) presentó la Ley de Protección de Falun Gong (H.R.6319), que el legislador describió como una medida para “presionar al régimen chino con el propósito de que abandone su cruel y regresiva agenda de exterminio” hacia el grupo religioso, incluida la sustracción forzada de órganos, el encarcelamiento injusto y el trabajo forzado.
Si se aprueba, el proyecto de ley marcaría la primera medida legislativa en Estados Unidos para responsabilizar a los violadores de los derechos humanos en este tema.
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